Se difunden al menos dos vídeos donde algunos usuarios supuestamente “miden” la radiación electromagnética emitida por coches eléctricos asegurando que son niveles muy peligrosos para la salud. Están desinformando.
Los medidores utilizados registran campos electromagnéticos de distintas frecuencias a la vez, muchas de ellas mayores y diferentes a las que podría producir un coche eléctrico, como las que emiten la radio o el mismo teléfono móvil con el que graban el vídeo, según las propias webs de compra de los aparatos y un experto. Como cualquier dispositivo eléctrico, como una lavadora o una batidora, los coches eléctricos también emiten radiación electromagnética no ionizante de baja frecuencia. Lo mismo ocurre con un coche de combustión que emite radiación electromagnética al contar con componentes eléctricos, aunque obviamente un coche eléctrico genera en conjunto campos electromagnéticos de mayor intensidad. En cualquier caso, los niveles de radiación de los vehículos están muy por debajo de los valores seguros establecidos por la Comisión Internacional sobre Protección Frente a Radiaciones No Ionizantes (ICNIRP por sus siglas en inglés), según los expertos consultados y la Oficina Federal para la Protección Radiológica de Alemania.
Los medidores registran muchas frecuencias a la vez, incluyendo las de la radio o el móvil que graba
En los vídeos se utilizan dos medidores distintos que, con el objetivo de medir la radiación emitida por el coche eléctrico, están activados en el modo “radiofrecuencia”. La radiofrecuencia es una parte del espectro electromagnético compuesta por la radiación de entre 3.000 y 300.000.000.000 hercios (3 kHz - 300 GHz). Los hercios indican cuántas veces se produce un evento por segundo o cuántas veces cambia una magnitud física por segundo, en este caso concreto, un campo electromagnético.
Según sus propias webs, ambos medidores son de banda ancha, esto es, miden muchas frecuencias a la vez sin especificar o identificar exactamente la fuente de la radiación. El medidor blanco detectaría un rango de radiofrecuencia desde 0,1 hasta 8 GHz, mientras que el medidor negro abarcaría desde los 40 Hz hasta los 6 GHz. Este dispositivo abarca tanto radiofrecuencia como baja frecuencia pero para ello debería estar puesto en la posición adecuada y no en la de RF (radiofrecuencia) que aparece en el vídeo en la que mide de 0,2 a 6 GHz.
Dentro de esos rangos “tenemos las ondas de los móviles, el Bluetooth o las ondas de radio FM”, explica a Maldita.es Alberto Nájera, profesor de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) y director científico del Comité Científico Asesor en Radiofrecuencias y Salud (CCARS). Así, precisa que estos aparatos, de cumplir lo que dicen sus especificaciones técnicas, están midiendo muchas frecuencias a la vez y sin saber de dónde viene exactamente el valor que aparece en la pantalla. Además, en ambos casos, lo que miden no proviene del coche eléctrico sino de otra fuente de radiofrecuencia. “Probablemente estén midiendo el móvil con el que graban el vídeo”, apunta.
Los coches eléctricos emiten campos electromagnéticas de frecuencias hasta 300 Hz según este estudio, por debajo de los 400 Hz, según Nájera o como mucho hasta los “cientos de kHz”, según la Oficina Federal para la Protección Radiológica de Alemania (BfS). Los campos de hasta 100.000 Hz (100 kHz) se denominan de baja frecuencia, con lo que están principalmente dentro de ese rango. Por todo ello, si lo que se busca es medir la radiación electromagnética de un coche eléctrico, Nájera indica que “debería utilizarse un medidor de baja frecuencia y, en ningún caso, un medidor de radiofrecuencia”. En el caso de las medidas realizadas con el dispositivo negro, éste debería estar en la posición adecuada y no en RF.
Por otro lado, los aparatos que aparecen en las imágenes “no están calibrados y no ofrecen medidas fiables”, señala el director científico del CCARS en referencia a este vídeo. Otro dato que señala el científico para identificar los medidores poco fiables es su precio: 200 dólares, muy lejos de los 7.000 que cuesta como mínimo un equipo fiable profesional.
Los coches eléctricos emiten radiación de baja frecuencia, el mismo rango que algunos electrodomésticos
Los coches eléctricos o híbridos producen campos electromagnéticos cuando están en funcionamiento y mientras se cargan. Durante el funcionamiento, estos campos “rodean la batería, el motor y los cables (...) En muchos casos, los campos más intensos están en los huecos para los pies de los asientos delanteros. Según la construcción de cada vehículo y la posición de la batería, por ejemplo, los valores más altos pueden registrarse también en el asiento trasero”, explica la BfS alemana.
“La radiación más ‘peligrosa’ se produce al cargarlo, pero es una frecuencia más baja que a la que operan, por ejemplo, la WiFi o el GPS”, cuenta a Maldita.es Héctor Esteban, director de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de la Telecomunicación de la UPV.
Como decimos, los campos emitidos por los coches eléctricos durante la conducción y la carga son de “baja frecuencia” (1 Hz - 100 kHz) o hasta “cientos de kHz”. Algunos electrodomésticos que también emiten campos en ese rango son por ejemplo, un horno o un equipo de música de alta fidelidad (hi-fi), según el comparador EMF-Portal, una web mantenida por la Universidad Técnica de Aquisgrán, en Alemania. Un router WiFi emite ondas de frecuencias mucho mayores, entre los 2 y los 6 GHz.
