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Bajas masivas y órganos de soldados extranjeros que acaban en el "mercado negro": las campañas de desinformación rusa contra la movilización internacional en filas ucranianas

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En corto:
  • El Kremlin responde a la movilización de soldados extranjeros con campañas de desinformación dirigidas a varios países, especialmente a la población de Colombia, de donde proceden una gran parte de los voluntarios extranjeros
  • Para hacer creer que Rusia está en una posición de superioridad en la guerra y disuadir a los voluntarios de alistarse en el ejército ucraniano, utilizan narrativas sobre las supuestas bajas masivas del bando ucraniano e imágenes descontextualizadas
  • Con el objetivo de desacreditar la imagen del Gobierno ucraniano también publican contenidos de supuestas movilizaciones forzosas, campañas de reclutamiento y narrativas que afirman que no quieren pagar a los familiares de las víctimas

Desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022, el Gobierno de Volodímir Zelenski ha llamado a filas a soldados extranjeros. Según las cifras de las instituciones ucranianas, en agosto de 2024 el 40% de los voluntarios extranjeros alistados en las Fuerzas Terrestres procedían de Latinoamérica. Especialmente de Colombia, desde donde se calcula que a finales del mismo año habían salido más de 500 soldados voluntarios

El Ministerio de Defensa ucraniano es consciente de la influencia que puede generar en determinadas regiones, como puede verse a través de las publicaciones del Centro de reclutamiento para extranjeros sobre testimonios de soldados voluntarios que están en el frente. Un ejemplo es el caso de Piccolo, un hombre colombiano que lleva dos años sirviendo en las Fuerzas Armadas de Ucrania, y que afirma haberse alistado tras recibir la llamada de un amigo que ya combatía entonces en las líneas ucranianas.

El Kremlin, por su parte, trata de mitigar este efecto llamada con campañas de desinformación dirigidas a diferentes países, haciendo especial hincapié en Latinoamérica. Para ello, utiliza estrategias que van desde la creación de imágenes con inteligencia artificial (que están jugando un papel importante en estas campañas en las últimas semanas) o la difusión de imágenes descontextualizadas que no se corresponden con el conflicto actual en Ucrania, hasta la propagación de cifras magnificadas de fallecidos y mensajes engañosos sobre cómo Ucrania estaría tratando los cuerpos de los fallecidos. Algunas de estas desinformaciones pueden resultar más creíbles debido a ciertas actuaciones del Gobierno de Volodímir Zelenski, como casos de reclutamientos forzados o campañas para atraer a jóvenes soldados comparando el salario de un año de servicio militar con hamburguesas de McDonald 's. 

Muchos de estos ejemplos son casos de FIMI (Manipulación e Interferencia de Información Extranjera en su traducción al español). Es decir, contenidos destinados específicamente a disuadir a los combatientes voluntarios de determinados países de que se sumen al ejército ucraniano y desacreditar la gestión del país de Zelenski mediante la difusión de múltiples narrativas y campañas de desinformación.

En esta investigación, liderada por Maldita.es (España), han participado StopFake (Ucrania), Myth Detector (Georgia), Delfi (Lituania) y La Silla Vacía (Colombia). Es parte del proyecto ATAFIMI. Mediante la creación de una herramienta tecnológica pionera para el estudio del FIMI y las campañas de desinformación transfronterizas, el sistema centraliza y funciona como repositorio de los contenidos desinformativos detectados en estos países. El uso de una metodología común nos permite identificar las campañas de desinformación transfronterizas, así como las narrativas que se mueven simultáneamente en Europa y América Latina.

Los voluntarios colombianos, en el foco de la desinformación

El Centro de reclutamiento para extranjeros del Gobierno de Ucrania publica campañas en español destinadas a atraer voluntarios de Latinoamérica. Este centro ofrece diferentes vacantes y sueldos a todo aquel que quiera ir a luchar al frente. En el momento de publicación de este reportaje, en su página web hay 72 testimonios de soldados extranjeros en el ejército ucraniano, de los cuales 53 son de personas de algún país de Latinoamérica. Y más de la mitad (32) de estos son testimonios de hombres colombianos.

La historia de Colombia en los últimos sesenta años ha estado marcada por el conflicto armado. “En sus inicios, la desigual repartición de la tierra y la falta de espacios para participación política dieron cabida al uso de la violencia y la lucha armada”, según explica el CIDOB, Centro de Asuntos Internacionales de Barcelona. En los años siguientes, esta situación se reforzó todavía más “con la irrupción del narcotráfico, el narcoterrorismo y la presencia de nuevos actores políticos y armados”. Las cifras recogidas por el Centro Nacional de Memoria Histórica de Colombia señalan que, entre 1944 y octubre de 2025, ha habido más de 387.000 víctimas.

