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Test anales para detectar coronavirus: cómo se realizan y en qué casos puede tener sentido llevarlos a cabo

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En los últimos días nos habéis preguntado por los test anales que China ha empezado a realizar para detectar la COVID-19, según The Washington Post o el periódico chino Global Times. Algunos expertos citados por ambos medios mencionan que el coronavirus podría sobrevivir más tiempo en el ano que en las vías respiratorias. ¿Cómo se realizan los test anales? ¿En qué se parecen y se diferencian de las PCR nasofaríngeas? ¿Tendría sentido realizarlos de forma generalizada? Os lo explicamos. 

Estas pruebas se realizan introduciendo un hisopo en el ano y girándolo suavemente 

En general, los tests anales se realizan insertando un hisopo (palillo recubierto de algodón en sus puntas) en el ano a unos tres o cinco centímetros de profundidad y rotándolo suavemente, tal y como se explica en esta guía para laboratorios traducida por el Centro Nacional de Prevención y Control de Enfermedades (CDC) de China. Después, se saca el hisopo y se coloca en un tubo de muestreo que contiene una solución de conservación de virus.

La viróloga del laboratorio de coronavirus del Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC) Isabel Sola cuenta a Maldita Ciencia que “la muestra recoge el exudado y restos de células del intestino”. “Si hay infección, incluirá el material genético del virus, que se detecta mediante PCR”, explica.

¿En qué se parecen y en qué se diferencian estos test de las PCR nasofaríngeas? Sola explica que se diferencian en el tejido a partir del que se recoge la muestra (la faringe en un caso, el recto en el otro). Por otro lado, se parecen en que “en ambos casos, si hay infección, habrá material del virus y el material genético (ARN del virus) se detecta por PCR”.

El coronavirus puede detectarse en muestras fecales durante más tiempo que en las del tracto respiratorio

Desde el comienzo de la pandemia, a algunos contagiados que han participado en estudios sobre la COVID-19 se les han realizado pruebas rectales y se han tomado muestras de sus heces para comprobar si había presencia de virus. Ahora, en algunas ciudades chinas estos test anales se están realizando de forma adicional a los hisopados nasales.

El objetivo sería evitar así falsos negativos. Li Tongzeng, un médico de enfermedades respiratorias e infecciones de Beijing, ha afirmado en una cadena de televisión estatal que los rastros de virus en muestras fecales pueden permanecer detectables durante más tiempo que en muestras tomadas del tracto respiratorio superior, según recoge la agencia de noticias Reuters.

Por su parte, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos indican que, según la información recopilada de 91 estudios, el 51,8% de las muestras de heces o pruebas anales de pacientes contagiados dieron resultados positivos para el SARS-CoV-2. 

La Organización Mundial de la Salud, en un documento publicado el 11 de septiembre de 2020, afirma que está demostrado que las heces o los hisopos rectales dan resultados positivos al detectar el ARN del SARS-CoV-2 en un grupo de pacientes. “Algunos estudios sugieren que esta positividad es prolongada en comparación con las muestras del tracto respiratorio”, señala. 

Pepe Alcamí, virólogo del Instituto de Salud Carlos III, confirma a Maldita Ciencia que “la persistencia de una PCR positiva en heces o en una toma anal es mayor y la PCR es positiva después de la negativización de la PCR en faringe”. Según indica, esto sugiere que el SARS-CoV-2, como otros coronavirus, también puede infectar células del aparato digestivo.

“La PCR positiva no es por detección de ‘restos muertos’ del virus, ya que se ha cultivado en heces y también hay fragmentos de ARN genómico del virus, lo que indica cierto grado de replicación en aparato digestivo”, añade.

Una investigación publicada en la revista British Medical Journal indica que la duración del SARS-CoV-2 es significativamente mayor en muestras de heces que en muestras respiratorias y de suero.

Otro artículo publicado en Microbiology, Immunology and Infection concluye que el SARS-CoV-2 puede existir en el tracto gastrointestinal de los niños durante más tiempo que en el sistema respiratorio. Los autores indican que la eliminación del SARS-CoV-2 en el tracto respiratorio se produjo en las dos semanas posteriores a que les bajara la fiebre mientras que el ARN viral permaneció detectable en las heces de estos pacientes durante más de cuatro semanas.

Los test anales podrían tener sentido con personas con síntomas que dan negativo en una PCR nasofaríngea

Si el coronavirus puede detectarse en muestras fecales durante más tiempo que en las del tracto respiratorio, ¿tiene sentido realizar estas pruebas? Sola considera que de momento no parece aconsejable que se hagan de forma generalizada: “Es un procedimiento más invasivo y habría que confirmar que los beneficios de esta toma de muestras en cuanto a sensibilidad y valor predictivo son superiores a los inconvenientes”.

