Puede que tú o alguien de tu alrededor haya tenido problemas con la caspa: esas escamas de piel muerta que ‘adornan’ nuestro pelo en ciertas ocasiones. Esta semana nos habéis preguntado cuál es su origen, por qué hay rachas en las que la caspa es más común y cómo podemos intentar reducirla.
La caspa es una de las consecuencias de lo que se conoce como dermatitis seborreica, un trastorno frecuente de la piel que afecta precisa y principalmente al cuero cabelludo. Tiene una forma más grasa y otra más seca. “En este último caso, el resultado es la caspa blanca típica que aparece en el pelo y termina en los hombros del traje que llevemos”, explica a Maldita.es el tricólogo David Saceda.
Como la mayor parte de enfermedades o condiciones, la dermatitis seborreica tiene un origen multifactorial, es decir, no se debe a una sola causa. Eso sí, hay quienes tienen predisposición a desarrollar, por ejemplo, por motivos genéticos o un aumento de secreción sebácea en el cuero cabelludo.
Lo que ocurre en pacientes con dermatitis seborreica en el cuero cabelludo es que presentan gran cantidad de un tipo determinado de levaduras que todos tenemos en menor cantidad en el cuerpo cabelludo: levaduras de la familia Malassezia, cuyo hábitat natural es la piel humana.
“Todas las personas tenemos este hongo, que no es contagioso y convive con nosotros. Lo que pasa es que hay en quienes crece y se reproduce con mayor facilidad, al igual que en determinadas situaciones o épocas del año”, indica Saceda. “Parece que esto está implicado en la inflamación y en el motivo por el que se da esta dermatitis”, añade a Maldita.es Inés Escandell, dermatóloga y maldita que nos ha prestado sus superpoderes.
Como define la experta, la caspa no deja de ser un grupo de células descamadas del estrato más superficial de la piel. “Normalmente, es en la capa basal de la epidermis donde se encuentran las células, que van proliferando hasta llegar a la parte más superficial y descamarse. En la dermatitis seborreica, este proceso está acelerado, por lo que se descaman mucho más y con más rapidez”, señala. Como también hay un aumento de sebo, estas células descamadas se aglutinan, de ahí que se perciban como escamas gruesas y blanquecinas o amarillentas.
Aunque, hasta ahora, hemos mencionado los factores intrínsecos que favorecen la aparición de dermatitis, también existen factores extrínsecos. Por ejemplo la polución o una mala higiene (también un exceso de esta, aunque es menos frecuente). Existen otros factores, como tener ciertas enfermedades neurológicas o ciertas alteraciones del sistema inmune. Por último, también parecen estar implicadas condiciones como el estrés o la falta de sueño.
¿Y qué hacer para deshacernos o reducir la caspa? Lo cierto es que no existe una solución definitiva ya que no se ha encontrado, por el momento, una cura para la dermatitis seborréica.
“Lo que sí que hay es efectividad en los tratamientos tópicos: los champús y geles antidescamación y para la dermatitis seborreica. Desde los más comerciales (para casos más leves) hasta los de farmacia, que contienen fármacos más concentrados o con cantidades más altas de antifúngicos o antiinflamatorios”, afirma Escandell. Como remata Saceda, para casos más graves y que no responden a las soluciones anteriores, existen tratamientos orales, cuyo acceso no es posible sin una receta médica.
La dermatóloga añade a su recomendación mantener una higiene adecuada del cuero cabelludo y controlar, en la medida de lo posible, los factores extrínsecos mencionados (el estrés, el descanso…). “Probablemente la situación mejore aunque, repetimos, no exista una cura definitiva”.
En este artículo ha colaborado con sus superpoderes Inés Escandell, dermatóloga.
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