Después de hablar de los trucos y las dietas que no necesitas probar porque no tienen base científica y no funcionan, aquí vamos a contar algunos trucos que sí han demostrado ser eficaces a la hora de perder peso. Aunque más que trucos, deberíamos hablar de hábitos, porque no son soluciones fáciles y rápidas, sino más bien costumbres para que adelgazar vaya unido a una mejora de la salud.
Las proteínas aportan al cuerpo los aminoácidos necesarios para llevar a cabo muchos procesos de crecimiento y reparación, y además favorecen la sensación de estar satisfechos tras comer, activando las señales hormonales que ayudan a nuestro cerebro a regular el hambre. Por eso juegan un papel importante en una dieta para perder peso. La recomendación general es ingerir en torno a 1 gramo de proteínas por cada kilo de peso corporal.
La carne de cerdo, vaca, oveja o aves, el pescado, el marisco, los huevos y los lácteos son las principales fuentes de proteína, pero no las únicas. Las legumbres y los frutos secos también son ricos en proteínas. Incorporar algunos de estos alimentos en cada comida ayuda a sentirnos llenos y a evitar la sensación de hambre hasta la siguiente comida.