Está circulando un contenido que afirma que “distintos expertos advirtieron del aumento del riesgo de infección por VIH vinculado a algunas vacunas del COVID-19". También se mueve un titular de un artículo de 2020 de la revista Forbes sobre esta advertencia.
Los contenidos hacen referencia a una carta publicada en la revista científica The Lancet de octubre de 2020. En ella, un grupo de investigadores exponía que vacunas experimentales contra el VIH que utilizaron el adenovirus humano 5 (Ad5) como vector habían aumentado el riesgo de infección por VIH en un subgrupo de participantes. Los investigadores expresaron su preocupación por la posibilidad de que aquellas vacunas contra la COVID-19 que usaran este vector pudieran incrementar el riesgo de contraer el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) en poblaciones con alta incidencia de esta infección.
Ninguna de las vacunas en uso en España utiliza este tipo de adenovirus. La vacuna de AstraZeneca usa un adenovirus de chimpancé mientras que el utilizado por la de Janssen se trata del adenovirus humano 26. Vacunas aprobadas en otros países, como Sputnik V o Convidecia, sí usan este adenovirus pero, a día de hoy, no existen evidencias científicas de que hayan aumentado el riesgo de infección por VIH, según señalan desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) a Maldita.es e indican otros expertos consultados.
Las vacunas en uso en España contra la COVID-19 no contienen este tipo de adenovirus
Uno de los contenidos que circulan indicaba, en un primer momento, que la vacuna de Janssen contiene el adenovirus 5 del que advierte la carta de The Lancet, pero no es así: ninguna de las vacunas en uso en España (Pfizer, Moderna, AstraZeneca, Janssen y Novavax) lo utilizan como vector.
Los adenovirus son una familia de virus que pueden causar el resfriado común y que se utilizan como vectores de vacunas para trasladar instrucciones a nuestras células. La vacuna de AstraZeneca, Vaxzevria, usa un adenovirus de chimpancé mientras que la de Janssen hace lo propio con un adenovirus humano 26 (Ad26). Lo que consiguen ambas es introducir en el organismo un adenovirus con el ADN modificado que es inofensivo y que, dentro de nuestras células, se convierte en copias de ARN. Es este ARN el que contiene las instrucciones para que nuestras células fabriquen la proteína S (espícula o Spike) que es igual a la del coronavirus SARS-CoV-2.
Como se aclara en este artículo de la revista científica Science, no hay evidencia de que ninguno de estos adenovirus aumente el riesgo de una infección por VIH.
Lo que ocurrió con vacunas experimentales contra el VIH que usaron el adenovirus 5
En octubre de 2020, un grupo de investigadores envió una carta a la revista The Lancet acerca de las vacunas que usan un tipo concreto de adenovirus, el adenovirus 5 (Ad5), como vector. Esta carta no es un artículo científico ni ha pasado la revisión por pares.
En 2007, se utilizó el adenovirus 5 en una vacuna experimental contra el VIH en un ensayo denominado STEP, en el que participaron tres de los investigadores que firmaron la carta en The Lancet. En este ensayo, se encontró que los hombres no circuncidados que se habían infectado con el Ad5 de forma natural antes de recibir la vacuna tenían un mayor riesgo de contraer el VIH. Este efecto también se observó en un segundo estudio en Sudáfrica, denominado Phambili.
Sin embargo, aún no está claro por qué la vacuna aumentó el riesgo de infección por VIH en estos casos. Los investigadores plantean varias posibilidades, como recoge la revista Science: la reducción de la inmunidad ante el VIH, la mejora de la replicación del virus del sida o la creación de más células diana para este.
Isabel Solá, viróloga del laboratorio de coronavirus del Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC), señala a Maldita.es que "la explicación más probable es que esas personas tuvieran anticuerpos frente a Ad5 que lo atacaban, impidiendo que se expresara el antígeno del VIH y que pudiera inmunizar".
"No se sabe bien la causa, pero parece que la respuesta celular contra el vector podría estar detrás de esta observación. En cualquier caso, son conjeturas", indica por su parte Jorge Carrillo, vocal de la Sociedad Española de Inmunología (SEI) e investigador en el Instituto de Investigación del Sida irsiCAIXA, a Maldita.es.
