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MALDITA CIENCIA

Qué es el ojo seco, por qué han aumentado los casos durante la pandemia y qué se puede hacer para evitarlo

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En Maldita Ciencia ya os hemos dado algunos consejos para cuidar vuestros ojos ante el coronavirus. El Consejo General de Colegios Farmacéuticos ha alertado de un incremento de casos de ojo seco asociados a la COVID-19. Entre los síntomas de esta patología, provocada por cambios en la cantidad y la calidad de las lágrimas, están la sensación de arenilla, el cansancio o el picor de ojos. Os contamos todo lo que sabemos sobre el ojo seco y algunos trucos para evitarlo.

El ojo seco aparece por la falta de lágrimas o cuando estas se evaporan más rápido de lo normal

Las lágrimas son necesarias para mantener los ojos húmedos y eliminar las partículas que se puedan meter en ellos. Además, una película lagrimal (tres capas que cubren el ojo) sana “es necesaria para una buena visión”, como recuerdan en Medline Plus, el servicio informativo de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.

Pero a veces los ojos son incapaces de mantener una capa saludable de lágrimas. José Manuel Benítez del Castillo, catedrático de Oftalmología de la Universidad Complutense de Madrid y oftalmólogo asistencial en el Hospital Clínico San Carlos y en la Clínica Rementería (Madrid), explica a Maldita Ciencia que el ojo seco consiste en la falta de lágrima o en la presencia de una lágrima de mala calidad. 

“Esto ocurre cuando nuestra glándula lagrimal produce menos lágrima o cuando esta, una vez que está sobre el ojo, se evapora más rápidamente de lo normal. La mayor evaporación es la causa más frecuente de ojo seco y se debe a la inflamación del borde del párpado, denominada blefaritis”, afirma Benítez, que es autor del libro La enfermedad de ojo seco. Mitos y realidades (2020).

Karen Walsh, científica del Centro de Investigación y Educación Ocular (CORE) de la Universidad de Waterloo (Canadá), cuenta a Maldita Ciencia que hay muchos factores que pueden contribuir al síndrome del ojo seco. Por ejemplo, “condiciones de salud sistémicas, algunos medicamentos y el medio ambiente al que nuestros ojos están expuestos”.

“El ojo seco es una parte del proceso natural de envejecimiento”, cuenta a Maldita Ciencia Ana Belén Cisneros del Río, secretaria general del Colegio de Ópticos-Optometristas de Castilla y León (COOCYL). De hecho, según sostiene, la mayoría de las personas mayores de 65 años experimentan síntomas de esta enfermedad.

Además, afirma que las mujeres son más propensas a desarrollarla debido a los cambios hormonales causados por el embarazo, el uso de anticonceptivos orales y la menopausia. También corren más riesgo las personas con patologías como artritis reumatoide, diabetes y tiroides. Entre los medicamentos que pueden reducir la cantidad de lágrimas producidas en los ojos, menciona los antihistamínicos, descongestionantes, medicamentos para la presión arterial y antidepresivos

Del uso de pantallas a las mascarillas: por qué ha habido más casos de ojo seco durante la pandemia

En la crisis sanitaria que estamos viviendo se ha producido un incremento de casos de ojo seco. A veces, según Benítez, sí tiene que ver con padecer la COVID-19. Tal y como os hemos contado en Maldita Ciencia, algunos pacientes presentan una conjuntivitis que les provoca tener los ojos irritados, sentir molestias y segregar lágrimas. “Sabemos que tras una conjuntivitis vírica de otras causas, aparece como complicación un ojo seco”, cuenta el experto. 

No obstante, según señala, las causas de la mayor frecuencia de ojo seco en estos meses han sido que hemos pasado más tiempo mirando pantallas y que el estrés por la situación ha empeorado las blefaritis (la inflamación e irritación de los párpados).

Desde el Centro de Investigación y Educación Ocular de la Universidad de Waterloo indican que el uso de la mascarilla puede provocar síntomas de ojo seco y han elaborado una infografía al respecto.

Los autores señalan que el aire exhalado sube hacia arriba, sale por la parte superior de la mascarilla y pasa sobre la superficie del ojo. “El movimiento del aire sobre el ojo hace que la lágrima se evapore y seca la superficie del ojo”, indican. Cuando esto ocurre, es posible notar sequedad en los ojos, sensación de arenilla, picor y que están irritados, llorosos y enrojecidos.

