Cada cierto tiempo, algunas voces escépticas de la crisis climática afirman que es una “moda” alarmista que se olvidará en algún momento. Para ello la comparan con el agujero de la capa de ozono, alegando que este problema ahora atrae menos atención mediática de la que tuvo décadas atrás. Sin embargo, esta idea es engañosa.
El calentamiento global, como parte de la crisis climática, y el agujero de la capa de ozono son problemas distintos (aunque tienen algunos puntos en común). Y, sobre todo, la reacción de la comunidad internacional contra uno y otro problema ha sido muy diferente. Mientras que los países han dejado de producir las sustancias que agotan la capa de ozono, se siguen quemando los combustibles fósiles que producen el calentamiento global. Te lo explicamos.
El agujero de la capa de ozono: una zona menos densa que deja pasar los dañinos rayos ultravioleta
La capa de ozono es una zona de la estratosfera donde existe una alta concentración del gas ozono (O3), explica el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). No es una capa fija, sino que el ozono fluye en un ciclo que abarca todo el año.
Las moléculas de ozono reaccionan con los rayos ultravioleta (UV-B) que emite el Sol convirtiéndolos en oxígeno (O2) y, después, en ozono de nuevo. De esta forma, el ozono protege la vida sobre la Tierra, pues “una exposición prolongada a altos niveles de UV-B amenaza la salud humana y perjudica a la mayoría de animales plantas y microbios”.
En los años 70, científicos como Mario J. Molina y F. Sherwood Rowland alertaron de que cuando los gases que contienen halógenos (flúor, cloro, bromo, yodo…) llegan a la estratosfera también reaccionan con los rayos ultravioleta, produciendo átomos de cloro que destruyen las moléculas de ozono. En 1985, los meteorólogos J. C. Farman, B. G. Gardiner y J. D. Shanklin demostraron que la concentración de ozono estratosférico sobre la Antártida estaba disminuyendo rápidamente. Es lo que se conoce como el agujero de la capa de ozono.
Agujero de la capa de ozono en 1985. Fuente: NASA
Entre los gases que dañan la capa de ozono, los más importantes son los clorofluorocarbonos (CFC), que en su momento se utilizaban en muchos productos, como aires acondicionados, refrigeradores, latas de aerosoles e inhaladores para los pacientes con asma, recuerda el PNUMA. Tanto los gases CFC como los HCFCs, también destructores del ozono, estaban presentes en productos de limpieza para ordenadores, espumas de aislamiento y hasta suelas de zapato.
El Protocolo de Montreal ha conseguido eliminar casi toda la producción de sustancias que agotan la capa de ozono…
Para evitar los efectos de una reducción descontrolada de la capa de ozono que, como hemos visto, nos protege de los daños de los rayos ultravioleta del Sol, en 1987 se firmó el Protocolo de Montreal sobre las Sustancias Agotadoras de la Capa de Ozono. El protocolo, que entró en vigor en 1989 y actualmente está ratificado por 198 países más la Unión Europea, incluye una lista de las sustancias químicas que destruyen la capa de ozono y objetivos concretos para reducir la producción y el consumo de dichas sustancias.
La meta era que tanto la producción como el consumo se eliminen completamente. Desde hace diez años, todos los países adheridos al Protocolo de Montreal ya no producen la gran mayoría de los gases que causan el debilitamiento de la capa de ozono, según el portal de datos abiertos del PNUMA. En este portal también pueden consultarse los datos sobre la reducción en el consumo de estas sustancias y su uso permitido en algunas excepciones.
Con todo, aún se emiten ilegalmente algunos de estos gases: en 2019, el Seprona reveló la exportación ilegal de gases fluorados refrigerantes que agotan la capa de ozono y agravan el calentamiento global. El pasado 28 de junio de 2022, la Guardia Civil anunciaba la detención de una organización que traficaba con gases similares.
El acuerdo internacional “ha frenado la cantidad de halocarbonos en la atmósfera, lo que ha provocado la lenta recuperación de la capa de ozono”, aseguran desde el programa Copernicus de monitorización terrestre de la Unión Europea. En esta galería de vídeos de la NASA pueden consultarse la evolución del agujero de la capa de ozono desde 1979 hasta 2021 en cada mes del año y también distintos datos sobre la evolución de su tamaño medio. Según el PNUMA, si los esfuerzos siguen cumpliéndose, se espera que la capa de ozono se recupere a mediados de este siglo.
…pero se emiten cada vez más gases de efecto invernadero
Una situación muy diferente ocurre con los gases que provocan el calentamiento global (y, con él, el cambio climático). Su emisión continúa aumentando desde los años noventa en todos los casos: dióxido de carbono (CO2), metano (CH4), óxido nitroso (N2O) y los distintos gases fluorados (F-Gas), según los datos recogidos en el portal Climate Watch del World Resources Institute.
A lo largo de estas décadas se han firmado acuerdos internacionales para combatir el cambio climático. Con el Acuerdo de París, el vigente en la actualidad, es cada país quien decide individualmente cuántas emisiones se compromete a reducir. Y estos objetivos nacionales (NDC en inglés) están lejos de reducir las emisiones lo necesario para limitar el calentamiento global a los 1,5 ºC acordados en la cumbre, según un informe de la ONU elaborado en 2021.
Primera fecha de publicación de este artículo: 29/06/2022