Quizá te has topado con un contenido que muestra cuatro imágenes de, supuestamente, cómo son las lágrimas bajo el microscopio según lo que las causa: lágrimas de dolor, de miedo, “de cebolla” (sic) y de risa. Con esto, nos habéis preguntado qué sabe la ciencia sobre si las lágrimas cambian (de composición, de estructura, de aspecto, etc.) en función de la emoción que se sienta.
Es cierto que existen diferentes tipos de lágrimas, pero esta clasificación no se establece según si las emociones que se sienten se consideran positivas o negativas. A pesar de esto, las lágrimas generadas por estas emociones son —hasta lo que se sabe actualmente— únicas de nuestra especie y tienen características que las diferencia de otro tipo de lagrimeo. Os contamos.
Tres tipos de lágrimas: basales, reflejo y emocionales
Las lágrimas son un líquido que se genera en las glándulas lacrimales y cumple una función de entrega y excreción de nutrientes y productos metabólicos de la córnea, la parte exterior y transparente del ojo que recubre el iris y la pupila. Están compuestas de agua, electrolitos (minerales con carga eléctrica que le otorgan un sabor salado), lípidos y proteínas (como anticuerpos, lisozimas, lactoferrina, lipocalinas y albúminas) que defienden al ojo de patógenos.
Según detalla la Academia Americana de la Oftalmología (AAO) y nos explicó en una Maldita Twitchería dedicada al llanto Rubén Pulido, oftalmólogo y maldito que nos prestó sus superpoderes, existen tres tipos de lágrimas: basales, reflejo y emocionales.
Las lágrimas basales se encuentran todo el tiempo en el ojo y se encargan de lubricarlo, nutrirlo y proteger la córnea. Este tipo de lágrima elimina los residuos que se acumulan en la superficie del ojo y mantienen la calidad de la visión.
Las lágrimas reflejo salen cuando el ojo se ve afectado por un agente nocivo, como puede ser arena, una pestaña, una sustancia a la que tenemos alergia o al cortar cebolla. Cuando esto sucede, se liberan en cantidades mucho mayores que las lágrimas basales, haciendo que se ‘inunde’ (de ahí que se salga este líquido de la cavidad ocular) y limpiándolo. Este tipo de lágrimas contienen más anticuerpos que las lágrimas basales para combatir los patógenos que pueden aparecer en el ojo, explica la AAO.
Por último, las lágrimas emocionales se desencadenan cuando experimentamos sentimientos intensos, como alegría, dolor, tristeza o miedo. Son las lágrimas que se expulsan al llorar y, según la evidencia disponible hasta la fecha, son únicas de la especie humana.
En este tipo de lágrimas se han detectado hormonas como la prolactina, adrenocorticotrópica (relacionado con momentos de tensión o estrés) y encefalinas (intervienen en la regulación del dolor), elementos que no se encuentran en las lágrimas reflejo ni en las basales. No obstante, la AAO explica que estas evidencias de la composición química de las lágrimas emocionales son preliminares y necesitan de más investigaciones.
Por lo tanto, sí que es cierto que la composición de la lágrima es diferente dependiendo de si se trata de una basal, reflejo o emocional, pero no es posible determinar si dentro de las emocionales son diferentes en función del sentimiento.
El origen de las imágenes: un proyecto fotográfico (y no científico) que intentó documentar diferentes tipos de lágrimas
¿De dónde provienen estas imágenes de diferentes lágrimas según el sentimiento? Se trata de un proyecto fotográfico de la artista estadounidense Rose-Lynn Fisher publicado en 2013 y titulado La topografía de las lágrimas. Según explica en esta entrevista para NPR, su intención era documentar cómo eran la apariencia de sus lágrimas según lo que le ocurriese “ya sea pena, euforia o cortar cebollas”.
Fisher recogía estas lágrimas en un portaobjetos de cristal y les tomaba una foto con una cámara digital montada en un microscopio óptico antiguo. Sin embargo, la artista rechaza que este proyecto tenga una intención científica ni que estas fotografías intenten documentar las propiedades químicas de sus lágrimas: “Solo intento reflejar su naturaleza existencial y poética”.
Snopes, página dedicada a la verificación de bulos y leyendas urbanas de internet, documenta que estas fotografías comenzaron a difundirse desde 2014 en páginas como Reddit, Quora o posts de Facebook. En declaraciones a esta web, Fisher critica que estas publicaciones “tergiversan mi trabajo” e “implican que estas imágenes representan diferentes composiciones químicas y biológicas de las lágrimas y presentan esto como si fuera un hecho concluyente, establecido y atribuido a mí”.
A esto se le añade que la recogida de muestras no era nada ‘científica’: Fisher reconoce que muchas lágrimas “se guardaban en portaobjetos y se dejaban evaporar al aire”, otras “se cubrían con una capa de cristal y haciendo que la lágrima se ‘aplastase’ y expandiese”, y también se emplearon diferentes ajustes de microscopio y cámara para mostrar diferentes estéticas. Todo ello influyó en las imágenes finales y queda lejos de los principios de reproducibilidad y repetibilidad de la experimentación científica.
En este artículo ha colaborado con sus superpoderes el maldito oftalmólogo Rubén Pulido.
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