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MALDITA CIENCIA

Mover la lengua para prevenir el alzhéimer, alergia al huevo y sorderas transitorias. Llega a Maldita Ciencia el consultorio 135º

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¡Buenos días, malditas y malditos! Siguiendo la tradición de cada viernes y para solucionar todo aquello que os trae de cabeza, llega una nueva entrega de nuestro consultorio científico. ¿Que por qué se producen las sorderas transitorias y cómo se curan? ¿Es cierto que mover la lengua de lado a lado sirve para prevenir el alzhéimer? ¿Por qué las cantimploras térmicas cuando las metes con agua en la nevera se enfrían por fuera pero el agua no se enfría? ¿Pueden los alérgicos al huevo consumir carne de pollo y de gallina?

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¿Es cierto que mover la lengua de lado a lado sirve para prevenir el alzhéimer?

Esta no es la primera duda que respondemos sobre la lengua relacionada con la neurología. Ya aclaramos que la lengua torcida puede avisar del ictus aunque lo importante es toda la boca. Ahora nos preguntáis si mover la lengua de lado a lado ayuda a prevenir el alzhéimer. La respuesta es no.

Lo aclara a Maldita Ciencia la Socidad Española de Neurología (SEN), quien además nos da algunos consejos para mejorar la previsión de esta enfermedad. "Cerca de la mitad de los casos de la enfermedad de Alzheimer, al menos un 35% de los mismos, se puede atribuir a nueve factores de riesgo potencialmente modificables: diabetes mellitus, hipertensión arterial en edad media de la vida, obesidad, tabaquismo, inactividad física, depresión, inactividad cognitiva o bajo nivel educativo, la hipoacusia [sordera parcial] y el aislamiento social". Evitar estos factores "es la mejor manera de prevenir el alzhéimer", explica la SEN.

Sobre los hábitos que podemos adoptar para reducir el riesgo de desarrollar alzhéimer y cómo hacerlo ya os hablamos aquí: llevar una vida activa y una dieta saludable, mantener la mente activa y ponerle retos y evitar el aislamiento social entre otros.

¿Por qué las cantimploras térmicas cuando las metes con agua en la nevera se enfrían por fuera pero el agua no se enfría?

Otra cuestión que nos habéis hecho es por qué los termos o botellas térmicas se enfrían por fuera pero no el agua del interior al meterse en el frigorífico. La respuesta corta es que el diseño y los materiales del recipiente aíslan térmicamente el líquido y es necesario introducirlo ya frío para que se mantenga así.

El maldito Xabier García Casas, graduado en Ingeniería de Materiales y en Física, ha explicado a Maldita Ciencia que la clave es el aislamiento térmico del sistema. Este aislamiento está "relacionado de manera directa con la resistencia de los materiales que lo conforman al paso de calor a su través. De esta manera, cuanto mayor impedimento se ponga a este traspaso de energía, mejor aislamiento térmico se tendrá. Esto significa que se mantendrá de una manera más eficiente la temperatura, tanto si la temperatura es alta y se evita la pérdida de energía al ambiente exterior, como si la temperatura es baja y se evita la entrada de calor y con ello el aumento de temperatura", aclara García Casas.

El también maldito Marcelo Roldán Blanco, científico de materiales en el Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT), explica a Maldita Ciencia que "en un termo convencional hay un espacio vacío entre los dos recipientes" que lo forman. Ese vacío "evita una transferencia de calor por convención", por movimiento del aire. Al no haber contacto con el exterior de los dos recipientes que forman el termo, en los termos también se reduce la transferencia de calor por conducción o contacto, añade Roldán.

Por todo esto, si se mete en una nevera, "la superficie de fuera estará fría, pero al no haber transferencia de calor, no ha podido enfriar el líquido que hay dentro. Se mantendría a la misma temperatura", concluye Roldán.

El aislamiento térmico de estas cantimploras térmicas, además de por el vacío, también se logra con materiales con muy baja conductividad térmica que impiden el intercambio de energía, como los materiales muy porosos, añade García Casas. Pero en su opinión, "el vacío es el mejor 'material aislante térmico' del que disponemos".