Muchos soldados colombianos retirados terminan luchando en otros países, como por ejemplo Afganistán, Sudán, Yemen o Ucrania. Laura Lizarazo, experta en seguridad nacional de la consultora Control Risks, explica a El País que “llevan 60 años entrenando bajo una doctrina de lucha contrainsurgente, y efectivamente combatiendo. Por eso son tan apetecidos por ejércitos extranjeros y empresas de seguridad privada”. 

Según declaraciones de voluntarios colombianos publicadas en medios de comunicación internacionales, una de sus motivaciones es el dinero. Pueden llegar a ganar el triple que en su país, explicaba The New York Times en una publicación de 2023. Juan Carlos Portilla, abogado internacionalista y académico de la Universidad de La Sabana (Bogotá), dijo a Deutsche Welle que Colombia “no tiene un plan de beneficios para veteranos” por lo que los militares retirados se ven obligados a “buscar oportunidades en el exterior y aceptar ofertas para luchar guerras que no les pertenecen”. El experto explica que es “mano de obra barata que trabaja sin seguridad social, cotizaciones en salud ni riesgos profesionales”.

Mientras parte de los esfuerzos del Gobierno ucraniano van destinados al público colombiano (como podemos ver también en sus redes sociales, como YouTube o Facebook), las instituciones del país latinoamericano lanzan mensajes en contra de que los colombianos se alisten como voluntarios a guerras en otros países asegurando que “no pagan” o cuestionando si podrán regresar a Colombia. “Lo que parece una oportunidad termina siendo una trampa. Vas buscando un futuro mejor y terminas atrapado en una guerra que no es la tuya, sin voz, sin libertad y lejos de casa”, se podía leer en un tuit del Ministerio de Defensa colombiano publicado en octubre de 2025. 

Unos días antes, el presidente del país, Gustavo Petro, se refirió a Ucrania específicamente en una publicación a través de esta misma red social. Aseguró que “los ucranianos tratan a los colombianos como raza inferior” y pidió a los mercenarios que “están manejando como carne de cañón” que regresen a Colombia “inmediatamente”. La Embajada de Rusia en Colombia, a la vez que compartía el tuit de Petro, dijo que lamentaba “que el número de los colombianos que creen en las falsas promesas de los reclutadores ucranianos siga siendo bastante alto”.

Tuits publicados por la Embajada de Rusia en Colombia y el Ministerio de Defensa colombiano. Fuente: X.

El Kremlin ha intensificado sus mensajes desinformadores hacia los ciudadanos de Colombia. Según el análisis del verificador La Silla Vacía (Colombia), se han acrecentado los contenidos sobre soldados colombianos. La mayoría se concentran en 2025. El primer indicio de este giro aparece en octubre de 2024, con la historia del cuerpo del soldado colombiano Michael Ramírez, que decían que había sido devuelto a Ucrania sin órganos. Pero en realidad este militar figuraba como desaparecido, por lo que su cuerpo no podría haber sido deportado. Esta campaña de desinformación fue difundida por la Embajada rusa en Sudáfrica, entre otros. Entre junio y noviembre de 2025 se han registrado casos cada mes.

No hay una cifra oficial de voluntarios colombianos luchando en las Fuerzas Armadas de Ucrania. En febrero de 2025, el Gobierno del país latinoamericano dijo que desde el inicio de la invasión rusa en febrero de 2022 64 ciudadanos colombianos habían fallecido en el conflicto. En noviembre de 2024, el entonces canciller Luis Gilberto Murillo dijo que las autoridades rusas tenían conocimiento de 500 colombianos en el lado ucraniano. Recientemente, algunos soldados colombianos voluntarios en Ucrania y familiares de los mismos, han denunciado públicamente que estaban retenidos en la frontera, a pesar de que habían solicitado su baja como contratistas para participar en la guerra y pedían volver a Colombia, según explicaba La Silla Vacía.

