830 muertes atribuibles a la temperatura en junio de 2022 en España y 387 fallecidos entre el 1 y el 15 de julio de 2022, según los datos del Sistema de Monitorización de la Mortalidad diaria (MoMo) del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII). En total, ¿realmente han habido más de 1.200 muertes por calor en España en sólo mes y medio? La del ISCIII es una estimación del exceso de mortalidad en estos días que se atribuyen al exceso de temperaturas, no un registro real de defunciones causadas por el calor.
Además, estas elevadas temperaturas no suelen matar de forma directa como con golpes de calor sino por agravamiento de enfermedades previas. La contaminación asociada a esta ola de calor también es parcialmente responsable de este aumento de muertes por todas las causas.
Una estimación del exceso de muertes atribuidas al exceso de temperaturas
El objetivo original de MoMo, explica su web, era “identificar las desviaciones de mortalidad diaria observada con respecto a la esperada según las series históricas de mortalidad” y ahora se usa para “estimar de forma indirecta el impacto de cualquier evento de importancia en salud pública”.
En realidad, estos datos son estimaciones del exceso de muertes durante estos días de calor extremo, no muertes registradas que tengan como causa de muerte, directa o indirecta, el calor. El sistema MoMo “hace estimaciones estadísticas de excesos de mortalidad para un día determinado comparando series históricas”, indican desde el ISCIII a Maldita.es. Así, “se calcula e infiere valores relativos a todas las causas y atribuibles a temperatura, no números exactos de defunciones”. Por lo tanto, las cifras que publica MoMo “no son personas fallecidas (no es un registro de defunciones concretas), sino el cálculo estadístico de la estimación del exceso de mortalidad” que se atribuye al exceso de temperaturas, concluye el ISCIII.
Por comparar estas muertes, en todo 2021 el ISCIII estimó en 1.298 los muertos por exceso de temperaturas, sólo 81 más que los muertos estimados provisionales por temperaturas extremas sin incluir aún la totalidad de la segunda ola de calor de 2021. Estas muertes no se calculan a partir de certificados de defunción por causa de la muerte sino como una estimación sin nombres ni causas, ha aclarado en Twitter el epidemiólogo Adrian Aginagalde
El ISCIII ha indicado también en una nota que las estimaciones no son consolidadas hasta al menos un mes desde su publicación porque se hacen correcciones por retrasos en la notificación de la mortalidad, aunque dan "una idea de la evolución de los excesos de mortalidad estimados en la población española". La institución detrás de MoMo aclara que usar estos datos para decir que "han fallecido xxx personas por esta ola de calor" es "incorrecto". *
No sólo muertes por calor: partículas en suspensión y ozono troposférico
Julio Díaz, director de la Unidad de referencia en Cambio Climático, Salud y Medio Ambiente Urbano, que forma parte de la Escuela Nacional de Sanidad del ISCIII, aclara a Maldita.es que “no toda la mortalidad que se produce es atribuible a la temperatura”. Por ejemplo, las dos primeras olas de calor de 2022 han coincidido con una entrada de polvo de Sáhara que contamina el aire con partículas en suspensión y causa muertes, como explicamos al hablar de la calima sahariana.
A las elevadas temperaturas y la contaminación por partículas en suspensión, se suma el efecto en la salud del ozono troposférico, un contaminante en alta concentración en el aire como consecuencia del calor. Lo señala Julio Díaz: “Se ha disparado el ozono y han aumentado las muertes. No todas las muertes que se producen en una ola de calor son atribuibles sólo a la temperatura, sino también por contaminación de partículas pequeñas y sobre todo por ozono”.
De hecho, un estudio de Díaz todavía no publicado ha calculado que en un contexto de bloqueo atmosférico como el que causa la ola de calor, si se le suma la llegada de polvo del Sáhara, el impacto en la mortalidad sería mayor por las partículas en suspensión y el ozono que por las propias temperaturas.
Por todo ello, Julio Díaz pide que los planes de prevención ante olas de calor no se centren sólo en la temperatura sino que también tengan en cuenta estos otros factores. También pide tomar medidas para reducir los niveles de ozono y de partículas de suspensión antes de la llegada del polvo sahariano o de la ola de calor porque se prevé con antelación estos picos de contaminación.
Una herramienta “desfasada”, según los expertos consultados **
Las muertes por calor no se suelen registrar como tal, sino por las causas subyacentes como infarto o isquemia, por lo que no es correcto utilizar el número de muertes registradas como muertes por calor, aclara a Maldita.es Ana María Vicedo, epidemióloga climática y jefa del grupo de cambio climático y salud del Instituto de Medicina Social y Preventiva de la Universidad de Berna (Suiza).
“Nosotros lo que hacemos es estimar con modelos epidemiológicos cuál es el riesgo de mortalidad asociada al calor y la correspondiente fracción de muertes, que es diferente a lo que se hace en MoMo”, añade. En su opinión, MoMo está “claramente desfasado” porque se basa en datos ‘esperados’ y no tiene en cuenta la mortalidad observada: “Actualmente existen herramientas y métodos mucho más adecuados que pueden dar una estimación más precisa del número de muertes por calor”.