Lo explican también desde Laken, compañía productora de botellas térmicas, a Maldita Ciencia: "La doble pared de acero inoxidable crea un espacio sellado al vacío que aísla el contenido del exterior. Por eso, si metes agua a temperatura ambiente en el frigorífico, la botella impide que se enfríe".

¿Entonces cómo mantenemos fría una bebida fresca en verano? Debemos enfriar el líquido en otro recipiente no aislante y trasvasarlo ya frío a la cantimplora térmica cuando salgamos de casa, resume García Casas.

Si soy alérgico al huevo, ¿puedo consumir carne de gallina y de pollo?

En los últimos meses nos habéis preguntado todo tipo de dudas sobre los huevos: si se pueden congelar, si se pueden comer más de dos a la semana, si es mejor guardarlos en la nevera o si un huevo sigue siendo comestible aunque tenga una pequeña mancha roja o marrón flotando. Ahora nos habéis preguntado si alguien alérgico al huevo puede consumir carne de pollo y de gallina. Pues depende. Para la mayoría no hay problema, pero algunas personas padecen el síndrome ave-huevo y sí pueden experimentar síntomas respiratorios y digestivos tras tomar carne de pollo o de gallina.

Ramón de Cangas, dietista-nutricionista y doctor en Biología Molecular y Funcional, explica a Maldita Ciencia que “la alergia al huevo de gallina es una reacción generada por un mecanismo inmunológico derivado de la ingesta y contacto con el huevo”. “Como es obvio, ser alérgico al huevo no significa ser alérgico a otros alimentos. En general, las personas con alergia al huevo pueden consumir carne de gallina y otras aves”, explica De Cangas, que también es miembro del Comité Asesor del Consejo General de Colegios Oficiales de Dietistas-Nutricionistas.

No obstante, señala que sí que hay ciertas personas que pueden sufrir el llamado síndrome ave-huevo frente a una proteína “presente en las plumas y la carne de gallina e incluso otras aves”: “En estos casos, su consumo sí genera problemas”.

La Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP) indica que la mayoría de los pacientes pueden comer carne de pollo o gallina con normalidad. “No obstante, en el caso de los alérgicos a la yema de huevo, se ha descrito, en algunos casos, una relación entre la misma y el desarrollo de síntomas respiratorios y digestivos tras la ingesta de huevo, carne de pollo, gallina, o tras el contacto con plumas, excrementos…”, señala. El síndrome ave-huevo se ha descrito sobre todo en adultos, aunque también puede afectar a niños, según la SEICAP.

Un artículo sobre este síndrome publicado en Pneuma, la revista de la Sociedad Gallega de Patología Respiratoria, Neumología y Cirugía Torácica, indica que el síndrome ave-huevo se da habitualmente en adultos, sobre todo en mujeres con una edad media de 46 años. Los autores sostienen que las personas con este síndrome pueden presentar “síntomas sistémicos tras la ingesta de huevo de gallina o carne de pollo”.

Arturo Rodolfo Domínguez Lázaro, exjefe de servicio de Alergia en la Clínica Puerta de Hierro de Madrid, indica en el El gran libro del Huevo que en los adultos la alergia al huevo “puede ir precedida de síntomas respiratorios al contacto con las aves y posteriormente aparecer síntomas digestivos, cutáneos y respiratorios al ingerir yema de huevo o carne de pollo (síndrome ave-huevo)”.

Inmaculada Sánchez-Guerrero Villajos, médica especialista en alergología y miembro del Comité de Alergia a Alimentos de la SEAIC, cuenta a Maldita Ciencia que si una persona es alérgica al huevo y a la carne, “presentará unos síntomas tras su ingesta que podrán variar desde picor en la boca y la garganta, que desaparece sin tratamiento, hasta un shock anafiláctico con dificultad para respirar, mareo, vómitos, bajada de tensión arterial y habones (placas rojas elevadas de la piel) en el cuerpo”.

