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Los riesgos de comerse las uñas: puede provocar infecciones en los dedos o problemas dentales

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Probablemente la palabra “onicofagia” sea un tanto desconocida para muchos. Comerse las uñas de las manos seguro que les resulta más familiar. Nos habéis preguntado si mordisquearse las uñas (o incluso llegar a ingerirlas ) puede conllevar algún peligro. Pues sí, puede provocar infecciones en los dedos o problemas dentales.

Para empezar vamos a explicar por qué hay personas que se muerden las uñas. La Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) indica que “puede ser una manía o tener una causa emocional y conductual, que en ocasiones precisa ayuda de profesionales para corregirla”.

Según la SEMI, la onicofagia es más frecuente en los niños: “Lo presentan un 30% entre los siete y diez años y puede llegar al 45% de los adolescentes”. En ocasiones no sólo se comen las uñas “sino también la cutícula de la piel vecina”. O lo que es lo mismo, los llamados padrastros

Morderse las uñas puede conllevar algunos riesgos. La Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) indica que además de los problemas estéticos que ocasiona, puede alterar la forma de los dientes o afectar a la salud ungueal (de las uñas)”.

“Estas no crecen bien por el continuo mordisqueo al que son sometidas y se crean microtraumatismos a lo largo de todo el lecho ungueal (la parte que se encuentra bajo las uñas), alterándose así su anatomía”, afirma. 

Rita Rodrigues, especialista de la Unidad de Uñas del Grupo Pedro Jaén, cuenta a Maldita Ciencia que si el hábito de morderse las uñas se mantiene en el tiempo, es posible que se provoquen alteraciones en su crecimiento y malformaciones en la lámina ungueal que, en ocasiones, son irreversibles.

“En casos extremos, algunos pacientes pueden llegar a perder la uña. Cuando ésta vuelve a salir, normalmente tiene una superficie irregular o presenta malformaciones que pueden ser permanentes”, cuenta.

La AEDV explica que también se pueden ocasionar “daños alrededor de la uña, pequeñas heridas que hacen que el dedo se inflame y duela”. La SEMI confirma que la onicofagia puede dar lugar a infecciones en las zonas vecinas a la uña.  La paroniquia, también llamada "uñero" o "panadizo", es la infección de la piel de alrededor de las uñas. El área infectada se puede inflamar, enrojecer y causar dolor, según recoge el portal de salud infantil Nemours

La dermatóloga Inés Escandell confirma a Maldita Ciencia que el principal problema de comerse las uñas son las posibles infecciones, especialmente cuando también se muerde la piel periungueal o del pliegue ungueal lateral (los padrastros). 

Según afirma, no hay que olvidar que “la uña sirve de protección al dedo para poder realizar actividades”. La dermatóloga cuenta que el hecho de tenerlas especialmente cortas podría dificultar realizar algunas actividades y provocar molestias en los dedos.

Además, la SEMI señala que morderse las uñas a veces “daña el esmalte dentario, favorece las caries o la mala oclusión dentaria”. Un artículo publicado en la revista Case Reports Dentistry confirma que comerse las uñas puede provocar problemas dentales. 

El dentista David Carralero Plaza explica en el blog del Círculo de Odontólogos y Estomatólogos de España que la onicofagia puede afectar seriamente la salud bucal. Según cuenta, ocasiona daños en los labios y encías, desgasta algunos dientes (los incisivos centrales superiores), estropea su esmalte y puede provocar infecciones en la boca.

“Las uñas son una fuente importante de gérmenes y bacterias. Así como los mismos se transmiten desde la boca a las uñas, también puede ocurrir lo mismo en el sentido inverso”, comenta.

Del mismo modo, comerse las uñas podría provocar infecciones en el sistema digestivo. Manuel Fernández Lorente, dermatólogo del Grupo Pedro Jaén, comenta a Maldita Ciencia que “en niños es mucho más frecuente la presencia de oxiuros, ‘lombrices’, en las heces, ya que se transmiten fundamentalmente por los dedos”. 

Además, menciona que hay mucho más riesgo de contraer infecciones exógenas (COVID-19, bacterias, hongos presentes en suelo y animales…) y endógenas (bacterias que tenemos habitualmente en la piel) si nos comemos las uñas. En Maldita Ciencia también os hemos contado por qué no hay evidencias de que morderse las uñas cause apendicitis.

¿Qué debes hacer si crees que padeces onicofagia? La solución, según la SEMI, es acudir al experto, ya que “su diagnóstico es muy simple”. La Academia Americana de Dermatología (AAD) da algunos consejos para dejar de morderse las uñas: mantener las uñas cortas, aplicar un esmalte con sabor amargo, reemplazar el de morderse las uñas por un buen hábito (jugar con una pelota antiestrés) e intentar hacerlo de forma gradual (por ejemplo, primero probar con los pulgares, después con los meñiques y seguir poco a poco).

En este artículo han colaborado con sus superpoderes la maldita Inés Escandell, dermatóloga.

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