Aurelio Tobías, investigador científico del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), también es crítico con el sistema del ISCIII porque “intentan adaptar una metodología básica que únicamente sirve para estimar sobremortalidad para atribuir a causas específicas a través de una metodología desfasada, cuando sería mucho más sencillo utilizar el riesgo de mortalidad asociado al calor y su correspondiente fracción de muertes en un estudio de atribución al calor”. **
En respuesta a estas valoraciones, Amparo Larrauri, científica titular del ISCIII en nombre del equipo responsable de MoMo, aclara a Maldita.es que el sistema ofrece "una información crucial para valorar el impacto de cualquier evento en la mortalidad de la población". Además, desde abril de 2022 MoMo estima qué parte de estos excesos de mortalidad se asocian al exceso o defecto de temperatura, un cálculo que incluye "no sólo las muertes en la que la temperatura es causa directa, sino también la mortalidad indirecta producida por el calor y el frío, a la que pueden contribuir múltiples factores como descompensaciones de patologías crónicas, condiciones socioeconómicas desfavorables o vulnerabilidad de la población, entre otros".
El modelo matemático utiliza la mortalidad observada de los últimos diez años para obtener la mortalidad esperada, añade. Para Larrauri, usar varias metodologías para un problema de salud pública como las muertes provocadas por el calor extremo y no sólo el riesgo de mortalidad por calor "enriquece su interpretación y fomenta una mejora continua del sistema". ***
Muertes por empeoramiento de otras enfermedades
Como ya explicamos al contar cómo las noches tropicales perjudican nuestra salud y afectan más a las personas con menos ingresos, el calor, como la contaminación, normalmente agrava otras patologías y no suele matar de forma directa a una persona sana. “Muy pocas veces se producen los golpes de calor como el que ha matado a un bombero en Zamora o a un barrendero en Madrid. En el año 2003 hubo un exceso de mortalidad de 6.600 personas en la primera mitad de agosto. Se atribuye al exceso de temperaturas pero sólo un 2% fue por golpe de calor. 6.400 se debieron al agravamiento de enfermedades, sobre todo en personas mayores”, explica a Maldita.es Julio Díaz. Precisamente, tras esa ola de calor es cuando nace MoMo “para reducir el impacto sobre la salud de la población como consecuencia del exceso de temperatura”.
No obstante, nadie está exento de sufrir un golpe de calor, indica el experto: la actual es una ola de calor “excepcional por duración, tamaño e intensidad”.
¿Cómo protegerte (a ti y a los demás) del calor?
Nuestro cuerpo es bastante hábil a la hora de regular su temperatura independientemente de las altas temperaturas exteriores. La sudoración es en esto un mecanismo clave: al evaporarse el sudor de la piel se lleva consigo parte de ese calor.
Pero para que la sudoración funcione adecuadamente es importante mantenerse hidratados bebiendo muchos líquidos. Aquí ya aclaramos algunos bulos y mitos relacionados con el calor, entre ellos si es cierto que se lleva mejor bebiendo líquidos calientes. La respuesta es que no hay evidencias que señalen si es mejor beber caliente o frío, lo importante es beber lo suficiente. Eso sí, será mejor que evites el alcohol o la cafeína porque favorecen la deshidratación.
En cuanto a la ingesta de líquidos, tal y como explica en esta web el Ministerio de Sanidad, si tienes cerca niños o personas mayores asegúrate de que beben también lo suficiente. Los niños no siempre piden agua, sobre todo si son muy pequeños, y a partir de cierta edad la sensación de sed se desregula y por tanto las personas mayores también corren un mayor riesgo de deshidratación. Ofréceles agua de forma regular para evitar que sufran un golpe de calor.
Evita salir en las horas centrales del día, cuando más calor hace, y especialmente evita hacer deporte durante ese tiempo. Mejor aprovechar las primeras horas del día cuando aún hace fresco, o si no la última hora de la tarde en la que el sol pega con menos fuerza.
Eso sí, protégete la piel, salgas a la hora que salgas, con una crema fotoprotectora adecuada, ropa fresca y un sombrero o gorra para evitar insolaciones.
También usa ropa ligera, holgada y que deje transpirar y no dejes a ninguna persona en un vehículo estacionado y cerrado, especialmente a personas menores de edad, mayores o con enfermedades crónicas.
El Ministerio de Sanidad ha publicado una infografía sobre cómo actuar si tienes agotamiento por calor o insolación.
* Actualizado el 18 de julio a las 16:45 con más información dada por el Instituto de Salud Carlos III.
** Actualizado el 20 de julio con la valoración de Aurelio Tobías y Ana María Vicedo.
*** Actualizado el 21 de julio con la respuesta de Amparo Larrauri de MoMo a las valoraciones de Aurelio Tobías y Ana María Vicedo.
Primera fecha de publicación de este artículo: 18/07/2022