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La pérdida de olfato (anosmia) y del gusto (ageusia) son síntomas de la COVID-19. Esta disfunción sensorial también puede ser persistente tras superar la infección del coronavirus. En abril de 2020 ya contamos la posibilidad de que esto fuese un síntoma de la COVID-19. Ahora sabemos que la pérdida del gusto y del olfato fueron los síntomas que mejor sirvieron para pronosticar la enfermedad, entre los referidos por los casos con sospecha de COVID-19 que utilizaron una aplicación de móvil de uso masivo en Reino Unido y EEUU. ¿Pero sabemos realmente cómo ocurre esta pérdida total o parcial del olfato y del gusto? La respuesta corta es que no del todo pero la evidencia actual indica que se debe a la inflamación de la mucosa olfatoria.
Los estudios señalan como posible causa la inflamación de células del sistema olfativo
Aunque hay diversas investigaciones sobre la anosmia, no está todavía completamente claro cuál es el mecanismo, explica a Maldita.es Isabel Solá, viróloga del laboratorio de coronavirus del Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC).
Uno de ellos, publicado a finales de julio en la revista Science Advances, concluye que el virus infecta las células acompañantes de la mucosa olfatoria, entre ellas las células sustentaculares que sirven de soporte, pero no células sensitivas nerviosas. Esto activaría una respuesta inflamatoria que afectaría la función sensitiva de las células nerviosas.
En cambio, otra investigación liderada por científicos del Instituto Pasteur de París (Francia) analizó la mucosa olfatoria de pacientes con COVID-19 y pérdida de olfato. Los investigadores vieron que el virus infectó las neuronas olfatorias, además de las células sustentaculares y células asociadas del sistema inmune. Esta infección causaría también una inflamación local que puede ser persistente.
Braulio Correa, otorrinolaringólogo del Hospital de Monforte de Lemos (Lugo) y maldito que nos ha prestado sus superpoderes, señala a Maldita.es que "no parece haber una explicación única y, ciertamente, se requieren más estudios para clarificar la cuestión". Para el otorrino, las hipótesis más probables, y que no son mutuamente excluyentes, son "una afectación del epitelio olfativo de la nariz y la afectación neurológica, especialmente en el bulbo olfatorio. La más frecuentes es con mucha probabilidad la afectación del epitelio".
Por su parte, la médica Adriana Izquierdo Domínguez, miembro de la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC), indica a Maldita.es que parecen probables la combinación de varios factores: durante la infección, la pérdida de olfato ocurre por la inflamación nasal mientras que la anosmia una vez superada la COVID-19 se produce por “la infección e inflamación directa de la mucosa olfativa con la consiguiente neurodegeneración del neuroepitelio olfativo”.
En resumen, según Solá, parece que hay consenso en que el virus infecta células sustentaculares y causa inflamación en el epitelio olfatorio, algo que también se ha confirmado en modelos animales como el ratón. “Sin embargo, está por confirmar si además se infectan las neuronas sensoriales, lo que podría tener efectos menos reversibles”, aclara la viróloga.
Las razones de la ageusia o pérdida del sabor se conocen aún menos. En el sentido del gusto intervienen sensaciones provenientes de los botones gustativos, de la mucosa olfatoria y de los receptores táctiles y térmicos de la lengua, explica Correa. Por lo tanto, la pérdida del olfato afecta notablemente el gusto, que tiene una respuesta más limitada en cuanto a las sensaciones que puede aportar. El otorrino señala que otra hipótesis posible de la ageusia: afectación de la mucosa de la lengua. *
* Actualizado el 27 de agosto de 2021 con las declaraciones de Braulio Correa y Adriana Izquierdo.
En este artículo ha colaborado con sus superpoderes el maldito Braulio Correa.
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