Los incendios forestales tienen diversas causas, agravadas por la crisis climática. Cuando la causa es humana, como la inmensa mayoría en España, se habla de incendio intencionado o provocado, pero no es exactamente lo mismo aunque la diferencia es semántica.
Un incendio intencionado es el generado con la voluntad expresa de hacer arder una zona. Un incendio provocado incluye más opciones, ya que intencionados o no, algo los provoca y la Fundación del Español Urgente (Fundéu) aconseja que vaya acompañada de la causa (provocado por una chispa, por una quema de rastrojos, por un rayo…).
Para Ferran Dalmau-Rovira, ingeniero forestal y director de la consultora ambiental Medi XXI GSA, un incendio provocado se suele asociar a fortuito. “Todos los incendios pueden llamarse provocados, incluyendo los provocados por un rayo”. En cambio, un incendio intencionado tiene una motivación detrás como puede ser destruir un terreno normal o distraer a la policía en el caso de delitos. “Es sólo una diferencia semántica para indicar que hay una intención”, añade Ferran Dalmau-Rovira.
En un incendio intencionado el autor debe ser consciente de que su acción puede quemar superficie forestal y debe querer quemarla o aceptar que se queme por su acción. Una quema agrícola puede ser accidental, negligente o intencional según las circunstancias. Si la persona ha cuidado el fuego, pero a pesar de ello se ha provocado un incendio forestal, se trataría de un accidente, esto es, un incendio provocado; pero si ha quemado sin medidas preventivas y deja actuar el fuego pese a ser consciente de que probablemente se quemará superficie forestal sería un incendio intencionado, según los Grupos de Trabajo del Comité de Lucha contra Incendios Forestales del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.
Los incendios intencionados tienen a su vez varias motivaciones. Las más frecuentes son la quema agrícola ilegal, la quema para regeneración de pastos y la piromanía, indica Estadística General de Incendios Forestales. Otras causas de los incendios intencionados son el vandalismo, las venganzas, disputas en titularidad de tierras, bajar el precio de la madera o cazadores que queman para facilitar la caza.
Estas motivaciones se agrupan en las que buscan obtener beneficios directos para el incendiario, las que quieren producir daños a terceros, las debidas a prácticas tradicionales inadecuadas (eliminar matorral o ahuyentar animales) y otras motivaciones (ritos satánicos, ver las labores de extinción del incendio y la piromanía). En uno de cada cuatro de los incendios intencionados no se conoce la motivación.
En el caso de la piromanía, la persona pirómana sufre una enfermedad, algo que sólo lo puede certificar un médico forense, y por ello la persona disfruta quemando cosas, aclara a Maldita.es Sergi Fontseca, agente mayor de los Agentes Rurales de la Generalitat de Catalunya. La piromanía es un tipo de trastorno del control de los impulsos, según la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11) que elabora la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Más de la mitad de los incendios forestales en España son intencionados, según la Estadística General de Incendios Forestales, y en torno al 30% se producen por negligencias y accidentes, por lo que podrían considerarse incendios provocados por el ser humano pero no intencionados.
Cuando ocurre un incendio, las autoridades deben rellenar un parte de incendio forestal para elaborar la Estadística de Incendios Forestales. Este documento incluye un apartado con la causa, a escoger entre un rayo, intencionado (donde debe señalar la motivación), no intencionado (incluye las quemas agrícolas y ganaderas, el ferrocarril y los fumadores, entre otras causas), causa desconocida e incendio reproducido (un incendio ya extinguido que se ha reproducido por causas propias del incendio como las brasas).
El parte de incendio forestal incluye un listado de grupos y tipo de motivaciones de los incendios intencionados.