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Estés o no teletrabajando, si tu jornada laboral gira en torno a un escritorio, hay un factor al que has podido prestar más o menos atención: su altura. ¿Por qué? Hay gente que trabaja en el ordenador pero que, en vez de sentarse, ajusta este mueble para poder hacerlo de pie. ¿Nos hace bien esta decisión? En determinadas condiciones sí, aunque lo más beneficioso es evitar el sedentarismo y moverse de vez en cuando, ya trabajemos sentados o de pie.
De hecho, un estudio publicado en 2017 en la revista Annals of Internal Medicine señala que trabajar sentados se relaciona con dos factores de riesgo: la inactividad física y el sedentarismo.
"Hay que sentarse menos, levantarse más frecuentemente y moverse más", explicaba el autor principal del estudio Keith Diaz. Para ello, es necesario encontrar formas de incorporar el movimiento en el trabajo. El científico propone poner escritorios altos con cintas de caminar o pedales debajo del escritorio. Puedes leer más sobre el estudio enEl País.
Hoy en día hay mucha gente que trabaja de pie, al igual que existen muchos puestos de trabajo que requieren estar sentados y otros que podrían plantear posturas diferentes. Según Borja Gómez, psicólogo, técnico superior en Prevención de Riesgos Laborales (PRL) y maldito que nos ha prestado sus superpoderes,todos tienen parte positiva y negativa: “No obstante, en referencia a la PRL, hay que recordar que la postura no debe ser estática ni requerir un esfuerzo de un grupo muscular durante mucho tiempo”.
“Trabajar de pie implica una reducción del estímulo muscular para facilitar el retorno venoso. Con su contracción, los músculos de las pantorrillas (gemelos, soleo) ayudan a impulsar la sangre y evitan el estasis (parada circulación), reduciendo la presencia de varices”, señala a Maldita.es Javier Ferreiro, médico, experto en prevención de riesgos y maldito que también nos ha prestado sus superpoderes. Añade que hacerlo implica movilidad: permite desplazarte cada cierto tiempo y movilizar los músculos y el sistema vascular.
Ahora bien, no es lo mismo trabajar de pie en unos puestos que en otros. No se puede comparar el trabajo en una cadena de montaje de coches, en las que se dispone de herramientas hidráulicas de apoyo y el empleado se mueve en unos metros cuadrados, con un puesto que implique estar parado.
“Lo ideal es la combinación de posición sentada y de pie. Hoy en día se trabaja tanto con pupitres elevados que permiten esa posición, evitando la sobrecarga muscular de la espalda y facilitando retorno venoso, como el trabajar sentados, que supone relajar musculatura de las piernas, menor trabajo muscular y el apoyo de espalda y brazos”, opina Ferreiro.
Así, por ejemplo, podríamos estar ante un ordenador de pie, pero deberíamos evitar mantener posturas forzadas (cuello, por la altura a la que pongamos el monitor; manos, si carecemos de reposabrazos o las extremidades quedan por encima de su posición de reposo; espalda, si la mesa no es lo suficientemente alta...).
“Tampoco se recomienda un tiempo prolongado de bipedestación estática (estar parados de pie durante mucho rato). Son aconsejables, eso sí, los elementos que ayudan a variar la postura y mantenerla relajada (por ejemplo, un pequeño escalón para poner los pies en distintas posiciones)”, incide Gómez.
En definitiva, lo que se busca en la prevención es variar las posturas para que, ergonómicamente hablando, podamos mantener el cuerpo sin sobreesfuerzos. Gómez concluye que no tiene por qué haber consecuencias perjudiciales en las distintas posturas en el teletrabajo siempre que organicemos adecuadamente el puesto.
En este artículo han colaborado con sus superpoderes los malditos Borja Gómez y Javier Ferreiro.
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Primera fecha de publicación de este artículo: 09/06/2021
