En relación al uso de mascarillas para reducir la posibilidad de contagio por coronavirus, nos habéis preguntado por los métodos de esterilización de las mismas. En concreto, si es cierto el que propone una imagen que circula por redes sociales, que sugiere una varoma, un complemento del procesador de alimentos Thermomix como instrumento para conseguirlo. Las evidencias apuntan a que las altas temperaturas podrían ser útiles para el cometido pero, por otro lado, podrían deformarlas, haciendo que no se ajustasen correctamente a la cara. Lo mismo sucedería al usar otros aparatos: hornos, microondas, esterilizadores de biberones...
En Maldita Ciencia ya explicamos aquí cómo desinfectar las mascarillas desechables si no quedase más remedio que reutilizarlas, aunque hacerlo (volver a usarlas) no sea lo más recomendable.
El calor de algunos electrodomésticos podrían desinfectar las mascarillas, pero también deformarlas, haciendo que perdiesen eficacia
No solo nos habéis preguntado por este complemento (varoma) y su posible uso para desinfectar mascarillas, también lo habéis hecho por otros electrodomésticos. En general, todos aquellos que irradian calor. ¿Podemos desinfectar los distintos tipos de mascarillas en ellos?
"La última información que me ha llegado habla de esterilizarlas o bien por 'cuarentena' (dejándolas en una bolsa tres días) o bien por vapor caliente (unos 75 grados) media hora", indica a Maldita Ciencia Guillermo Melgar, farmacéutico y autor de Farmacia Enfurecida. Sin embargo, "no hay recomendaciones oficiales para desinfectar mascarillas de tela", como expone en su blog Marián García, farmacéutica y divulgadora científica.
"Según los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), debería ser suficiente con el lavado en la lavadora. Una idea sería acogernos a las recomendaciones de limpieza del Ministerio de Sanidad, que indican que la ropa de un enfermo contagiado por COVID-19 debe lavarse entre 60 y 90 grados durante, al menos, 30 minutos", sugiere García en el mismo texto.
Con respecto a las mascarillas de autofiltrado FFP2 y FFP3, García explica a través de esta infografía que son de un solo uso pero que, en caso de necesidad, el calor y el vapor las esterilizan, aunque también podrían deformarlas.
"Este es un tema complicado, porque [las mascarillas] no estaban preparadas para la desinfección", señala a Maldita Ciencia Gemma del Caño, experta de la industria alimenticia. "Las caseras pueden ir a la lavadora y ya está pero en las demás es un tema delicado", continúa e incide en la posibilidad de deformación de las mascarillas FFP al desinfectarlas en casa, lo que impediría su correcto ajuste.
Según Del Caño, los estudios sobre el tema se plantean en un entorno laboral y no recomiendan hacerlo en casa. "De momento se oyen muchas cosas: dejar airear, añadir lejía, meterla en el horno... Pero no hay nada claro aún, así que lo mejor será esperar a tener evidencias, utilizarlas en los sitios donde es estrictamente necesario (transporte público) y guardarla con precaución", concluye Del Caño.
Con respecto a las mascarillas quirúrgicas, García señala que "no hay indicaciones claras para su posible desinfección" y aclara a Maldita Ciencia que "desde la Universidad de Stanford insisten en no usar electrodomésticos caseros para desinfectar". En este documento de la propia universidad, los autores inciden en que "no se debe usar nada en casa para desinfectar el equipamiento contaminado" y que "por favor, no se calienten las mascarillas en el horno".
Los expertos en control de infecciones de la Universidad de Stanford hacen cuatro simples recomendaciones para minimizar el riesgo de transmisión al resto de personas de la casa: lavar las manos antes de salir de trabajar, volver a hacerlo al llegar a casa, utilizar zapatos diferentes en ambas situaciones (o bien lavar las manos inmediatamente después de quitarse los zapatos) y desinfectar las superficies que suela tocar la gente al menos una vez al día.
"Es importante que la posible desinfección de mascarillas se haga en el entorno laboral y que las empresas establezcan protocolos con ayuda, por supuesto, del gobierno y de las autoridades sanitarias", advierte García. "No podemos lanzar a la gente a desinfectar mascarillas como si fueran lubinas al vapor en sus hogares. Existe el riesgo de contaminación en el entorno doméstico con esas mascarillas", añade.
¿Qué sabemos sobre el uso de arroceras para la desinfección de mascarillas?
En este contexto, nos habéis preguntado por otra serie de artículos (como este, este o este) en los que se hace referencia a las máquinas para cocer arroz como una posible alternativa para la desinfección de las mascarillas caseras o DIY, (Do It Yourself, "hacerlas tú mismo"). Su uso no está cerca de ser una recomendación general, pero sí es la postura que parece haber tomado de Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) de Taiwán, según muestran diferentes medios de comunicación del país. Este método no se ha practicado en ningún otro lugar y no ha sido recomendado por ningún otro instituto de investigación.
Por otra parte, en este en el que la directora general de la FDA de Taiwán, Wu Shou-mei y el ministro de salud del país, Chen Shih-chung muestran el procedimiento de desinfección a través de este aparato: para ello calientan las mascarilla en él durante 3 minutos y la dejan reposar otros 5. Inciden, además, en que las máscaras sucias o desgarradas no son aptas para su reutilización.
Esta máquina es como una olla exprés con un recipiente interior donde se alcanzan altas temperaturas. Los propios medios de comunicación taiwaneses indican que, durante el proceso, no se puede añadir agua ni alcohol.
"Hay que ser conscientes de que en ese mismo recipiente vamos a cocinar después", avisa Del Caño. "Desde luego que hay que encontrar alternativas pronto porque las desinfecciones caseras, si no se hacen bien, volverán a suponer asumir riesgos. Por eso es importante seguir lavándonos las manos antes de y después de colocarlas", concluye.
Aunque el calor inactive el virus sin alterar la capacidad de filtrado, como comentábamos anteriormente, el proceso puede deformar las mascarillas, "por tanto ningún método de cocción es la panacea", señala García y pone otros ejemplos: "Las vaporeras (o rescatar el esterilizador de biberones) podría parecer a priori una buena opción a falta de otros medios. Pero insisto: estos métodos no deben realizarse nunca en el entorno doméstico ya que hace falta un protocolo específico para poder esterilizar material contaminado que evite la posible generación de aerosoles en el hogar".