La narrativa de que Ucrania rechaza repatriar cuerpos y desinformaciones sobre el trato a los soldados fallecidos y sus familias

Desde el inicio de la invasión, se han difundido narrativas que tratan de desacreditar el trato que el Gobierno de Ucrania le da a las familias de los soldados fallecidos. Una de las narrativas que ha circulado en diferentes países asegura que las autoridades ucranianas no aceptan los cuerpos de las víctimas en combate para evitar pagar la compensación a sus familias. La legislación ucraniana prevé ayudas y prestaciones para los parientes de los soldados caídos, que varían según las circunstancias de su muerte. 

En 2021 (antes del inicio de la invasión rusa en Ucrania) ya circulaban contenidos que acusaban sin pruebas al Gobierno de Zelenski de traficar con los órganos de los ucranianos. Con el inicio de la invasión, esta narrativa comenzó a centrarse en los soldados fallecidos en el frente, en algunos casos extranjeros. Según explicó StopFake, para difundir esta narrativa utilizaban logotipos de algunos medios conocidos, pero también fabricaron imágenes de supuestos artículos (una de las estrategias que utiliza el Kremlin para dar falsa sensación de credibilidad) y citaban falsamente a fuentes internacionales. 

La narrativa se ha mantenido hasta 2025. El director de la Dirección de Atención Médica de Alta Tecnología e Innovación del Ministerio de Salud ucraniano, Vasyl Strelka, aseguró al medio ucraniano Focus que es inviable que se puedan llevar a término trasplantes de órganos ilegales en Ucrania. Según dice, una vez extraído el órgano del donante, los médicos disponen de tan solo dos horas para trasplantarlo al receptor. Por lo tanto, los contenidos que afirman que estos órganos se envían al extranjero no tienen fundamento científico. También añade que el receptor y el donante deben ser compatibles en varios criterios: deben tener el mismo grupo sanguíneo y también deben ser compatibles en peso y altura.

Imágenes falsas o sacadas de contexto como “pruebas” de las supuestas bajas de extranjeros en el ejército ucraniano

Para afianzar todavía más la narrativa sobre la supuesta superioridad rusa en el conflicto, el Kremlin ha difundido varias imágenes falsas o fuera de contexto de supuestos soldados extranjeros fallecidos en combate. En Ucrania, se movió una imagen de un funeral militar para homenajear a supuestos soldados franceses caídos en la guerra ruso-ucraniana. En realidad, estas fotografías, difundidas por páginas web en ruso, fueron tomadas en 2019 durante una ceremonia de despedida para 13 soldados franceses que murieron en Mali durante una operación contra yihadistas.

En España también circularon otras imágenes similares como si fueran actuales aunque pertenecían a otro contexto. Una de ellas, tomada en 2006 de soldados británicos caídos en combate en Afganistán, circulaba en publicaciones en ruso como supuestas víctimas de las Fuerzas Armadas de Ucrania.

Publicaciones en TikTok, X y páginas web con imágenes descontextualizadas de supuestos soldados extranjeros fallecidos en Ucrania. Fuente: Maldita.es y StopFake.

Los desinformadores también utilizan imágenes falsas y manipuladas para difundir esta narrativa. En España circuló un gráfico falso atribuido al portal estadístico Statista que supuestamente mostraba que “casi 5.000 mercenarios extranjeros fueron eliminados en la región de Kursk” desde que empezó la invasión rusa de Ucrania. Statista afirmó a Maldita.es que esta imagen, que también difundió Pravda Georgia, era “falsa” y que no fue producida por ellos.

También se viralizaron en trece países dos imágenes creadas con IA de supuestos soldados británicos capturados por el ejército ruso mientras realizaban una misión para la OTAN. Forman parte de una narrativa que afirma que Rusia está siendo atacada por la organización transatlántica o por los países que forman parte de ella, para así justificar la invasión de Ucrania y la continuación de la guerra. Asimismo, varios perfiles y páginas web en ruso han compartido un vídeo de un supuesto grupo de soldados ucranianos rindiéndose y “pidiendo perdón a Rusia” que, en realidad, está creado con Sora (una red social de creación de vídeos hiperrealistas con IA que se está utilizando para desinformar y perpetuar estereotipos a través del humor).

Imágenes creadas con inteligencia artificial que se está utilizando para desinformar. Fuente: France24 y X.

Cómo Rusia utiliza la captación de soldados ucranianos, algunos supuestamente forzados, para disuadir a voluntarios

“No quiero morir”, suplica entre lágrimas un joven ucraniano vestido con un uniforme militar con una bandera de Ucrania en el brazo. Dice tener 23 años y, según cuenta, está siendo obligado a ir al frente a luchar por su país. Este vídeo, que está generado con inteligencia artificial (IA), ha inundado las redes sociales en noviembre de 2025. En América Latina fue amplificado por Venezuela News, una página venezolana que comparte desinformación rusa de forma habitual. Únicamente en Twitter (ahora X) se ha compartido en al menos trece idiomas diferentes en apenas unos días: alemán, checo, español, francés, húngaro e incluso georgiano, como verificó Myth Detector.

