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MALDITA CIENCIA

Los testículos y sus papilas gustativas: las tienen aunque no sirven para percibir sabores como sugieren varios vídeos de TikTok

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Durante las últimas semanas, un vídeo que circula por TikTok ha tentado a los usuarios de esta y otras redes sociales a comprobar si pueden detectar diferentes sabores (en especial el de la salsa de soja) a través de los testículos porque estos, en teoría, “tienen papilas gustativas”. Normalmente entendemos por ‘papilas gustativas’ los pequeños órganos sensoriales de la lengua gracias a los que podemos distinguir sabores. Entonces, ¿solo podemos saborear con la lengua? La evidencia científica al respecto es clara, sí: aunque diferentes investigaciones demuestran que estos receptores puedan encontrarse también en otras zonas, tienen funciones diferentes.

Es cierto que un estudio publicado en 2013 en la revista Molecular Human Reproduction señalaba que estos diminutos órganos no solo se encuentran en la lengua, sino en más zonas del cuerpo, como los testículos. Coinciden también otros trabajos publicados en PNAS e International Journal of Molecular Sciences. Pero no, mejor no intentar saborear a través de los testículos: los receptores que se encuentran en ellos no envían al cerebro ni las mismas señales ni de la misma manera que lo hacen las papilas gustativas de la lengua, sino que parecen estar relacionados con la producción de espermatozoides.  

“No, no podrás saborear la salsa de soja si sumerges el escroto en ella", afirmaba en la página web Junkee el divulgador científico australiano y autor del libro Fake Medicine, Brad MacKay. Añadía que también se han encontrado receptores similares en tejidos como el intestino, los pulmones o el cerebro. “Pero esto no significa que tengas sentido del gusto en todas esas zonas del cuerpo [...] Estas células utilizan el mismo tipo de receptores, pero para diferentes propósitos".

“A veces la evolución hace que las cosas que son similares o iguales terminen desempeñando diferentes funciones”, explicaba en Twitter Emma Beckett, experta en alimentación y nutrición de la Universidad de Newcastle (Australia). De hecho, el propio estudio de Molecular Human Reproduction señalaba que “la función de estos receptores en muchos tejidos sigue sin estar clara”.

Además, como explica a Maldita.es Ana María Autrán, uróloga en Lyx Instituto de Urología, el escroto está formado por seis capas (túnica vaginal del testículo, túnica fibrosa, músculo cremáster, fascia de Cooper, el dartos y la piel, la más externa). “Los receptores se encuentran en el interior del testículo, es decir, aunque fueran capaces de interpretar sabores primero tendrían que atravesar estas seis capas”. Como señalaba la web IFLScience, intentar este reto “sería como intentar probar la salsa de soja frotándola en la parte exterior de la mejilla". 

Los receptores de la lengua no tienen la misma función que los de los testículos

Paul Turek, urólogo, explicaba en HuffPost que hay diferencias entre los receptores del gusto de la lengua y los de los testículos: los primeros responden a los gustos y nos dan pistas para decidir si la comida es o no comestible; los segundos, por su parte, parecen responder a determinadas sustancias químicas con el objetivo de regular la producción de esperma y testosterona. 

De hecho, el estudio publicado PNAS concluía que, al inhibir tales receptores en ratones, se generaban problemas reproductivos como “espermatozoides malformados e inmóviles” o incluso esterilidad. “Estos resultados indican un papel crucial de estas moléculas de ‘sabor’ extraorales en el desarrollo y maduración de los espermatozoides”, indicaban los autores. Aún así, investigaciones in vitro recientes como esta, publicada en Journal of Clinical Medicine, hacen hincapié en que “se necesitan más estudios para aclarar el papel funcional preciso de los receptores del gusto en una reproducción exitosa”.

En definitiva: ninguno de los estudios sobre el tema afirma que estos pequeños órganos, salvo los de la lengua, sean capaces de percibir sabores. Para aquellos que dicen haber ‘saboreado algo’ tras realizar el experimento, los expertos son claros: como mucho puede haberse confundido la sensación provocada por un nuevo estímulo (probablemente nunca antes hubiesen probado a introducir los testículos en un cuenco con salsa de soja). 


Primera fecha de publicación de este artículo: 25/06/2021

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