El trimestre mayo-junio-julio de 2022 ha sido el más seco en España desde al menos 1961. Además, los embalses llegan a agosto con un 40% de capacidad, casi 20 puntos menos que la media de los últimos 10 años. España afronta una situación de sequía y escasez de agua. Ante este problema, nos habéis preguntado si es posible usar agua desalada o residual tras ser depurada para luchar en lo posible contra esta escasez. La respuesta corta es que ya se usa agua desalada para consumo humano y la residual depurada se destina a otros usos aunque no es la solución porque el problema principal de la escasez de agua está en el elevado consumo y no en la disponibilidad de agua.
Las aguas desaladas se usan ya en el agua de grifo
Del agua del mar, a través de procesos como la ósmosis inversa, se logra agua potable. Como subproducto, se genera salmuera, un líquido con alta concentración de sales y con un impacto ambiental negativo. Este agua desalada ya se usa tanto para consumo humano como para el riego. “En Lanzarote y Fuerteventura el suministro de agua potable se realiza totalmente a través del agua desalada. España es pionera en el proceso de desalinización de agua y es uno de los líderes mundiales tanto en capacidad instalada como en la fortaleza de su industria”, indica a Maldita.es Laura Fernández, responsable de contenidos de iAgua.
En la Región de Murcia, por ejemplo, desde hace al menos 25 también se usa agua desalada para el riego, como indica a Maldita.es Julia Martínez Fernández, directora técnica de la Fundación Nueva Cultura del Agua (FNCA). Pero aclara que no puede ser una medida frente al cambio climático porque “lo que hacen es consolidar la demanda y no logran eliminar de forma permanente el déficit hídrico. Hay un exceso de demanda de agua que supera por mucho el agua disponible, que además provoca que tengamos muchas aguas superficiales en mal estado”, como ocurre en el Mar Menor, aunque no se trate de agua potable.
Martínez aclara que el agua desalada tiene menos impactos ambientales y sociales que los embalses. Pero resalta que por el aumento de la demanda que supone a la larga incrementa el estrés hídrico. “Se puede usar de forma acotada donde la demanda ha superado por mucho el agua convencional disponible como apoyo a la transición hídrica como una sequía prolongada para reducir la demanda a través de la reducción del aŕea de cultivo de regadío actual, empezando por las superficies ilegales”, señala la experta de FNCA.
Las aguas residuales depuradas se usan para riegos
Respecto a las aguas depuradas, procedentes de aguas residuales tras ser tratadas, está permitido su reutilización y las condiciones las fija una ley del año 2007. Esta ley no permite su consumo directo humano, es decir, en el agua del grifo, salvo en situaciones de declaración de catástrofe en las que la autoridad sanitaria especificará los niveles de calidad. Pero sí establece los criterios de calidad para la reutilización de las aguas según sus usos: agricultura e industria, así como usos ambientales, recreativos y urbanos, aclara Laura Fernández. Estos usos permitidos por ley incluyen el riego de jardines y campos de golf, el lavado de vehículos, el baldeo de calles, el riego de pastos y de algunos cultivos.
Aunque no sea legal el uso potable de las aguas residuales, sí hay tecnología que permite potabilizar, aclara Julia Martínez. Pero, señala, “tampoco hay necesidad porque hay otros recursos garantizados para uso humano directo” como el agua de acuíferos y la embalsada. “La mejor agua hay que destinarla al abastecimiento humano”, destaca.
El agua depurada puede favorecer o ser contraproducente en la calidad del agua según cómo se utilice, indica la experta de FNCA. En zonas de interior, las aguas depuradas vuelven a los ríos y se usan para futuros usos de forma indirecta. Por lo que, si se usa de forma directa, “no se crea agua y se asocia a nuevas demandas así que además de dejar al río con menos caudal puede afectar a derechos de uso más abajo en el río. Mientras haya alternativas de usos indirectos no se debe promover el uso directo de aguas residuales depuradas”.
En cambio, como en zonas costeras no es posible devolverlo a un río, se debería reutilizar al 100% como en la limpieza de jardines o incluso en regadío en vez de acuíferos sobreexplotados, aclara Julia Martínez.
Reducir la demanda de los cultivos de regadío y no aumentar la oferta, clave contra la escasez de agua
Como ya ha explicado Martínez, el uso de aguas distintas de la de los embalses o acuíferos puede suponer una forma de aumentar la demanda de agua en un territorio donde ya se consume más agua de la que hay disponible. “La medida principal para adaptarnos al cambio climático y a las sequías más frecuentes y extensas es reducir el consumo total de agua, especialmente por parte del regadío que consume en España en torno al 85% del agua. No se debería recurrir a restricciones del uso humano si no al uso agrícola o industrial, pero se hace”, concluye.