En comparación con los campos electromagnéticos de los coches de combustión (producidos principalmente por sus componentes electrónicos), los campos de un eléctrico son de mayor frecuencia pero, de nuevo, ambos están dentro del rango de la baja frecuencia, según la misma fuente, que se basa en literatura científica.
Por tanto, lo que nos indicará la seguridad o inseguridad de un campo electromagnético será su intensidad, que es lo que pretenden medir en los vídeos. En este estudio de 2015 midieron la intensidad de los campos generados por varios coches híbridos y de combustión en funcionamiento y concluyeron que en los híbridos, como era de esperar, se generaban los campos más intensos, con valores hasta 4,5 veces mayores. Pero el estudio concluye que la exposición a esos campos “estaban en línea con las exposiciones diarias a otras fuentes” y muy por debajo de los límites de seguridad que indica la ICNIRP.
Los campos electromagnéticos de los coches eléctricos están dentro de los límites de seguridad
Las investigaciones recabadas por la BfS sobre los posibles efectos de la radiación de los vehículos eléctricos indican que incluso los valores más altos de radiación registrados no superan los máximos recomendados por la Comisión Internacional sobre Protección Frente a Radiaciones No Ionizantes (ICNIRP, por sus siglas en inglés).
Niveles de referencia (lo que se considera seguro) de exposición frente a campos electromagnéticos de baja frecuencia (hasta 100 kHz, el rango en el que se encuentran los coches eléctricos), según la ICNIRP para público general. Extraído de Moreno-Torres Concha, Pablo (2016).
Por ejemplo, en el estudio de 2015 el campo magnético más intenso generado en coches híbridos era de 0,09 microteslas, pero el límite para campos de 40 Hz son 200 microteslas y para campos de 800 Hz son 100 microteslas, dice el estudio. “En general, los niveles medios de campos magnéticos medidos en los asientos de los coches estaban (...) muy por debajo de las directrices de la ICNIRP para la exposición máxima del público en general”, concluye.
Además, la normativa Europea establece una serie de requisitos de compatibilidad electromagnética para los vehículos en la directiva 2014/30/EU y la Organización Internacional de Estandarización (ISO, siglas en inglés) también establece una serie de requisitos.
El especialista en Radiofrecuencia y técnico en Electromedicina, Xavier Pardell, explica a Maldita.es cómo se comprueba que los vehículos cumplen con estas normas: “Antes de construir el coche, los ingenieros crean un modelo virtual para ver cómo se comportarán las ondas electromagnéticas. Luego, el coche se lleva a una habitación especial donde se miden las ondas que emite el coche y los datos obtenidos se comparan con unos límites establecidos”.
En uno de los vídeos desinformadores aparece un Peugeot 206 eléctrico. El manual de este vehículo indica que se ha desarrollado “de acuerdo con las directrices acerca de los campos electromagnéticos máximos emitidas por la ICNIRP”.
No hay evidencia científica de que los campos electromagnéticos de los coches eléctricos perjudiquen la salud
Como indicamos, los coches eléctricos generan campos electromagnéticos de baja frecuencia y de una intensidad baja, muy por debajo de los límites de lo que la ICNIRP considera seguro desde el punto de vista de la salud.
Este organismo independiente revisa periódicamente la producción científica por si hiciera falta actualizar estas recomendaciones. Hasta la fecha, no existen evidencias de que los campos electromagnéticos de baja frecuencia (como los de los coches eléctricos) tengan efectos negativos para la salud dentro de estos límites de seguridad.
Los campos electromagnéticos generados por coches eléctricos, coches de combustión interna y todos los objetos que emiten ondas por debajo de cierta zona del espectro electromagnético forman parte de la radiación no ionizante, que no tiene suficiente energía para cambiar la estructura de moléculas y átomos. Esto indica que incluso a intensidades elevadas, no tienen capacidad de dañar el ADN, cosa diferente de lo que ocurre con la radiación ultravioleta o los rayos X.
“Por otro lado, estas radiaciones decrecen muy rápido con la distancia, por lo que no estar extremadamente cerca del punto de recarga de manera prolongada parece una medida sencilla para evitar cualquier hipotético riesgo”, recuerda Héctor Esteban.
Como referencia, un estudio de una empresa noruega independiente realizó una serie de mediciones y observó que la exposición a la radiación cerca del suelo del vehículo era inferior al 20% del límite del ICNIRP, mientras que a la altura de la cabeza era inferior al 2%.
Por supuesto, la evidencia científica no es inalterable y existen proyectos, grupos y líneas de investigación que siguen estudiando si los campos electromagnéticos de los coches eléctricos tienen efecto perjudicial para la salud —y si existen, cuál sería su mecanismo— o si hay algún efecto a largo plazo, tanto en la población en general como en personas que están más expuestas a estos vehículos —por ejemplo, trabajadores de transporte público—.
En este artículo han colaborado con sus superpoderes los malditos: Héctor Esteban González, director de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de la Telecomunicación de la UPV; Alberto Nájera, profesor de la UCLM y director científico del CCARS; y Xavier Pardell, especialista en Radiofrecuencia y técnico en Electromedicina.
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*Actualizado el 28 de agosto de 2024 para corregir algunas inexactitudes y conceptos que no estaban bien utilizados (por ejemplo, referirnos a ondas electromagnéticas en lugar de a campos) siguiendo las recomendaciones del profesor de la UCLM Alberto Nájera.
Primera fecha de publicación de este artículo: 19/08/2024