La r es la decimonovena letra del alfabeto español y su fonema, según el Diccionario de la Lengua Española de la Real Academia Española, es "consonántico vibrante simple", como en brazo y cara, y "consonántico vibrante múltiple" como en rojo. El fonema es la articulación mínima de un sonido, ya sea vocálico, o consonántico, como la r. ¿Por qué algunas personas tienen dificultad para pronunciar este sonido vibrante? Como explica a Maldita.es el logopeda David Sánchez, "la r es el último fonema que se aprende en nuestro idioma".
Este sonido es uno de los más complicados porque necesita una adecuada posición de la lengua, que vibre correctamente (algo que muchas veces cuesta adquirir), una lengua competente que se mueva de manera correcta y permita articular los sonidos y una buena resonancia que permita la salida de aire adecuada.
Se considera que hay un retraso en su adquisición si no se puede pronunciar tras cumplir entre los 5 años y medio y 7 años. Si eso ocurre, ¿qué podemos hacer? Sánchez aconseja hacer un trabajo de discriminación auditiva y así lograr que nuestro cerebro distinga ese fonema. La discriminación auditiva es la habilidad para reconocer y distinguir diferencias de frecuencias, intensidad y timbre entre sonidos, fonemas, frases o palabras idénticas.
La r tiene fonemas distintos, la no vibrante como la de pera, que es la primera que se debe adquirir y con la que se trabaja inicialmente, aclara Sánchez. En el trabajo con niños, "comienza ayudando a percibir cómo funciona ese fonema y se empieza a integrar, primero en sonidos, luego en palabras, después en frases", añade. Algunos casos son más difíciles y se integra a través de la escritura para trabajar el fonema r.
Sánchez opina que su origen ni es social ni innato: "No creo que el entorno sea clave para decir bien o no el fonema. Tampoco creo que sea innato como un problema de lenguaje o aprendizaje. Creo que la alteración o aprendizaje de un fonema viene determinado por las experiencias del niño o niña".
También señala que "toda persona puede lograr una gran rehabilitación" y que puede haber más dificultades por problemas tempranos de privación auditiva y casos de frenillo lingual corto, que el logopeda no aconseja operar.
En su blog, David Sánchez da cinco ejercicios para mejorar el sonido de la r: trabajar los sonidos en orden piramidal (primero la r simple, luego la r doble...), crear un clima de confianza en la persona con el problema, trabajar en el reconocimiento auditivo del sonido, mejorar la velocidad de la lengua y la vibración de la lengua y el cuerpo.