En la carta de The Lancet de 2020, los investigadores alertaron sobre la posibilidad de que una vacuna contra la COVID-19, con este adenovirus como vector, aumentara potencialmente el riesgo de contraer VIH en países con alta incidencia de esta infección. Por tanto, pedían que se evaluara a fondo la cuestión antes de seguir desarrollando vacunas para el SARS-CoV-2 con este vector.
No existen evidencias de que las vacunas contra la COVID-19 que utilizan el adenovirus 5 aumenten el riesgo de infección por VIH
La carta de The Lancet se publicó hace más de un año, cuando varias vacunas frente al coronavirus estaban aún en desarrollo. A día de hoy, hay dos vacunas aprobadas que utilizan el Ad5 como vector: la vacuna Convidecia, desarrollada por la farmacéutica china CanSino Biologics, aprobada por el momento en 10 países, y la vacuna Sputnik V, desarrollada por el Instituto ruso Gamaleya y aprobada en más de 70. Esta última usa los adenovirus Ad26 y Ad5 como vectores para la primera y segunda dosis.
Ahora bien, ¿se ha observado que estas vacunas contra la COVID-19, las que utilizan el Ad5, aumentan el riesgo de infección por VIH? "No hemos visto ninguna evidencia que respalde tal afirmación", aseguran desde la OMS a Maldita.es.
Por su parte, los propios investigadores de la carta hablan de un "riesgo teórico" que no se ha estudiado. La autora principal, Susan Buchbinder, directora de Bridge HIV en el Departamento de Salud Pública de San Francisco (SFDPH), afirma a Maldita.es que creen que existe un riesgo teórico de que, si se usan en poblaciones con alta prevalencia de VIH, las vacunas de la COVID-19 con este adenovirus podrían aumentar el riesgo de infección. "Este es sólo un riesgo teórico, pero creemos que debería estudiarse", manifiesta Buchbinder.
"Tengo la sensación de que nadie se ha fijado. Ni los gobiernos que utilizan vacunas basadas en Ad5 ni las empresas", apunta a Maldita.es Carl Dieffenbach, director de la División sobre el SIDA del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID) de Estados Unidos (EEUU) y otro de los investigadores de la citada carta. Además, Dieffenbach recuerda que este supuesto riesgo sólo afectaría a casos muy concretos.
Para que exista el supuesto riesgo "la persona vacunada con una vacuna basada en Ad5 debe tener inmunidad previa a Ad5, no estar circuncidada y tener relaciones sexuales insertivas con una persona con VIH que no esté suprimido viralmente. Por lo tanto, recibir una vacuna Ad5 crearía un riesgo para un subconjunto de personas, no para la población en general", señala.
Carrillo explica que esta advertencia que algunos investigadores plantean sobre el uso del Ad5 como vector ha causado que países como Sudáfrica, donde la prevalencia del VIH es alta, hayan decidido no autorizar el uso de vacunas con este adenovirus.
El 18 de octubre de 2021, la Autoridad Reguladora de Productos Sanitarios de Sudáfrica (SAHPRA) denegó la solicitud de aprobación de la vacuna rusa Sputnik V. Pocos días después, Namibia también suspendió el lanzamiento de esta vacuna en el país.
Por su parte, el Instituto ruso Gamaleya, que ha diseñado la vacuna Sputnik V, aseguró que las preocupaciones sobre la seguridad de las vacunas con vectores Ad5 en poblaciones de riesgo de infección por VIH son "completamente infundadas". "Si bien los adenovirus, incluido el Ad5, son una de las causas más frecuentes de la gripe común leve, no hay evidencia de un mayor riesgo de infección por VIH entre la población humana después del resfriado común", dijeron desde el instituto a Reuters.
Sola señala que el hecho de que las vacunas contra el VIH con Ad5 no protegieran frente a la infección por este virus no significa que las destinadas a la prevención del coronavirus que usan este adenovirus vayan a aumentar el riesgo de infección por VIH. En este sentido, expertos de Health Desk aseguran que no hay datos actuales que muestren un mayor riesgo de VIH con Sputnik V o Convidecia.
"No se ha demostrado que las vacunas de COVID-19 basadas en adenovirus 5 aumenten la infección por VIH", concluye Carrillo.
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