Sí, todos hemos visto el vídeo de una mujer dando a luz en la orilla de una playa y sin ninguna asistencia médica. Hay artículos en otros medios —como este de El País, que habla también de los peligros del movimiento freebirth, que promueve los partos sin asistencia sanitaria— que insisten en que es una mala idea desde el punto de vista de la salud, tanto de la embarazada como del bebé. Nosotros, además de afirmar que no es en absoluto seguro dar a luz en el mar, hemos querido recoger cuáles son los principales riesgos y peligros de esta práctica.
José Alcolea, ginecólogo en el Hospital San Juan de Dios de Córdoba y portavoz de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), explica a Maldita.es los tres principales peligros que tendría dar a luz en el mar. El que destaca primero es el de hipotermia (cuando la temperatura corporal baja de los 35 ºC): “Dar a luz en un agua que, de temperatura media, está a 12 grados, puede provocar al niño un enfriamiento agudo”.
Como comparativa, Alcolea recuerda que cuando un bebé tiene un problema neurológico, por ejemplo, “les ponen en cunas de hipotermia a 32 ºC, una temperatura en la que el cerebro del niño entra en hipotermia”: “Imagínate si nos vamos a una costa del Pacífico en la que está el agua a 6 ºC”.
También cita el riesgo de infección que puede darse en el agua del mar, “un medio que no es aséptico”. Aquí Alcolea cita los partos en agua y el uso de bañeras de dilatación, donde no se da a luz, sino que se intenta acortar el tiempo de dilatación y reducir el dolor. Estas prácticas se ofrecen en determinados hospitales, “sobre todo en países occidentales”, y donde la embarazada debe cumplir ciertas condiciones como no ser madre primeriza, tener un histórico de partos normales y que no se trate de un embarazo de riesgo.
En estas situaciones, precisa, “el agua está a una temperatura continua de 37 ºC, clorada y se controla continuamente su pH”. Todo ello para evitar que no ocurra ni una infección al bebé ni a la madre, como podría ser una infección puerperal —durante los 15 primeros días tras el parto— como una endometritis, “al entrar agua en el útero que no sabes si está contaminada”.
Por último, menciona el riesgo de una hemorragia aguda para la madre, una complicación que se puede dar en dos de cada tres mujeres que no presentan ningún factor de riesgo, pero que es evitable y tratable con asistencia sanitaria. “En un parto normal puede aparecer y gracias a los tratamientos en hospitales hemos logrado unas cifras de mortalidad muy bajas pero, sin asistencia, como es en esa playa, no hay nadie que le administre oxitocina o prostaglandina —dos fármacos que se emplean en situaciones de hemorragia en partos—”.