Este contenido, que se ha difundido en varios países de Latinoamérica (como Venezuela, Colombia y Chile), es solo una de las muchas publicaciones que utilizan imágenes y vídeos para desinformar sobre supuestos reclutamientos forzosos por parte del Gobierno ucraniano. Es otro ejemplo de cómo se están intensificando las campañas de desinformación en Latinoamérica para tratar de reducir el número de voluntarios que se alistan a las Fuerzas Armadas ucranianas, que ha ido en aumento.

Publicaciones en español, alemán y japonés (de izquierda a derecha) que difunden el vídeo del soldado ucraniano generado con IA. Fuente: X.

En Lituania y España se viralizó una imagen manipulada de una supuesta lápida de un soldado ucraniano con la inscripción “movilizado ilegalmente”. El alcalde de la localidad ucraniana de Brovary, donde supuestamente se erigió esta lápida, negó que existiera esa tumba en el cementerio de la ciudad y el nombre del supuesto soldado no figura entre las personas caídas. El Centro para la Lucha contra la Desinformación (CCD por sus siglas en inglés), dependiente del Gobierno de Ucrania, dijo que se trataba de una “noticia falsa”.

En Ucrania, en agosto de 2025, también se compartió un vídeo falso con el sello del medio de comunicación estadounidensePolitico sobre el supuesto aumento en las tasas de movilización debido a la “infiltración en domicilios de reclutas”. Otra de las estrategias habituales del Kremlin para amplificar sus campañas de desinformación es precisamente la suplantación de medios de comunicación, como ocurrió en este caso. Además, la red de desinformación y propaganda rusa Pravda, también llamada Portal Kombat, compartió una imagen afirmando que 77 guardias fueron supuestamente condecorados por “detener” a personas que intentaban evitar ir al frente. La imagen era real, pero no se correspondía con lo que afirmaba el contenido: mostraba la condecoración de guardias fronterizos que regresaron de la zona de combate en el este de Ucrania en agosto de 2025.

Otros contenidos relacionados con los procesos de reclutamiento afirmaban que el Gobierno de Ucrania recluta a ancianos, niños y personas con discapacidad. El servicio militar obligatorio en Ucrania se aplica a personas de entre 25 y 60 años, aunque los jóvenes de 18 a 24 años pueden alistarse de forma voluntaria. Además, una persona queda exenta del servicio militar si una comisión médico-militar determina que su estado de salud no es apto para hacerlo. Desde 2022, las personas con discapacidad pueden “ser convocadas al servicio militar, pero solo con su consentimiento y para prestar servicio cerca de su lugar de residencia”.

Por ejemplo, en Georgia circularon falsos folletos de propaganda para alentar a los ancianos ucranianos a ir al frente. Aunque contaban con el emblema del Ministerio de Defensa ucraniano, el Centro para la Lucha contra la Desinformación dijo que se trataba de “otra propaganda falsa creada como parte de su campaña informativa [de canales rusos] sobre la ‘movilización forzosa’ en Ucrania”. La supuesta movilización de pensionistas en Ucrania es una de las narrativas difundidas por el Kremlin desde 2022, según explica la organización ucraniana Detector Media.

Contenidos desinformadores sobre el supuesto envío de personas mayores al frente. Fuente: Myth Detector, Maldita.es y Delfi.

Estos contenidos desinformadores circulan en paralelo a imágenes reales de supuestos reclutamientos forzosos por parte de Ucrania. En España, circuló un vídeo grabado en Járkov de un reclutador del ejército ucraniano golpeando a un hombre en el estómago. El vídeo era real. Según explicó el alcalde de la ciudad ucraniana, el golpeado era un profesor con permiso legal para no ir al frente que “no violó la ley, no provocó un conflicto y no se resistió”; mientras que el centro territorial de reclutamiento del ejército de Ucrania dijo que la investigación preliminar establecía que el conflicto surgió de “acciones provocativas por parte de un ciudadano”.