Carmelo Escudero Díez, del Servicio de Alergología del Hospital Infantil Universitario Niño Jesús de Madrid, confirma a Maldita Ciencia a través del Instituto de Estudios del Huevo que los adultos pueden padecer el “síndrome ave-huevo”. “Este síndrome produce en algunos casos alergia a proteínas de huevo o carnes de aves por sensibilización primaria a proteínas de plumas o deyecciones (excrementos) de aves a las que se ha expuesto el paciente de forma repetida”, señala. 

Según cuenta, se trata de un síndrome producido por alergia a proteínas diferentes a las que producen la alergia al huevo en niños. De hecho, “la alergia a las carnes de aves, y en particular a la de pollo, es muy infrecuente entre los niños con alergia al huevo”.

Sánchez-Guerrero cuenta que en niños los huevos y la leche “son los alimentos más frecuentemente implicados en la producción de las reacciones alérgicas”. “Aproximadamente un 66% de los alérgicos al huevo podrán consumirlos con normalidad a partir de los siete años”, cuenta. La médica especialista en alergología asegura que “es excepcional que los niños alérgicos a las proteínas de huevo lo sean también a la carne de pollo, aunque sí que hay algún caso descrito”.  

Por este motivo, Escudero subraya que los niños con alergia al huevo no deben hacer una dieta exenta de carnes de aves. Sólo a aquellos menores que hayan tenido síntomas al comer carnes de aves se les debe hacer un estudio específico para descartar alergia a sus proteínas porque, según ambos expertos, se trataría de “casos excepcionales”.

¿Por qué se producen las sorderas transitorias y cómo se curan?

En Maldita Ciencia os hemos explicado por qué nos pitan los oídos y cuál es la mejor forma de mantenerlos limpios. Esta semana nos habéis preguntado por qué se producen las sorderas transitorias y cómo se curan. Algunas sorderas no permanentes pueden ser causadas por una otitis tras una complicación de un catarro. Otras, tras exponernos a un ruido intenso. Dependiendo del tipo de sordera, existen diferentes tratamientos.

Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos indican que “la pérdida de la audición puede ocurrir cuando alguna de las partes del sistema auditivo no funciona de la manera normal”. Según este organismo, existen diferentes tipos de pérdida auditiva. En función de lo que una persona escuche, la pérdida auditiva puede ser “leve, moderada, grave o profunda”.

La pérdida auditiva también puede ser transitoria o permanente. Manuel García Simal, otorrinolaringólogo del Hospital Ruber Internacional, cuenta a Maldita Ciencia que las sorderas transitorias son aquellas sorderas o hipoacusias que no son permanentes, es decir, que “duran solamente un determinado tiempo, sobre todo si se pone el tratamiento adecuado”. Según García, suelen durar horas o pocos días. Aunque la duración dependerá del diagnóstico. 

La hipoacusia es la incapacidad total o parcial para escuchar sonidos en uno o ambos oídos, según Medline Plus, el servicio de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos. Las personas que la padecen pueden tener dificultad para seguir conversaciones cuando dos o más personas están hablando, para oír en ambientes ruidosos o para diferenciar sonidos agudos entre sí.

María José Lavilla Martín de Valmaseda, presidenta de la Comisión de Audiología de la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC), cuenta a Maldita Ciencia que “la hipoacusia transitoria o pérdida auditiva transitoria es un cambio temporal en el umbral auditivo”. “Hay una pérdida de audición temporal que después se recupera, vuelve a su estado normal”, señala. 

Hay dos tipos fundamentales de sorderas transitorias, según García: las hipoacusias de carácter conductivo y las hipoacusias de carácter perceptivo. Las primeras son aquellas en las que se produce un trastorno en la conducción del sonido hasta el oído interno. Esto sucede por ejemplo “cuando hay un tapón de cerumen en el conducto auditivo externo o moco o pus en el oído medio”.

Por otro lado, están las sorderas perceptivas. “Son aquellas en las que el problema es la percepción del oído del sonido en el oído interno, en el nervio auditivo o en el procesamiento cerebral del sonido”, indica. 

