Con la sequía y escasez de agua, quizás hayas oído el término embalse muerto. O lo oirás pronto si los embalses no dejan de vaciarse y aumentan las restricciones. En resumen, un embalse muerto es un embalse que, sin estar vacío, de él no se puede extraer agua. Aunque definir a qué nivel es complejo.
Se habla de embalses muertos cuando se encuentran con un nivel mínimo de agua que queda por debajo de la toma de agua, la situada a menor altura y, por tanto, no resulta posible utilizarla. “El umbral suele situarse en el 11% de la capacidad del embalse”, ha indicado a Maldita.es Pilar Paneque, responsable del Observatorio Ciudadano de la Sequía y catedrática de Geografía Humana de la Universidad Pablo de Olavide. Pero la cifra del 11% no es algo fijo y en realidad depende de cada embalse, aclara a Maldita.es Roberto González, responsable del Programa de Aguas de SEO/BirdLife. En resumen, el volumen muerto "suele ser una cantidad muy pequeña, despreciable en comparación con el volumen total del embalse", destaca a Maldita.es Fernando Abadía, miembro del Comité Asesor del Comité Nacional Español de Grandes Presas. *
A fecha del 23 de agosto de 2022, Paneque señalaba ya había diez embalses como los de El Vicario (3,13% de su capacidad) en el Guadiana, Escalona (5,05%) en el Júcar o Búbal (9,52%) en el Ebro. Como aún no ha terminado el verano ni el año hidrológico, que acaba el 30 de septiembre, Paneque destaca que hay en torno a otros diez embalses que “están muy cerca de declararse muertos y que probablemente lo harán a final de verano”. Por ejemplo, los embalses de La Serena (13,26%) en el Guadiana, Bornos (13,5%) en el Guadalete-Barbate o La Viñuela (11,52%) en las Cuencas Mediterráneas Andaluzas.
“Esta situación no es específica de este verano, pero las altas temperaturas alcanzadas desde el mes de mayo —que también forman y formarán parte de nuestra nueva realidad climática— han aumentado tanto los consumos como la evaporación del agua“, añade la experta.
Aunque un embalse esté muerto en verano, "cuando comiencen las esperables lluvias del otoño, la presa comenzará otra vez a embalsar agua", indica a Maldita.es el Grupo del Agua de la Comisión de Agua, Energía y Cambio Climático del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos. También recalca que no hay porcentajes "estándar" para tildar a un embalse de muerto. **
Los sedimentos colmatan los embalses
Además, hay varios embalses, normalmente pequeños, que están ya colmatados, es decir, llenos de las arenas y sedimentos que arrastran los ríos y se acumulan en los embalses. Estos sedimentos y los fangos del fondo provocan una menor capacidad real para embalsar agua de la que se anuncia porque ocupan parte del espacio destinado originalmente para el agua, añade González.
“Todos los embalses tienen una esperanza de vida finita porque se colmatan. Además, tienen un porcentaje de colmatación directa y otra de agua muerta, de agua mezclada con sedimentos que no se puede depurar para usar en abastecimiento. Estos factores no se tienen en cuenta cuando se habla de la disponibilidad”, indica el experto en aguas.
La geología de la cuenca vertiente por la que transcurre el río, la existencia de vegetación o arbolado que 'sujeta' el suelo y ralentiza la erosión y las pendientes del terreno son otros factores que determinan la cantidad de sedimentos que, arrastrados por los ríos, terminan depositándose en el fondo de los embalses, afirma el Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos.
Roberto González cifra en torno a los 15 puntos porcentuales la cantidad que ocupan los sedimentos y fangos en los embalses. “En España hay que quitarle unos 10 puntos porcentuales a la capacidad que se dice porque es tierra. Además hay agua que no se puede usar porque es agua fangosa”, concluye. Es decir, un embalse al 30% de su capacidad, tendría realmente en torno a un 20 o 15% de agua utilizable al ser el resto sedimentos o agua con fangos, según González.
No obstante, la sedimentación en embalses no puede tratarse de una forma genérica. "Cada embalse sufre un proceso de sedimentación y relleno de fangos distinta en función de las características de la cuenca que le aporta el agua. Hay embalses que con cierta rapidez sufren un proceso de colmatación por sedimentos reduciendo la capacidad útil de almacenamiento de agua, y otros en donde el proceso es mucho más lento o prácticamente inexistente", concluye Fernando Abadía. *
El momento en el que el agua embalsada deja de ser “potabilizable” para abastecimiento depende varios factores como la naturaleza o composición de los sedimentos y de lo preparada que esté la Estación de Tratamiento de Agua Potable, aclara el Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos.
* Actualizado el 1 de septiembre con las aportaciones de Fernando Abadía.
** Actualizado el 7 de septiembre con declaraciones del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos