Desde el inicio de la pandemia, uno de los argumentos más utilizados por el sector negacionista tanto de esta y como del virus causante, el SARS-CoV-2, ha sido que este último en realidad no existe, dado que “no se ha conseguido aislar en un laboratorio”. Esto no es cierto: el virus existe y, al contrario de lo que afirman esta y otras teorías de la conspiración, ha sido aislado y cultivado en numerosas ocasiones por equipos de científicos diferentes.
Jorge Carrillo, vocal de la Sociedad Española de Inmunología e investigador en IrisCaixa, recordaba a Maldita.es que el virus se identificó hace un año en una persona infectada en China, tal y como recoge un artículo publicado en la revista científica Nature en febrero de 2020, durante los inicios de la pandemia.
“Para investigar los posibles agentes etiológicos asociados con esta enfermedad (es decir, analizar las causas u origen de esta), recolectamos líquido de lavado broncoalveolar (que permite obtener información acerca de los constituyentes celulares y bioquímicos de la superficie epitelial del tracto respiratorio inferior) y realizamos una secuenciación metatranscriptómica profunda (extracción y análisis del ARNm metagenómico)”, indica el artículo.
Como explican los investigadores, la muestra clínica se manipuló en un laboratorio de nivel 3 de bioseguridad en el Centro Clínico de Salud Pública de Shanghái (China). Se extrajo el ARN total de 200 microlitros (μl) de líquido de lavado broncoalveolar y se construyó una biblioteca metatranscriptómica para su secuenciación.
El análisis halló una estrecha relación entre el nuevo virus y un coronavirus similar al SARS (CoV) de murciélago, que se había muestreado previamente en China, con una identidad de nucleótidos del 89,1%.
El virus se ha detectado, caracterizado y secuenciado miles de veces en todo el mundo
Desde el inicio de la pandemia existen diferentes artículos que demuestran la existencia de este nuevo coronavirus como este, este o este. Desde entonces, este virus se ha aislado de otros muchos pacientes: “Se ha confirmado su secuencia de ARN mediante secuenciación y se ha podido establecer que es un coronavirus similar al SARS-CoV”, explicaba Carrillo y añadía que también “se ha observado con microscopio electrónico y se ha podido aislar de pulmones de personas fallecidas por esta enfermedad”.
Víctor Jiménez Cid, catedrático de Microbiología de la Universidad Complutense de Madrid y miembro de la Sociedad Española de Microbiología (SEM), explicaba a Maldita Ciencia que sí se ha “detectado, caracterizado y secuenciado su genoma no una, sino miles de veces para seguir su evolución”. “Lo hemos cultivado en el laboratorio y se han hecho impresionantes estudios en su biología. El virus, como el resto de virus que conocemos, es una realidad, nos guste o no”, afirmaba el experto.
El virólogo del Instituto de Salud Carlos III Pepe Alcamí aclara "que se dispone de las cepas originales de Wuhan y de muchas otras que se han generado posteriormente y que están en docenas de laboratorios del mundo".
El virus también se cultiva para saber si tiene capacidad de infectar
Tras curarse de la COVID-19, hay pacientes que vuelven a dar positivo en la prueba PCR. Algunos investigadores apuntan a que el virus podría haber perdido su capacidad de infección y que la prueba detecte solo restos de su material genético. Otros se inclinan más por falsos negativos previos o una baja presencia de anticuerpos, como explica en este reportaje la Agencia SINC.
Para comprobar si el virus conserva su capacidad infectiva, los científicos realizan cultivos celulares de muestras respiratorias con coronavirus de personas que han vuelto a dar positivo en la PCR. Si tienen un resultado negativo significa que el virus ha perdido su facultad de infección.
Más allá de modelos visuales: ¿cuál es la imagen más detallada que tenemos del SARS-CoV-2?
Teniendo en cuenta el hecho de que un virus no puede fotografiarse, la imagen más detallada y real (además de en tres dimensiones) del SARS-CoV-2 de la que disponemos actualmente la ha conseguido la empresa austriaca Nanographics.
Para ello, se escanearon partículas víricas a través de tomografías ciroelectrónicas (una técnica de microscopía electrónica de transmisión), que permitieron obtener imágenes del virus a gran resolución. “Sin embargo, estas imágenes seguían siendo demasiado ruidosas para mostrarse en 3D”, explican los investigadores en la página web de la empresa.
A partir de tales escaneos, crearon la visualización. “Al identificar diferentes partes de las partículas del virus y teñirlas de colores artificiales, podemos mostrar, por primera vez, el coronavirus real con un detalle sin precedentes”, añade la empresa.
Primera fecha de publicación de este artículo: 27/01/2020