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MALDITA CIENCIA

EDICIÓN ESPECIAL NAVIDAD II: la nariz roja de los renos, enredo de las luces de Navidad, ansiedad o placer con los regalos y remedios para una digestión pesada. Llega a Maldita Ciencia el consultorio 169º

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¡Muy buenos días, malditas y malditos! Bienvenidos al consultorio científico navideño de Maldita Ciencia, la mejor herramienta para proponer nuevos temas de conversación en las cenas de estas fiestas y, si encarta, resolver siempre las preguntas del quesito verde del Trivial. El de este año lo queremos dedicar a varias preguntas y situaciones muy típicas de este mes de celebraciones. También te recordamos nuestra primera edición del consultorio navideño, de 2019 (¡qué lejos queda!), en la que hablamos de las cabezas de gambas para el caldo, la estrella de Belén y las jorobas de los camellos.

Como sabemos que en estas fiestas seguro que coincides con seres queridos que te plantearán nuevas dudas científicas, aquí estamos nosotros para ayudarte. Puedes enviárnoslas por TwitterFacebook, correo electrónico ([email protected]) o a través de nuestro chatbot de WhatsApp (¡guárdate el número! +34 644 22 93 19).

¿Por qué se enredan durante el año las luces de Navidad?

Llega diciembre y toca sacar la caja con la decoración navideña: el árbol, las bolas, el belén, las figuritas y, por supuesto, el amasijo de luces. Cuando llega este momento lo más típico es maldecir a nuestro yo del pasado y preguntarnos por qué no le dedicaríamos más tiempo a ordenar correctamente todas las tiras, bombillas y cables de colores. Pero… ¿tiene la ciencia algo que decir sobre esto? ¿Hay algo que explique por qué siempre aparecen enredadas las luces de Navidad de un año para otro? ¿Existe alguna relación entre este fenómeno y que también se enreden los cables de los auriculares en el bolsillo? Os contamos lo que sabemos.

En primer lugar, queremos destacar que este fenómeno es una bonita y simple demostración del segundo principio de la termodinámica, que establece que la cantidad de entropía del universo tiende a incrementarse con el tiempo. Sin entrar en demasiados tecnicismos, la entropía es una magnitud que mide el número de microestados de un sistema compatibles con el macroestado en equilibrio y, coloquialmente, es una manera de medir el desorden de un sistema. Abrir la caja y encontrarte las luces igual o más desordenadas que el año pasado no es más que obedecer las leyes de la termodinámica: nunca te encontrarás las luces más ordenadas que el año pasado (si nadie o nada ha actuado sobre este sistema, claro).

En el caso concreto de los nudos y enredos, existe una investigación experimental de 2007 publicada en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences en la que se demuestra, a través de la teoría de nudos (una rama de las matemáticas que estudia las transformaciones que se pueden hacer en una cuerda, como estirar, retorcer, doblar, sin que se llegue a romper), que un montón de cuerdas (como las luces de navidad) se enredan inevitablemente en nudos. Esta investigación fue merecedora del premio Ig Nobel de 2008 en la categoría de Física.

Detrás de este enunciado tan sencillo existen un importante trabajo de operaciones matemáticas (y experimentos en vídeo, como este) que explican qué fuerzas actúan para que la cuerda cada vez esté más desordenada. Entre otras cosas, lograron demostrar que cuanto más larga sea la cuerda, más flexible y a más agitaciones esté expuesta, es más probable que aparezcan nudos en ella

Sabiendo el principio termodinámico y los experimentos de la teoría de nudos, se explica que depende de la longitud de la tira de luces de navidad, su rigidez y el número de movimientos que tenga (durante su guardado en la caja en enero, cuando sale de ella en diciembre y todos los movimientos que puede sufrir a lo largo del año), el número de microestados en los que puede situarse la cuerda será mayor, más nudos tendrá y, en definitiva, más desordenada aparecerá en la próxima navidad. Si quieres evitarlo, te dejamos un videotutorial donde se explican diferentes técnicas para enrollar una cuerda y que su entropía no aumente tanto para las próximas fiestas.

¿Por qué la nariz de Rudolph, uno de los renos de Papá Noel, es roja? 

Si hay un animal típico de estas fechas, además de la mula y el buey, es el reno. Concretamente, Rudolph, uno de los principales motores del trineo de Papá Noel. Seguro que lo has visto representado de muchas maneras diferentes pero con un detalle en común: su característica nariz roja. ¿Por qué? ¿Hay una explicación detrás del morro colorado de este reno? Lo cierto es que sí, la microcirculación nasal, es decir, los vasos sanguíneos y la sangre que recorren la nariz. 

