“Creo que tenemos que actuar y regular los vuelos de jets privados. Se convierte en el símbolo de un esfuerzo de dos velocidades”. Estas declaraciones del ministro de Transportes francés, Clément Beaune, el pasado 20 de agosto en el diario Le Parisien han reabierto el debate sobre otra medida que ya intentó aplicar el Gobierno de Emmanuel Macron en marzo pero que a día de hoy no está en vigor: la supresión de los vuelos internos en Francia de una duración menor a dos horas y media.
El encargado de la cartera de Transportes explicaba que “sin caer en la demagogia ni en una cacería ad hominem, hay una serie de comportamientos que ya no tienen un pase. Hay razones urgentes, imperativos económicos, no puede ser un modo individual de viajar cómodamente”.
Y aunque el ministro francés no ha ofrecido más detalles, Le Parisien apunta a que esta regulación podría hacerse a partir de incentivos, regulaciones o una nueva fiscalidad para los aviones privados. Igualmente, el Ejecutivo de Macron pretende, según el periódico francés, obligar a las empresas a publicar un listado de los desplazamientos que realizan en aviones privados. Beaune propuso también que esta medida se aplique a nivel de toda la Unión Europea y la llevará a la próxima reunión de los ministros de transportes de la UE que se celebrará en octubre.
Esta propuesta no está avalada, de momento, ni por la primera ministra francesa, Élisabeth Borne, ni por el presidente de la República, Macron. Este último pidió a sus ministros el pasado 24 de agosto en el arranque del curso político “no ceder a las tentaciones ni a la demagogia”. Ante los “desafíos” a los que se enfrenta el país, explicó Macrón, “es fácil prometer cualquier cosa y todo” y “decir lo que la gente quiere escuchar” sin tener en cuenta si eso es “eficaz, útil y justo”. Algunos interpretaron este mensaje como una advertencia a la propuesta de su ministro de Transportes. Posteriormente, el portavoz del Gobierno, Olivier Véran, matizó que el presidente francés “no se ha pronunciado sobre el asunto de los jets privados” [min. 3:53].
Francia, a la cabeza en el uso de jets privados
Francia es el país de la Unión Europea que más utiliza los jets privados para volar. Según los datos de la Federación Europea de Transporte y Medio Ambiente T&E, en 2019, uno de cada diez vuelos que despegaron en Francia era de un avión privado. La mitad de ellos para trayectos de menos de 500 kilómetros, la ruta más frecuentada en Europa es la que conecta Ginebra (Suiza) con París (Francia), y el 80% de los vuelos se hicieron dentro de suelo europeo. Este mismo estudio apunta a que entre el 70% u 80% de las diez rutas más populares tienen conexión ferroviaria y que la mayoría de los trayectos se hicieron dentro de territorio francés, un país con una red ferroviaria muy amplia.
Además, Francia cuenta con dos de los aeropuertos más utilizados por los usuarios de jets privados, París y Niza. De las 45 principales rutas en avión privado, 44 tenían como origen o destino estos aeropuertos, que en conjunto emiten el 60% de las emisiones en Francia en cuanto a este medio de transporte, apuntan en el estudio de la Federación Europea de Transporte y Medio Ambiente.
A pesar de ello, Francia no es el país más contaminante, este mismo estudio coloca al Reino Unido en primer lugar -por ser la puerta de entrada y salida de los vuelos privados fuera de la Unión Europea-, seguido de Francia. Entre los dos países emiten el 40% de la polución de jets privados en Europa, y los vuelos que despegan de Reino Unido y Francia emiten más CO2 que la suma del resto de los otros 20 países analizados. Según la Federación, este medio de transporte es entre cinco y 14 veces más contaminante que los vuelos comerciales y 50 veces más que un tren.
La ley del clima, como base para esta nueva propuesta
El ministro de Transportes reconoce que la regulación de los vuelos en jet privado supondría un paso más en la ley de lucha contra el cambio climático, aprobada en agosto de 2021. Este texto incluye en su artículo 145 la prohibición de los vuelos comerciales de menos de dos horas y media que tengan una alternativa en tren en menos de dos horas y media y sin transbordos. Las rutas afectadas serían las de París Orly-Nantes, París Orly-Lyon, París Orly-Burdeos y Marsella-Lyon. Para justificarlo citan el artículo 20 del reglamento n° 1008/2008 del Parlamento y del Consejo Europeos por el que un Estado miembro “podrá limitar o denegar el ejercicio de los derechos de tráfico, en particular, cuando otros modos de transporte proporcionen niveles adecuados de servicio”.
La medida tenía que entrar en vigor en marzo de este año, pero este artículo está suspendido de la ley. Tras la aprobación de la ley, 165 aeropuertos franceses presentaron un recurso ante la Unión Europea porque aseguran que este artículo incumple precisamente el reglamento comunitario que citan en la ley. Según indican, la misma norma precisa que esta restricción de vuelos “tendrá un período de vigencia limitado, no superior a tres años”, no de manera indefinida como pretendía el Gobierno francés.
Por ello, en diciembre de 2021, la Comisión Europea anunció la apertura de una investigación para estudiar la propuesta francesa, lo que impedía su entrada en vigor hasta que las autoridades europeas se pronuncien a favor o en contra de la medida. Ante esta situación, el Gobierno francés, en mayo, envió a la Comisión un nuevo proyecto de decreto, que ahora están estudiando en Bruselas.
La medida de supresión de vuelos con duraciones menores a dos horas y media la aplicó en un primer momento únicamente Air France como condición para acceder a un rescate de 7.000 millones de euros del Gobierno francés por las pérdidas como consecuencia de la pandemia del coronavirus. Tras esta restricción a Air France, las autoridades decidieron ampliar estas restricciones al resto de aerolíneas incluyendo la medida, todavía paralizada, en la Ley del Clima.