De móviles y ordenadores a lavadoras, frigoríficos y aspiradoras: menos del 40% de todos los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos de la Unión Europea (UE) se reciclan, según el Parlamento Europeo. Os explicamos por qué esta basura puede suponer un riesgo tanto para el medio ambiente como para la salud de las personas y dónde hay que tirarla.
La población mundial genera más de 50 millones de toneladas de residuos cada año
El concepto de basura electrónica hace referencia a los residuos de los aparatos eléctricos y electrónicos que se producen al final de su vida útil. “Básicamente todo lo que se enchufa o precisa una pila o batería para que funcione es susceptible de ser considerado basura electrónica”, afirma a Maldita.es Enrique Redondo Cascante, profesional en la gestión medioambiental y maldito que nos ha prestado sus superpoderes.
Los grandes electrodomésticos, como las lavadoras y las estufas, son los residuos electrónicos más recogidos en la UE, según el Parlamento Europeo. Les siguen los equipos informáticos y de telecomunicaciones (ordenadores portátiles o impresoras), los equipos de consumo y paneles fotovoltaicos (cámaras de vídeo o lámparas fluorescentes) y los pequeños electrodomésticos (aspiradoras o tostadoras).
Redondo asegura que los residuos electrónicos están entre los que más crecen a nivel mundial. En 2019 generamos 53,6 millones de toneladas de basura electrónica en todo el mundo, según Naciones Unidas (ONU). Se espera que en 2030 esta cifra alcance las 74,7 millones de toneladas.
Asia es el continente que genera un mayor volumen de desechos electrónicos (unos 24,9 millones de toneladas). Le siguen América (13,1 millones de toneladas), Europa (12 millones de toneladas), África (2,9 millones de toneladas) y Oceanía (0,7 millones de toneladas).
Qué componentes de la basura electrónica pueden suponer un riesgo para el medio ambiente y la salud
Mientras que algunos residuos electrónicos terminan en basureros, la Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que muchos se envían a países de bajos y medianos ingresos, a menudo de manera ilegal y agregando cargas importantes a la infraestructura local de gestión de residuos peligrosos.
Allí algunos ciudadanos (incluidos niños y adolescentes) recogen, desmantelan, queman o utilizan baños de ácido para obtener metales y materiales valiosos de los residuos electrónicos. Estos métodos son potencialmente peligrosos para el medio ambiente y la salud humana, especialmente para los menores.
Varios estudios analizan el riesgo que suponen para la salud algunos compuestos que se usan en el aislamiento de cables, las carcasas de plástico, las pantallas de cristal líquido (LCD, por sus siglas en inglés) utilizadas en televisores y otros aparatos y los tableros de circuitos de equipos eléctricos y electrónicos.
Roberto Longueira, experto en gestión de residuos y maldito que nos ha donado sus superpoderes, explica a Maldita.es que, si bien la cantidad de materias peligrosas en aparatos electrónicos se ha reducido con los años, estos todavía incorporan una gran variedad de sustancias tóxicas para el medio ambiente, la fauna o las personas.
Entre ellas, menciona los materiales con mercurio, los aislamientos de amianto, los aceites o los gases fluorados. Algunas de estas sustancias, según Redondo, pueden acumularse en las cadenas alimentarias.
Un estudio publicado en la revista Science of The Total Environment indica que la creciente demanda mundial de equipos electrónicos ha resultado en un aumento de las emisiones de metales pesados al medio ambiente.
Estos metales pueden llegar a los ríos y océanos y entrar en la cadena trófica. Los autores concluyen que los atunes capturados en aguas africanas tienen concentraciones altas de diferentes metales, entre los que se encuentran el mercurio y el plomo.
Tal y como subraya Longueira, los dispositivos electrónicos suelen estar provistos de placas integradas con metales preciosos y semipreciosos. “La presencia de estos metales deriva en muchos casos en tráfico ilegal de residuos para su extracción en condiciones que impactan gravemente en el medio ambiente (por ejemplo, en la extracción mediante la quema o el abandono de la parte no valiosa)”, señala.
El impacto de la basura electrónica en la salud humana
Aproximadamente 12,9 millones de mujeres en el mundo trabajan en el sector no regulado de los desechos, según el informe Niños y vertederos de desechos electrónicos, publicado por la OMS en 2021. En su día a día, están expuestas a residuos electrónicos tóxicos que ponen en riesgo la salud del feto (aumentando el riesgo de muerte fetal y parto prematuro).
La exposición al plomo durante el reciclaje de desechos electrónicos, según la OMS, puede provocar también un aumento de las tasas de trastorno por déficit de atención o hiperactividad en los niños, problemas de comportamiento, cambios en el estado de ánimo y menores puntuaciones en las evaluaciones neuroconductuales, cognitivas y lingüísticas.
Más de 18 millones de niños y adolescentes se ven involucrados en el reciclaje de desechos electrónicos. En teoría, al tener las manos más pequeñas que los adultos, pueden realizar mejor esta tarea. La OMS subraya que los lugares con altas concentraciones de sustancias químicas tóxicas, como el plomo y el mercurio, pueden afectar a su desarrollo intelectual.
El organismo asegura que la exposición a desechos electrónicos también puede empeorar la función pulmonar y la respiración, dañar el ADN, afectar a la función tiroidea y aumentar el riesgo de padecer ciertas enfermedades crónicas en etapas posteriores de la vida, como el cáncer y las cardiopatías.
¿Dónde hay que tirar la basura electrónica?
En Maldita.es ya os hemos hablado de la importancia de reducir y reutilizar los residuos, además de reciclar, para disminuir el impacto ambiental de nuestro consumo. “El primer paso como usuarios sería reducir la generación de estos residuos, alargando su vida útil, evitando cambios innecesarios de los mismos y favoreciendo su reutilización e incluso comprando productos reacondicionados”, afirma Redondo.
Los residuos electrónicos no deben tirarse a la basura normal ni abandonarse en la calle. Si los equipos son de gran tamaño, los ayuntamientos suelen disponer de servicios de recogida puerta a puerta.
“Además, para cualquier equipo electrónico, si es en sustitución de otro equivalente, los comercios están obligados a aceptar el equipo antiguo y, en último término, disponemos de puntos limpios”, afirma Longueira.
El experto aconseja evitar tirar los aparatos más pequeños, incluso sin la pila, al contenedor de restos: “Casi con toda seguridad acabará en un vertedero sin el tratamiento apropiado”. Los puntos de reciclado establecidos por los Sistemas Integrados de Gestión (SIG) o las entidades locales “son los lugares donde debemos depositar estos pequeños equipos”.
En este artículo han colaborado con sus superpoderes los malditos Enrique Redondo Cascante y Roberto Longueira.
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