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Cuidado con las declaraciones del economista Jeffrey Sachs sobre el origen del coronavirus en un laboratorio: él mismo aclara que es una opinión y no aporta evidencias de su argumento

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En los últimos días, varios medios de comunicación (ver ejemplos 1 y 2), perfiles en redes sociales y plataformas de mensajería (ver ejemplos 1, 2, 3 y 4) están difundiendo unas declaraciones de Jeffrey Sachs, economista y consejero de la ONU para los Objetivos de Desarrollo Sostenible, acerca del origen del SARS-CoV-2. Desde su punto de vista, dice estar “bastante convencido” de que [el coronavirus] “vino de un laboratorio de biotecnología estadounidense, no de la naturaleza”.

Sin embargo, Sachs no aporta ninguna evidencia científica durante sus declaraciones para defender esta hipótesis. Sobre su propia opinión acerca del origen del SARS-CoV-2 admite que “no se sabe con seguridad, debo ser absolutamente claro”. Además, él mismo introduce su comentario como una “declaración provocativa”, por lo que no se considera una afirmación científica, sino una opinión. Para defender su argumento, añade que presidió durante dos años la “comisión de The Lancet sobre COVID-19”, un grupo de trabajo interdisciplinar de salud, finanzas, negocios y políticas públicas que no ha publicado ningún trabajo científico sobre el origen del coronavirus y en el que él estaba por su condición de economista, que es su área de experto. El último informe (junio de 2022) del Grupo Asesor Científico sobre los Orígenes de Nuevos Patógenos, de la Organización Mundial de la Salud (OMS), recoge que las evidencias más actualizadas apuntan que el SARS-CoV-2 tiene un origen zoonótico (animal), sin que haya nuevos datos que sostengan la hipótesis del incidente en un laboratorio.

Varios contenidos señalan a Sachs como “directivo” de la revista científica The Lancet. Pero esto no es cierto: el economista no forma parte del equipo directivo de esta publicación. Sí presidió The Lancet COVID-19 Commission, una iniciativa interdisciplinar de investigación de ciencias de la salud, negocios, finanzas y políticas públicas, de la que forman parte la revista The Lancet, la Red de Soluciones de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas (presidida por Sachs) y el Centro para el Desarrollo Sostenible de la Universidad de Columbia (dirigido por Sachs). Os contamos.

Qué dijo Jeffrey Sachs y en qué contexto

El economista Jeffrey Sachs participó en un coloquio el pasado 15 de junio en el GATE Center (siglas en inglés de Centro de Análisis Global y Tendencias en Regiones Emergentes). En un momento de su intervención (min 00:12:16) hizo referencia a diversos retos globales que ha traído consigo la pandemia de COVID-19.

En este punto, se refirió a lo que él dice ser una “declaración provocativa”, que podía

“sorprender o no al público”: “He presidido durante dos años la Comisión de The Lancet sobre COVID-19. Estoy bastante convencido de que [el coronavirus] salió de un laboratorio de biotecnología de Estados Unidos, no de la naturaleza. Solo para mencionarlo, después de dos años de intenso trabajo”.

De este modo, señalaba, “desde su punto de vista”, el origen del virus se trató de “un error de biotecnología, no un accidente ni un contagio natural”. Pero, tras estas declaraciones, dijo: “No sabemos con seguridad, debo ser absolutamente claro, pero hay suficiente evidencia que debería ser revisada y no está siendo investigada, ni en Estados Unidos ni en ningún lado”. Tras esta reflexión, cambiaba de tema para continuar hablando de otros problemas globales, como la invasión de Ucrania.

La evidencia más actual sigue apuntando que el coronavirus “tiene origen zoonótico”

Las declaraciones de Sachs no se corresponden con la evidencia científica más reciente sobre el origen del coronavirus ni aporta pruebas que sustenten su punto de vista. El último informe (junio de 2022) del Grupo Asesor Científico sobre los Orígenes de Nuevos Patógenos (SAGO, siglas en inglés) de la OMS considera que los datos epidemiológicos y de secuenciación del coronavirus más actualizados sugieren que “las cepas ancestrales al SARS-CoV-2 tiene un origen zoonótico”, y que los virus genéticamente más cercanos son los betacoronavirus, identificados en murciélagos de herradura (Rhinolophus sinicus) en China en 2013 (96,1% de similitud al SARS-CoV-2) y en Laos en 2020 (96,8%).

Captura del informe de SAGO sobre el origen zoonótico de las cepas ancestrales del SARS-CoV-2

Este grupo de trabajo afirma que no hay nuevos datos disponibles para evaluar la hipótesis de que el SARS-CoV-2 surgió por un accidente o brecha de bioseguridad de un laboratorio y de ahí saltó a la población. Aun así se mantienen abiertos a “cualquier evidencia científica que esté disponible” en un futuro, sobre esta u otras hipótesis.