Como explicaban los investigadores de un estudio sobe la nariz de los renos publicado en la revista científica British Medical Journal durante la Navidad de 2012, “la microcirculación nasal tiene funciones fisiológicas importantes, como calentar, filtrar y humidificar el aire inhalado, controlar la inflamación, transportar líquido para la formación de moco y suministrar oxígeno a las células del tejido nasal”. Esta capacidad permite a los renos resistir las bajas temperaturas.

De ahí su color rojo, de la gran densidad de vasos sanguíneos y, por lo tanto, de glóbulos rojos, que 'riegan' la nariz de estos animales. 

Esto se ve exagerado o potenciado por la tradición y los cuentos navideños, sobre todo en la figura de Rudolf (cuya nariz, además, brilla). Según los autores del estudio, los resultados resaltan las propiedades fisiológicas intrínsecas de su “legendaria nariz roja luminosa": ayudarían a protegerlo del congelamiento durante los paseos en trineo y a regular la temperatura de su cerebro, “factores esenciales para que los renos voladores tiren del trineo de Papá Noel bajo temperaturas extremas”.

¿Qué hacer ante una digestión pesada?

Navidad, además de luces y Papá Noel, también es época, para algunos al menos, de comidas y cenas pesadas. Estos excesos se pueden traducir en digestiones pesadas, acidez, ardor y gases. ¿Qué opciones tenemos para afrontarlo y para prevenirlo?

Sobre el reflujo gastroesofágico, es decir, el reflujo del contenido del estómago al esófago, conocido normalmente como acidez o ardor de estómago, ya hemos escrito en Maldita.es. Y como contamos, no hay evidencias de que la leche, el bicarbonato o el zumo de limón alivien los síntomas del reflujo. Aunque la leche parece provocar un alivio momentáneo de la acidez de estómago, también estimula la producción de ácido. Sí funciona el omeprazol y otros inhibidores de la bomba de protones (medicamentos que inhiben la secreción ácida producida en el estómago) como el esomeprazol y el lansoprazol. Antes de consumir ningún medicamento consulta el prospecto y a un profesional sanitario en caso de duda.

Además de contar qué remedios son efectivos, os recordamos cómo prevenir el reflujo: limitar o eliminar el consumo de algunos alimentos como los picantes o muy especiados o los que contienen una excesiva cantidad de grasa (por ejemplo, la mayonesa, la mantequilla, los alimentos fritos o los embutidos), disminuir el consumo de alcohol, té y café, hacer varias comidas al día de poca cantidad y dejar pasar dos horas entre que cenas y te acuestas.

Más allá de la dieta, también es recomendable dejar de fumar, perder peso, hacer ejercicio moderado y elevar el cabecero de la cama unos 30º con tacos de madera. ¿Qué tiene que ver la inclinación a la hora de dormir con el reflujo? Pues una revisión científica indicó que hacerlo alivia la pirosis nocturna (la sensación de ardor o quemazón por la noche) y las alteraciones del sueño asociadas.

Respecto a los gases también hemos escrito sobre por qué se producen y aclarado si las flatulencias que no suenan huelen peor (spoiler: el sonido no tiene relación directa con el olor). El meteorismo es la aparición de síntomas relacionados con la presencia de gas en el intestino que se puede manifestar como gran cantidad de eructos, distensión del abdomen, ruidos intestinales, ventosidades y en ocasiones dolor en la zona del abdomen, explica José Miguel Rosales Zábal, médico del Hospital Costa del Sol de Marbella (Málaga) y especialista de la Fundación Española de Aparato Digestivo (FEAD) en la página web de la fundación.

El malestar por los gases se puede tratar con fármacos antiflatulentos, como los derivados de la simeticona o dimeticona. A veces y en función de los síntomas asociados, los fármacos espasmolíticos (que reducen los espasmos), procinéticos (mejoran el tránsito intestinal) y fármacos ansiolíticos (reducen la ansiedad) o antidepresivos a bajas dosis pueden ayudar a resolver el problema, según Rosales Zábal.

Para prevenir el meteorismo, las recomendaciones de FAED son masticar bien los alimentos, beber y comer lentamente, beber poca cantidad de líquido durante las comidas y que sean bebidas sin gas y mejor sin pajitas, evitar chupar caramelos, mascar chicle y fumar. Respecto a la dieta, el médico José Miguel Rosales Zábal aconseja no realizar comidas demasiado copiosas o de condimentación fuerte, usar las técnicas culinarias que menos grasa aporten a los alimentos como el cocido o hervido, la cocina al vapor, el escalfado, el rehogado, la plancha, el horno y el papillote y utilizar moderadamente fritos, rebozados, empanados, guisos y estofados.

¿Por qué hay gente que siente ansiedad o placer cuando tiene que hacer un regalo?