Llevar la mascarilla bien pegada a la cara, usar lágrimas artificiales o descansar de las pantallas: cómo evitar la sequedad en los ojos

Los investigadores canadienses explican que las lágrimas artificiales pueden ayudar a aliviar la sensación de sequedad en los ojos. Además, aconsejan llevar la mascarilla bien ajustada y fijar todo lo posible su borde superior. En Maldita Ciencia también os hemos dado algunos consejos para llevar mascarilla con gafas y evitar, por ejemplo, que no se empañen los cristales o salgan heridas en la nariz.

Benítez, en su libro La enfermedad de ojo seco. Mitos y realidades, da algunas recomendaciones adicionales. Por ejemplo, evitar corrientes (aires acondicionados y calefacciones), dejar de fumar, hacer deporte, emplear humidificadores o evitar en lo posible medicaciones orales que producen ojo seco (siempre consultándolo antes con el médico).

También considera importante realizar descansos periódicos del trabajo con pantallas. Menciona la regla 20-20-20, que consiste en que cada 20 minutos debemos dejar de mirar a la pantalla del ordenador durante 20 segundos mientras enfocamos algún punto u objeto que se encuentre a seis metros (20 pies) de distancia. Así, según cuenta, parpadeamos con más frecuencia y segregamos lágrimas. 

Por su parte, María Isabel de Andrés, vocal nacional de Óptica y Acústica del Consejo General de Farmacéuticos, explica además a Maldita Ciencia que debemos tratar de tener las pantallas digitales a una altura más baja que nuestros ojos: “Especialmente en usuarios de lentes de contacto, ya que reportan más sequedad ocular asociada al uso de pantallas”. La distancia más adecuada, según sostiene, es entre 35 y 75 centímetros. Una distancia menor se asocia a una mayor sequedad ocular.

Además, aconseja también parpadear más frecuentemente y aumentar la ingesta de agua y líquidos y de ácidos grasos omega 3, ya que “ayudan a restaurar la barrera lipídica y mejoran la sintomatología de la sequedad ocular”.

El ojo seco afecta a entre el 15 % y el 30 % de la población

Independientemente de la pandemia, el ojo seco es una enfermedad que afecta a decenas de millones de personas en todo el mundo y su frecuencia e impacto aumentan con la edad, tal y como indica un artículo publicado en Review of Cornea and Contact Lenses.

El Consejo General de Colegios Farmacéuticos calcula que esta patología afecta a entre el 15 % y el 30 % de la población. De Andrés cuenta que es la patología más frecuente que afecta a la superficie ocular: “La enfermedad de ojo seco es la razón principal por la que los pacientes consultan con los profesionales de la visión”. Además, indica que el número de casos de ojo seco está aumentando debido al estilo de vida actual, ya que se dedican muchas horas a tareas que requieren esfuerzo visual mantenido (como leer o trabajar frente al ordenador).

Los síntomas más frecuentes son sensación de arenilla, cansancio o ardor que empeoran por la noche y al despertarse. Así lo afirma Benítez, que indica que también es habitual la necesidad de cerrar los ojos, sobre todo al avanzar la tarde. 

¿Hasta qué punto es grave? El profesor y doctor en oftalmología Jorge Alió explica a Maldita Ciencia que el ojo seco, por lo general es molesto pero no grave: “Hay casos que pueden causar ceguera, pero son muy raros puesto que van asociados a enfermedades graves y otras que se caracterizan por inflamaciones crónicas de la superficie ocular”. 

“Una cosa es el ojo seco que yo pueda tener en un largo vuelo en avión (llevando lentillas, viendo varias películas y no durmiendo) que es algo transitorio y pasajero. Otra es el ojo seco como enfermedad, que es crónico y, por lo tanto, sin cura”, explica Benítez. Aun así, el que hoy en día no tenga cura no significa que con el tratamiento adecuado no se pueda aliviar y mejorar drásticamente la calidad de vida de quienes lo sufren. 

Walsh explica que se trata de una afección crónica grave y progresiva que, en última instancia, puede conducir a una reducción de la calidad de vida y a una pérdida de productividad en el trabajo. Sin embargo, señala que la mayoría de los pacientes experimentan una enfermedad leve o moderada, en lugar de grave: “La clave son el diagnóstico y el tratamiento tempranos”.

Una investigación publicada en The Ocular Surface indica que la enfermedad del ojo seco puede afectar significativamente a la calidad de vida del paciente y a su productividad en el trabajo. Los autores, entre los que se encuentra Benítez, concluyen que los efectos de este problema sobre la agudeza visual provocan dificultades a la hora de conducir, leer o usar el ordenador y tienen un impacto negativo en la salud psicológica. 

“Menos bulos, más rigor científico” es un proyecto de DKV Salud con contenido editorial de Maldita.es.

Primera fecha de publicación de este artículo: 03/12/2020.

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