Captura del informe de SAGO sobre la hipótesis del laboratorio.

Para apoyar las investigaciones sobre esta hipótesis, destacan que es necesario “tener acceso y revisar todas las actividades de laboratorios con coronavirus, incluyendo los relacionados con el SARS-CoV-2 o sus ancestros cercanos, y el enfoque de bioseguridad y bioprotección que tienen estos laboratorios”. Sin embargo, inciden en que “no es una práctica común” publicar protocolos de bioseguridad de laboratorios individuales en revistas científicas de revisión por pares (por otros científicos independientes).

Otro informe anterior de la OMS sobre los orígenes del SARS-CoV-2 en China, publicado en marzo de 2021, consideraba “extremadamente improbable” que este coronavirus apareciera por una brecha de bioseguridad de un laboratorio. A su vez, evaluaba otras hipótesis de origen como “posibles” (origen zoonótico directo e introducción por productos de la cadena de frío) y “muy probable” (origen zoonótico con un huésped intermedio).

Captura de informe de la OMS sobre posibles hipótesis de origen del SARS-CoV-2 y su grado de posibilidad, de “extremadamente improbable” a “muy probable”.

El virólogo experto en coronavirus de la Universidad de Utah, Stephen Goldstein, apuntaba en un reportaje publicado en la Agencia SINC que las probabilidades de que el coronavirus tuviera origen en una brecha de bioseguridad “son pequeñas pero no diminutas”.

Jeremy Kamil, investigador de la Universidad Estatal de Luisiana, señalaba en el mismo artículo que es muy probable que este coronavirus fuera llevado a Wuhan por comerciantes o criadores de animales salvajes. Defiende esta hipótesis con un estudio de 2003 que detectó que trabajadores de Guandong (China) que comerciaban con estos animales tenían altas prevalencias de anticuerpos frente a coronavirus similares al SARS.

Quién es el economista Jeffrey Sachs y qué argumenta

Jeffrey Sachs es director del Centro para el Desarrollo Sostenible de la Universidad de Columbia y presidente de la Red de Soluciones de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas. Durante el tiempo de actividad de The Lancet COVID-19 Comission, ejerció como director de este grupo de trabajo. Se define como “profesor de economía de renombre mundial, autor de bestsellers, educador innovador y líder mundial en desarrollo sostenible”.

Algunos contenidos en redes apuntan a que Sachs es director de The Lancet, pero no es cierto: no forma parte del equipo directivo de ninguna de las revistas científicas que edita The Lancet, algo que se puede comprobar en el apartado de trabajadores de la página web de la revista.

No es la primera vez que Sachs opina sobre la hipótesis del laboratorio como origen de este coronavirus. Todos los artículos donde expresa su punto de vista sobre este asunto están firmados junto a Neil L. Harrison, profesor de Farmacología Molecular y Anestesiología de la Universidad de Columbia.

En un artículo de opinión para la revista científica PNAS, Sachs y Harrison llamaban a la comunidad internacional a que realizara una “investigación independiente” sobre el origen del SARS-CoV-2. Esta tribuna no aportaba evidencias sobre la hipótesis del laboratorio —de la que se menciona que es una de las dos principales hipótesis, junto al origen zoonótico— sino una llamada a la transparencia a los organismos de China y Estados Unidos que están explorando de dónde viene este patógeno.

En la publicación de PNAS, Sachs y Harrison afirman que el SARS-CoV-2 tiene una característica “inusual” llamada “sitio de corte por furina”, una parte de la secuencia genética de este coronavirus. Esta característica, creen el economista y el investigador de farmacia y anestesia, necesita investigarse para comprobar si se trata de una inclusión natural o artificial.

Sin embargo, sí ha habido investigaciones que han explorado esto: un estudio en murciélagos de Camboya encontró coronavirus con estructuras similares al SARS-CoV-2, lo que evidencia que el “sitio de corte por furina” fue un proceso de inserción natural. El argumento del “sitio de corte por furina” se ha usado en otros artículos que defienden la hipótesis del laboratorio, que ya desmentimos en Maldita.es.

Tras esta reflexión, Harrison y Sachs publicaron en Boston Globe otro artículo de opinión señalando que los estadounidenses “han escuchado mucho sobre la posibilidad de que los laboratorios chinos tuvieran un papel en el comienzo de la pandemia”, pero que, en realidad, “se sabe poco sobre el rol que puedan haber tenido las organizaciones de Estados Unidos”.

Sachs y Harrison publicaron otro comentario de opinión en Project Syndicate titulado ¿Ha ayudado la biotecnología estadounidense a crear el COVID-19?. Nuevamente, el artículo era una petición de transparencia al Gobierno de Estados Unidos para que realizase una “investigación bipartidista” sobre el origen del coronavirus.

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