Según un bufete de abogados ucraniano dedicado principalmente a casos de movilización forzosa en declaraciones recogidas por RTVE, el reclutamiento en Ucrania se hace a veces de manera atropellada, sin respetar los plazos correspondientes y sin tener en cuenta ciertas condiciones que podrían librar a la persona movilizada de la obligación de servir (como puede ser, por ejemplo, tener problemas de salud o estar a cargo de una persona vulnerable). En agosto de 2023, Yehor (nombre ficticio) fue enviado a un centro de reclutamiento de Kiev tras ser detenido por la policía, acusado de eludir el servicio militar obligatorio. En aquella ocasión fue enviado de vuelta a casa tras alegar problemas en su espalda. Situaciones como estas hacen que desinformaciones con esta narrativa difundidas por el Kremlin puedan parecer creíbles.

Ucrania paga a los voluntarios con “burritos” o “sushi”, una de las narrativas principales sobre las campañas de reclutamiento 

El 20 de marzo de 2025, el Ministerio de Defensa ucraniano publicó en su perfil oficial de TikTok un vídeo en el que se calculaba que el salario de un año de servicio militar para las Fuerzas Armadas ucranianas equivalía a más de 15.600 hamburguesas con queso de McDonald's. Este vídeo ha dado pie a que el Kremlin publique contenidos desinformadores haciéndose pasar por el Gobierno ucraniano, una estrategia que suele emplear: a partir de casos reales, lanzar campañas de desinformación para afianzar narrativas y confundir.

Dos meses después de la publicación del ministerio ucraniano, en julio de 2025 canales rusos de Telegram compartieron una campaña con el emblema del Gobierno ucraniano que decía que los ciudadanos colombianos que firmaran contratos con las Fuerzas Armadas de Ucrania podrían ganar hasta 3.000 dólares mensuales, el equivalente a “1.000 burritos”. El Ministerio de Defensa de Ucrania dijo a StopFake que esta campaña, que además contenía errores de ortografía, era falsa. La imagen que utilizaban del chef colombiano Héctor Jiménez-Bravo la publicó él mismo en su perfil de Instagram en 2022. 

Otro ejemplo es una supuesta pancarta publicitaria que decía que las mujeres de entre 18 y 24 años que firmaran un contrato con las Fuerzas Armadas del país recibirían 1 millón de grivnas, el equivalente a “2.857 paquetes de panecillos Philadelphia”. El verificador ucraniano explica que se difundió por primera vez en un “canal de Telegram prorruso”, posteriormente se ha compartido en redes sociales rusas como Pikabu o VK. La Dirección de Medios de Comunicación del Ministerio de Defensa dijo a StopFake que no tenía ninguna relación con estos carteles. 

El medio ucraniano hromadske también advirtió de dos supuestos carteles publicitarios que anunciaban contratos para jóvenes de entre 18 y 24 años por valor de un millón de grivnas prometido equivaldría a 185 años de suscripción premium a Netflix o 33 millones de Roblox (una plataforma online de videojuegos). El portavoz del Ministerio de Defensa, Dmytro Lazutkin, dijo a la televisión ucraniana Canal 5 que su cartera “no había encargado tales carteles publicitarios” y lo calificó de desinformación rusa. De hecho, en marzo de 2025 lo publicó la red de propaganda y desinformación rusa Pravda España.

Falsas campañas de reclutamiento atribuídas el Gobierno de Ucrania. Fuente: StopFake y hromadske.

Según explican los verificadores ucranianos StopFake, ”la difusión de estas falsificaciones forma parte de una operación rusa de guerra psicológica e informativa” que busca “desmoralizar a la sociedad ucraniana, debilitar la motivación de los voluntarios y fomentar la desconfianza en las instituciones estatales ucranianas”. 

Contenidos con supuestas cifras de víctimas en el bando ucraniano para minar la moral de los soldados o disuadir a futuros combatientes

Hay una falta de transparencia en el coste humano que está suponiendo este conflicto para ambos bandos. Ni el Gobierno de Ucrania ni el Kremlin publican cifras oficiales de soldados muertos o heridos. Según un análisis del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS) de Washington publicado en junio de 2025, “es probable” que Rusia alcanzara el millón de bajas en el verano de 2025. “Rusia ha sufrido aproximadamente cinco veces más bajas en Ucrania que en todas las guerras rusas y soviéticas juntas entre el final de la Segunda Guerra Mundial y el inicio de la invasión a gran escala en febrero de 2022”, señala. 

