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MALDITA CIENCIA

Por qué las mascarillas no producen hipoxia ni daño cerebral o pulmonar ni hacen que vuelvas a inhalar dióxido de carbono

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"El 'virus' que es un exosoma, atravesaría el poro de mi impuesto e inútil bozal y al inhalar menos oxígeno, puede producirme hipoxia y daño cerebral", afirma el texto incrustado en una imagen desinformadora antimascarillas. También desinforma al decir que el cubrebocas produce hipercapnia al "inhalar mi propio venenoso dióxido de carbono" que puede "causar una mortal lesión pulmonar" y debilita el sistema inmunológico. Sin embargo, como ya explicamos en Maldita Ciencialas mascarillas no suponen un riesgo para nuestra salud.

La mascarilla sí tiene efecto sobre la transmisión del COVID-19: la reduce

No es cierto que la mascarilla sea inútil, según una de las afirmaciones de la imagen.

Como ya explicamos en Maldita.es, la mascarilla, sea del tipo que sea, funcionará, al menos, como barrera física que dificulte el contacto tanto con el SARS-CoV-2 como con cualquier otro patógeno que sea susceptible de entrar en nuestro organismo a través de las vías respiratorias, la nariz y la boca. ¿Cómo? Dificultando el contacto con las gotículas que se expulsan al toser, estornudar o hablar y que, en caso de una persona infectada, podrían portar el coronavirus SARS-Cov-2. Si estas llegan a nosotros, en función de su carga vírica, podrían contagiarnos.

Sin embargo, la barrera que establece la mascarilla dificultaría este proceso. Además, en función del tipo que utilicemos (higiénica, quirúrgica o de protección personal FFP1 o FFP2) el filtrado del aire al respirar y expulsar el aire será mayor o menor. En este artículo explicamos si es más seguro utilizar una quirúrgica que una FFP2. Y en este otro contamos cómo mejor el ajuste de las mascarillas y por qué es importante que no haya huecos entre el cubrebocas y la cara.

El SARS-CoV-2 no se transmite solo por esas gotículas, sino también por aerosoles, que son partículas de saliva más pequeñas y ligeras, capaces de mantenerse en suspensión en el aire durante más tiempo y de acumularse. Eso significa que los espacios cerrados sin buena ventilación son especialmente propensos para producir contagios.

El uso de mascarilla no causa hipoxia ni hipercapnia

Dos de las supuestas consecuencias de usar mascarilla, según la imagen, son la hipoxia, o disminución de oxígeno en sangre, e hipercapnia, o exceso de dióxido de carbono en la misma. Hemos explicado esto anteriormente.

"El uso de mascarillas no produce hipoxia", aseguraba en ese mismo artículo María Elisa Calle, experta en epidemiología y salud pública y profesora de la facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid. Las mascarillas, según explica, no son estancas: los tejidos de los que están hechas dejan pasar el gas, en este caso, el oxígeno.

Calle añadía, por otro lado, que si fuera cierto que utilizar mascarilla redujese hasta tal punto la concentración de oxígeno en sangre, los cirujanos que intervienen durante varias horas estarían muertos, no solo cansados.

Además, como ya comentábamos en este artículo, la mascarilla tampoco hace que volvamos a inhalar el dióxido de carbono (de nuevo, recordamos que no es estanca), ni que este aumente su concentración en nuestra sangre al entrar de nuevo en nuestros pulmones. Por lo tanto, no causa hipercapnia.

Usar mascarilla no provoca daños cerebrales ni pulmonares

Aunque la imagen hable de que el barbijo pueda producir "daño cerebral" y "una mortal lesión pulmonar", estas afirmaciones son falsas.

Es cierto que las células cerebrales necesitan oxígeno para sobrevivir, pero usar mascarilla no va a impedir que el gas llegue a ellas, porque no causan déficit de oxígeno. Además, no hay ninguna evidencia científica ni estudios al respecto de que la mascarilla esté relacionada con daños cerebrales o pulmonares, demencia ni enfermedades neurodegenerativas.

Repetimos: utilizarlas no supone un riesgo para nuestra salud y no está relacionada ni con la falta de oxígeno en sangre (hipoxia) ni con el exceso de dióxido de carbono (hipercapnia).

Sin evidencia de que la mascarilla debilite el sistema inmunitario

La imagen también afirma erróneamente que la mascarilla debilita el sistema inmunitario. Hay evidencia sobre la relación de los efectos negativos del estrés y la ansiedad sobre el sistema inmunitario y que estos efectos están mediados en muchas ocasiones por la liberación de una de las hormonas del estrés, como el cortisol, explicó a Maldita.es Alfredo Corell, profesor de Inmunología en la Facultad de Medicina de la Universidad de Valladolid y miembro de la Sociedad Española de Inmunología.

Pero como ya explicamos, "la cuestión planteada del efecto negativo de las mascarillas sobre el sistema inmunitario no se sustenta con ninguna evidencia", añadió Corell, quien no ha encontrado publicaciones científicas que asocien el uso de mascarillas faciales con términos como 'estrés', 'ansiedad', 'efectos secundarios', 'cortisol'.

"El uso esporádico que tienen que hacer los ciudadanos en desplazamientos en transportes públicos o en paseos callejeros, no significaría en sí mismo una actividad estresante. Los sanitarios deben usar estas protecciones en sus trabajos profesionales diarios y de haber alguna relación entre su uso y el estrés (después de tantos años usándolas) estaría convenientemente documentada, y no se ha encontrado ninguna evidencia", añadió el inmunólogo.

El coronavirus es un virus, no un exosoma

La imagen también niega que el coronavirus SARS-CoV-2 que genera la enfermedad COVID-19 sea un virus y afirma que es un exosoma, pequeñas vesículas extracelulares que producen las células. En este artículo explicamos que el coronavirus existe, ha sido aislado y secuenciado.

Desde el inicio de la pandemia existen diferentes artículos que demuestran la existencia de este nuevo coronavirus como esteeste este. Desde entonces, este virus se ha aislado de otros muchos pacientes: “Se ha confirmado su secuencia de ARN mediante secuenciación y se ha podido establecer que es un coronavirus similar al SARS-CoV”, explicaba a Maldita.es Jorge Carrillo, vocal de la Sociedad Española de Inmunología e investigador en IrisCaixa, y añadía que también “se ha observado con microscopio electrónico y se ha podido aislar de pulmones de personas fallecidas por esta enfermedad”.

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