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¿A qué se debe el olor de la lluvia?

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En Maldita.es os hemos resuelto varias consultas relacionadas con la lluvia: qué hacer ante el riesgo de inundaciones, como mantener la eficacia de las mascarillas cuando llueve o qué son los imbornales y por qué deben estar limpios antes de las lluvias. Ahora nos habéis preguntado por el olor que impregna un lugar cuando llueve. ¿A qué se debe este aroma a tierra tan característico?

El olor a tierra mojada se llama “petricor”

“El olor a tierra mojada recibe un nombre muy peculiar”, explica a Maldita.es Juan José Tejado, presidente de la Asociación Geológica de Extremadura (AGEx). La palabra que se utiliza para hacer referencia al olor que se produce cuando la lluvia cae en determinados suelos es “petricor”. 

Esta palabra apareció por primera vez en la revista científica Nature hace más de 50 años. Dos geólogos australianos, Isabel Joy Bear y R. G. Thomas, trataron de averiguar por qué muchas arcillas y suelos secos naturales desarrollan un olor peculiar y característico cuando se humedecen con agua.

En 1964 utilizaron el término “petricor” por primera vez para referirse a dicha “esencia tenue derivada de la roca o la piedra” en determinadas circunstancias. En un artículo de ambos autores publicado dos años más tarde en la revista Geochimica et Cosmochimica Acta se indica que el petricor, “conocido por los mineralogistas como olor arcilloso, se observa comúnmente como el olor agradable y refrescante que con frecuencia acompaña a las primeras lluvias después de un período cálido y seco”. 

El olor a la lluvia puede deberse a un aceite atrapado en el suelo y liberado por la humedad

La lluvia no tiene olor en sí misma, según explica Tim Logan, profesor de Ciencias Atmosféricas de la Universidad de Texas A&M, en The Conversation. Pero entonces, ¿a qué se debe exactamente este olor? 

Tal y como explica la Organización de Investigación Científica e Industrial del Commonwealth (CSIRO, por sus siglas en inglés), ambos geólogos descubrieron un aceite amarillento al destilar al vapor rocas que habían estado expuestas a condiciones cálidas y secas al aire libre. Este aceite, “atrapado en las rocas y el suelo pero liberado por la humedad”, era responsable del olor.

En teoría el olor en sí se produce cuando el aumento de la humedad, que se produce justo antes de la lluvia, llena los poros de las rocas o de la tierra con pequeñas cantidades de agua, según recoge CSIRO: “Si bien es solo una cantidad minúscula, es suficiente para eliminar el aceite de la piedra y liberar petricor en el aire”. Este proceso “se acelera aún más cuando llega la lluvia real y hace contacto con la tierra, esparciendo el olor en el viento”.

Según el artículo publicado en Nature, los materiales en los que predominaron minerales como la sílice (un grupo de minerales compuestos de silicio y oxígeno) o varios silicatos metálicos “sobresalieron en su capacidad para producir el olor”. Los investigadores también se dieron cuenta de que el olor podría obtenerse de materiales “ricos en óxido de hierro, con o sin sílice”.

Un grupo de microorganismos diminutos son los principales responsables del petricor

Pero, ¿qué era ese aceite amarillento al que se referían los dos geólogos autstralianos y de dónde se desprende exactamente el olor a la lluvia? Logan explica que el petricor es una combinación de compuestos químicos aromáticos.

Sus ingredientes principales se desprenden de los aceites de las plantas y de las bacterias que viven en el suelo. Según cuenta, la principal responsable del petricor es la actinobacteria, es decir, “diminutos microorganismos que se hallan en áreas rurales y urbanas y también en entornos marinos”. 

Según cuenta, estos microorganismos descomponen la materia orgánica muerta, o en descomposición, en compuestos químicos simples que luego se transforman en nutrientes para el desarrollo de plantas y otros organismos.

“Un subproducto de su actividad es un compuesto orgánico llamado geosmina que contribuye al petricor. La geosmina es un tipo de alcohol con un olor similar al del alcohol desinfectante”, explica en The Conversation.

Cuando pasan varios días sin lluvia, “el proceso de descomposición de la actinobacteria se ralentiza”. Pero justo antes de que llueva el aire se vuelve más húmedo y el suelo también comienza a humedecerse. “Esto ayuda a acelerar la actividad de las actinobacterias y se produce más geosmina”, afirma.

La lluvia libera aerosoles al impactar con el suelo que podría transportar elementos aromáticos

Una vez que las gotas impactan en el suelo, liberan nubes de aerosoles, tal y como indica  un equipo de investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés) en una investigación realizada en 2015. Este mecanismo, según dichos expertos, podría explicar el petricor.

“Cuando una gota de lluvia golpea una superficie porosa, atrapa pequeñas burbujas de aire en el punto de contacto. Como en una copa de champán, las burbujas se disparan hacia arriba y finalmente estallan en una efervescencia de aerosoles”, se explica en el portal de noticias del MIT. Los investigadores consideraban que en entornos naturales “estos aerosoles pueden transportar elementos aromáticos, junto con bacterias y virus almacenados en el suelo”.


Primera fecha de publicación de este artículo: 26/08/2021

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