Estas cifras coinciden con las de la agencia de información ucraniana Ukrinform, que estima que desde el inicio de la guerra hasta el 29 de octubre de 2025 Rusia ha perdido más de 1,1 millones de soldados en combate. La cifra de Mediazona, medio ruso independiente bloqueado por el régimen de Putin, es mucho menor: según un proyecto desarrollado junto al servicio de noticias BBC News Rusia y un grupo de voluntarios hasta el 5 de noviembre de 2025, se registraban 145.258 militares rusos fallecidos en este conflicto.

En el bando ucraniano, el mismo estudio del CSIS estima que el número de víctimas entre personas fallecidas y heridas asciende a los 400.000 hasta mayo de 2025. En diciembre de 2024, Zelenski dijo que entonces se registraban al menos 43.000 militares ucranianos fallecidos y 370.000 heridos desde el comienzo de la invasión rusa. En febrero de 2025, en una entrevista con la NBC News actualizó estas cifras a 46.000 soldados fallecidos y 380.000 heridos.

La falta de transparencia también es un aliciente para que Rusia difunda contenidos relacionados con el número de víctimas. En Lituania circularon mensajes que aseguraban que el ejército ucraniano había perdido 780.000 personas en combate y unas declaraciones de Putin en las que decía que Fuerzas Armadas ucranianas perdían más de 50.000 personas entre muertos y heridos al mes. Circulaba tanto en canales de Telegram en ruso como en el portal prorruso EurAsia Daily. Otras publicaciones utilizaban un vídeo descontextualizado extraído de un documental de la cadena estadounidense ABC como “prueba” de las supuestas bajas del ejército ucraniano. 

En Ucrania se viralizaron unas supuestas declaraciones atribuídas a Cruz Roja en las que decían que el ejército ucraniano había sufrido pérdidas por valor de “más de un millón de personas”. En realidad, no había emitido ninguna declaración sobre las bajas sufridas por las Fuerzas Armadas de Ucrania.

Contenidos sobre las supuestas bajas millonarias en el bando ucraniano. Fuente: StopFake y Delfi.

Según explica EUvsDisinfo, con este tipo de contenidos busca promover una narrativa sobre “la inevitabilidad de una victoria rusa”. Intenta crear la impresión de que “Rusia tiene la ventaja en el conflicto” al presentar a Ucrania como una fuerza militarmente agotada, “moldeando así el entorno informativo a favor del Kremlin en torno a las negociaciones de paz en curso”, explica. Un análisis de la organización estadounidense sin ánimo de lucro Institute for the Study of War publicado en febrero de 2025, afirma que Rusia no ha logrado “romper las líneas ucranianas ni siquiera hacerlas retroceder significativamente” lo que está agravando “las dificultades que Rusia afrontará para sostener la guerra durante 2025 y 2026”.

Esta investigación se ha llevado a cabo siguiendo una metodología que incluye una escala de valores de riesgo de que un contenido sea parte de una campaña de desinformación, de acuerdo con los siguientes criterios: canales donde se ha difundido la desinformación, países en los que ha circulado un mismo contenido desinformativo, plataformas en las que se ha compartido y narrativas identificadas. 

¿Quiénes participan en este proyecto?

Este proyecto colaborativo, financiado por la Fundación Nacional para la Democracia (National Endowment for Democracy, NED) pretende mejorar las capacidades tecnológicas para la detección, análisis y clasificación de la desinformación de las organizaciones de fact-checking de Europa del Este y Eurasia: StopFake (Ucrania),Myth Detector (Georgia) y Delfi (Lituania) y de los Balcanes: Zašto ne (Bosnia y Herzegovina) RasKRIKavanje (Serbia) y FakeNews Tragač (Serbia), mientras que permite la interconexión con otras organizaciones de América Latina: Chequeado (Argentina), La Silla Vacía (Colombia); Cazadores de Fake News (Venezuela) y Verificado.mx (México) y España (Maldita.es) para el estudio de la circulación de la desinformación. 

¿Cómo sabemos que un contenido circula al mismo tiempo en varios países?

Maldita.es ha diseñado un sistema centralizado que actúa como repositorio mediante el cual los verificadores  pueden enviar los contenidos que reciben por sus respectivos chatbots o que identifican en internet, de acuerdo con la metodología establecida para este proyecto. Si el contenido circula en un país o más, se envía una alerta al resto de países para que comprueben si la desinformación circula en esos países y en caso afirmativo lo señalan en el sistema compartido. Que una desinformación haya sido vista en un país no necesariamente significa que la organización de fact-checking publique la verificación, ya que puede no haber sido lo suficientemente viral.