Recibir un regalo en Navidad o Reyes suele ser una alegría (salvo que sean otra vez calcetines...), aunque a veces también puede ser una experiencia desagradable. Pero escoger uno para darlo no siempre es fácil. De hecho, algunas personas pueden sufrir ansiedad a la hora de afrontar este reto. Otras, en cambio, lo disfrutan tanto o más que cuando lo reciben. ¿Qué nos hace afrontarlo de forma tan distintas a unas personas y otras? Os lo contamos con ayuda de psicólogos.

El significado que cierta acción, como puede ser regalar o comprar regalos, tiene para cada persona "está determinado por el tipo de vivencias que la persona ha asociado a esa situación o acción. Esto implica que existen tantas formas de vivir la compra o la entrega de regalos en Navidad como personas hay", indica a Maldita.es la psicóloga clínica Miriam Rocha Díaz en ITEMA. "Las variables que rodean la acción de regalar y las condiciones en las que se regala puede afectar sin duda a la forma de vivirlo y al agrado, relajación, presión u obligación con la que se realice este acto", aclara.

"La ansiedad se da en aquellas personas que están demasiado pendientes del otro, de si lo complacerán o no; y de aquí surge la ansiedad, de pensar en el hecho de no haber acertado", señaló José Ramón Ubieto, profesor colaborador de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) en la página web de la universidad. Algunas variables que pueden llevar a generar ansiedad o estrés al regalar son, según Rocha, temer no acertar con el regalo o anticipar una decepción en el receptor, conocer poco a la persona a la que se regala (lo que dificulta el proceso y aumenta el riesgo de fallar), tener poco tiempo disponible y por tanto vivir esta tarea con presión, no ser una persona a la que guste especialmente ir de compras, no ser imaginativo u ocurrente, que no exista buena relación con el receptor del regalo, tener dificultades económicas que dificulten la búsqueda de un regalo 'decente' o el sentir que se regala por imposición y no por verdadera convicción.

En cambio, lo que puede influir a la hora de disfrutar de dar regalos, señala Rocha, incluye anticipar una respuesta emocional positiva de la otra persona (lo cual puede generar cierta satisfacción anticipada), que la persona disfrute del propio proceso de ir de compras y visitar tiendas, que la persona tenga suficiente conocimiento sobre los gustos y necesidades de la persona regalada (ya que esto disminuye la probabilidad de fallar y aumenta la de tener éxito), que la persona sea imaginativa y no le cueste generar ideas de forma fácil (ya que hay personas a las que esto les supone muchísima dificultad y no saben ni por dónde empezar), tener tiempo para dedicar a la compra de regalos (la falta de tiempo puede ser un estresor importante) y que exista buena relación con la persona a la que tienes que regalar.

No obstante, no necesariamente podemos categorizar a las personas entre quienes disfrutan regalando y a las que les genera ansiedad regalar, ya que podemos pasar de una categoría a otra en función de las variables específicas que ya hemos explicado, indica Miriam Rocha. Además, aclara la psicóloga, en navidades se pueden unir algunas de las variables propuestas y también pueden aparecer otras más específicas de estas fechas que pueden condicionar la vivencia del proceso como la sobreexposición a la estimulación que alienta a las compras, la cantidad de gente por la calle o en tiendas o los atascos en zonas comerciales.

El psicólogo general sanitario Jesus David Zarza y miembro de la Sociedad para el Avance del Estudio Científico del Comportamiento (SAVECC) señala a Maldita.es que también la Navidad se asocia en algunas personas con experiencias de tensión, de discusiones familiares o de abandono: "Además este año tenemos el incremento de casos de COVID-19 por lo que la Navidad puede predecir situaciones de contagio o enfermedad y en algunos casos puede ser hasta limitante".

Zarza aconseja a quienes dé ansiedad o malestar hacer regalos buscarlos de forma intencional, dedicando tiempo a saber qué quiere la persona que va a recibir el regalo, a buscarlo y adquirirlo. Por su parte, Ubieto recomienda arriesgar un poco e intentar encontrar algo que el otro no haga habitualmente: "Podemos arriesgar y regalar una experiencia nueva teniendo presente qué ámbito de intereses tiene".

En el lado contrario, para las personas que no les guste recibir regalos, el profesor de la UOC recomienda ponerse en la piel del otro y que piense que se lo han hecho con la voluntad de sorprenderlo: "Si realmente es una cosa que no le gusta, siempre se puede intentar cambiarla y es una manera de aceptar el don del otro. Es decir, nos puede gustar el gesto de que nuestro hijo nos ha hecho un regalo, pero no el regalo en sí mismo".

Antes de que os vayáis de Nochebuena...

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