Pero, ¿por qué se producen estas sorderas y a quienes suelen afectar? La Organización Mundial de la Salud indica que las pérdidas de audición pueden deberse a causas genéticas, complicaciones en el parto, algunas enfermedades infecciosas, infecciones crónicas del oído, el empleo de determinados fármacos, la exposición al ruido excesivo y el envejecimiento.

Las causas más comunes de la pérdida de audición temporal son, según Lavilla, los tapones en los oídos o la congestión nasal. “Tener los senos nasales taponados por un catarro, una infección o alergia puede producir una pérdida de audición temporal”, aclara. 

También hay ciertos medicamentos como la aspirina que pueden producir hipoacusia reversible: “Cuando se detecta el problema, se opta por dejar esta medicación, ya que no existe tratamiento específico para revertir la ototoxicidad”. 

García indica que las sorderas transitorias a veces se producen por una otitis que habitualmente aparece como complicación a un catarro de vías aéreas superiores”. Las otitis medias, según García, son más frecuentes en niños: “Se inician con un catarro nasal y, al bloquearse la comunicación de la nariz con el oído (trompa de Eustaquio), al principio el oído se llena de moco y, si no se pone el tratamiento adecuado, dicho moco se hace pus”. Este tipo de otitis puede durar semanas o incluso meses si no se trata.

Tanto las otitis externas (infecciones de la piel del conducto auditivo) como los tapones de cerumen son enfermedades que afectan al oído externo, tal y como explica el otorrinolaringólogo. “Son típicas del verano porque al entrar agua en el oído se puede infectar la piel del mismo o puede hincharse el tapón de cera en la piscina y bloquear el conducto produciendo una pérdida de audición transitoria”, señala. Aun así, pueden darse durante todo el año y afectan a personas de todas las edades. 

La causa más frecuente de sordera transitoria del oído interno “es la exposición a un ruido intenso”. Según García, esta situación produce una lesión del oído interno, habitualmente transitoria, que produce un aumento del umbral auditivo y muchas veces ruidos o pitidos. “Todo el mundo ha experimentado una sordera transitoria al salir de una discoteca o de un concierto”, afirma.

Cómo se curan las sorderas transitorias va a depender de lo que las produzca. “Si es por un problema de oído externo, normalmente con tratamiento tópico y la extracción del tapón, si es preciso, es suficiente”, cuenta García.

Las lesiones de oído medio que producen sordera transitoria habría que tratarlas “tanto mejorando la permeabilidad nasal, con anticatarrales, corticoides intranasales, aerosoles o lavados nasales, como tratando el problema en sí del oído medio, habitualmente con antibióticos”. El tratamiento para la hipoacusia transitoria por una lesión en el oído interno “es muy variado, pero inicialmente suelen ser útiles los corticoides por vía oral”.

Para evitar las sorderas transitorias, lo más importante “es proteger a nuestros oídos del ruido intenso”. “Hay que tener cuidado con la exposición al ruido con auriculares, en conciertos, discotecas y en el trabajo. Al principio esta lesión es transitoria pero puede acabar siendo permanente si no cuidamos nuestros oídos”, señala el otorrinolaringólogo. También aconseja tratar los catarros rápidamente para evitar las otitis y acudir al médico para que revise nuestros oídos si tenemos una pérdida de audición. Un especialista podrá diagnosticar cuál puede ser la causa, ver dónde está la localización de la lesión y valorar el tratamiento más adecuado.

Todavía no hemos terminado...

Antes de decir adiós, os recordamos una vez más: no somos médicos, somos periodistas. Puedes contar con nosotros para todo aquello que esté en nuestra mano, ¡por supuesto! Pero si lo que necesitas es un diagnóstico concreto y o tienes dudas médicas específicas, la mejor opción será que recurras a un profesional sanitario que estudie el caso y te recomiende la solución o tratamiento más adecuado. ¡Gracias por leernos y buen fin de semana!

En este artículo ha colaborado con sus superpoderes en materiales los malditos Xabier García Casas y Marcelo Roldán Blanco. ¡Gracias, Xabier y Marcelo!

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