“Podría ser recomendable en situaciones específicas como con personas que son negativas por PCR nasofaríngea a pesar de tener síntomas o a pesar de estar en contacto con personas infectadas”, añade la científica. 

Aún hacen falta más investigaciones y artículos científicos para valorar hasta qué punto son o no precisos los test anales y si tiene sentido realizarlos, según afirman desde el Instituto Ramón y Cajal de Investigación Sanitaria a Maldita Ciencia: “No hay aún suficiente información al respecto de los test anales en el entorno diagnóstico del coronavirus como para poder dar una respuesta veraz sin entrar en el terreno de la especulación".

Una PCR positiva no siempre significa que se siga contagiando

Para Alcamí, el problema de estos test es que alguien que se ha contagiado “probablemente sea positivo bastante después de la negativización en el test de faringe”. “Entonces ¿cuál es el criterio de ‘curación’ y/o de cuarentena? Quizás en China quieren conseguir a toda costa que la transmisión sea igual a cero y para eso están dispuestos a pagar el precio de confinar a todo sujeto con PCR positiva en faringe o heces”, baraja Alcamí.

En Maldita Ciencia ya os hemos contado cuándo deja de contagiar un paciente de COVID-19 y en qué momento hay más riesgo de transmitir el coronavirus. Las evidencias muestran que la mayoría de los pacientes con cuadros leves dejan de ser contagiosos a los 10 días desde el inicio de los síntomas. Los graves pueden tardar más tiempo.

Es decir, puede pasar que alguien siga dando positivo en una PCR pero ya no contagie.  “Personas que han pasado la enfermedad y llevan varios días sin síntomas probablemente no son ya un foco de contagio a pesar de que sigan dando positivo en PCR. Esta técnica es muy sensible y va a detectar trazas residuales del virus incluso cuando ya no se está multiplicando”, contaba a Maldita Ciencia Víctor Jiménez Cid, catedrático de Microbiología de la Universidad Complutense de Madrid y miembro de la Sociedad Española de Microbiología. 

Paul K.S. Chan, director del departamento de Microbiología de la Universidad China de Hong Kong y coautor de una investigación sobre la detección del SARS-CoV-2 en muestras fecales, indica a Maldita Ciencia que “en general, la muestra respiratoria sigue siendo una muestra de primera línea que prueba la infección por COVID-19”. 

Pero considera que otras pruebas también pueden ser útiles. Más que realizar hisopos anales, “que deben ser lo suficientemente profundos para obtener una muestra de heces en el hisopo”, sostiene que una mejor opción sería analizar una pequeña cantidad de heces (una nuez).

Según indica, en la mayoría de las situaciones la persona infectada será positiva tanto en la muestra tomada de la garganta como en la muestra de heces. “Sin embargo, una pequeña proporción de personas infectadas, excretan el virus en las heces durante un período más prolongado. En estos casos, las heces son mejores”, señala. 

Para él, si una persona da positivo en heces, es preferible considerar que sigue siendo contagiosa “aunque exista la posibilidad de que la infectividad haya disminuido”. Aun así reconoce que “en la vida real, es difícil diferenciarlo”.

Las muestras de heces pueden ser útiles cuando tomar una muestra respiratoria sea un problema

Un metaanálisis (una revisión de los resultados de los estudios científicos publicados sobre un mismo tema aplicando técnicas estadísticas) publicado en la revista Journal of Infection confirma que una proporción significativa de pacientes con COVID-19 son portadores del SARS-CoV-2 en su tracto intestinal. “El hecho de que las heces sean una muestra recolectada por uno mismo tiene el potencial de mejorar la identificación de casos en la comunidad, especialmente en el caso de los niños pequeños donde es difícil tomar una muestra respiratoria adecuada en el hogar”, afirman los autores.

Chan confirma que las pruebas de heces podrían ser una buena alternativa para los niños o para aquellas personas a quienes sea difícil tomarles una muestra respiratoria “porque no siguen fácilmente las instrucciones”. 

“En Hong Kong realizamos análisis de heces a niños pequeños que requieren análisis en muestras recolectadas por ellos mismos. Por ejemplo, niños asintomáticos que regresan del extranjero, niños que viven en edificios con múltiples casos confirmados o niños con sospecha [de COVID-19] pero aún no considerados para hospitalización. De manera similar, la prueba de heces se puede aplicar a adultos para quienes la muestra respiratoria es un problema”, señala.


Primera fecha de publicación de este artículo: 29/01/2021

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