Incluso sobre lo más dulce tiene la ciencia algo que decir. No es la primera vez que nos preguntáis por golosinas, chucherías y derivados, así que aquí tenéis un recopilatorio con todo lo que hemos contado sobre ellas, su relación con la salud y su proceso de fabricación.
¿Qué es exactamente una gominola?
Los caramelos de goma, chuches y similares son una mezcla de azúcar blanco, jarabe de glucosa (más azúcar), agua y gelificantes. Son estos últimos los encargados de darle esa consistencia blandita y gomosa que las caracteriza y pueden ser de origen animal (procedente del colágeno de cerdos y vacas), vegetal (almidón, pectina…) o una mezcla de ambas.
Tras cocer esta masa inicial a unos 120 ºC para evitar riesgos microbiológicos, disminuir el porcentaje de agua y aumentar el de azúcar, se le añaden aditivos alimentarios: tanto aromas como colorantes, que permiten un gran abanico de combinaciones (y que sí, están controlados y son seguros en las cantidades en las que se utilizan).
Tras darles la forma pertinente, desde frutas y animales hasta figuras geométricas de todo tipo, gracias a la impresión de unos moldes en una bandeja colmada de almidón en polvo, solo queda bañarlas en sustancias como aceites o sustancias azucaradas para que brillen y no queden pegajosas. Aquí te contábamos el proceso con todo detalle.
Aunque existen chuches sin azúcar, en la que este ingrediente se sustituye por polialcoholes, la recomendación sigue siendo comer las menos posibles: pueden provocar diarreas osmóticas por malabsorción.*
Por qué no es recomendable quemar malvaviscos (nubes o jamones de chuchería) antes de comérselos
Si no lo has hecho alguna vez, seguro que te suena haberlo visto en alguna película: campamentos, fogatas… y malvaviscos pinchados en una especie de palo de brocheta al fuego. Comerlos está… ¿Bien? ¿Mal? ¿Regular?
Para empezar, la nube o jamón de chuchería, como también se conoce al rollizo producto, no es saludable por la inmensa cantidad de azúcar que contiene. La recomendación, por lo tanto, es evitarlos o comer los menos posibles. Si, además, los ‘cocinamos’ poniéndolos en contacto directo con el fuego, empeoramos el asunto: puede que consumamos compuestos tóxicos generados al quemarse la sustancia, como acrilamida y benzopireno, de los que ya hemos hablado en Maldita.es.
Si quieres saber más sobre por qué no debes comer estas ‘nubes’ churruscadas, echa un vistazo a este artículo.
Hablando de nubes y malvaviscos, ¿cómo se hacen?
Retomamos nuestro papel de Willy Wonka de unos párrafos atrás, con un pequeño cambio: para hacer nubes y malvaviscos, la mezcla base de las golosinas (azúcar, jarabe de glucosa, gelificantes y agua) se bate con una gran fuerza de agitación, para introducir una gran cantidad de aire en ella, como si montásemos una clara de huevo para hacer merengue. ¿Y la forma? Depende de unas máquinas llamadas extrusoras, que comprimen la masa hasta formar esa especie de ‘churro’. ¿Te interesa el tema? Te lo contábamos en este artículo.
¿Es recomendable tomar regaliz durante el embarazo si padeces ardores?
Una de las preguntas más curiosas que nos habéis hecho sobre las chucherías es si comer regalices durante el embarazo puede ayudar con los ardores de estómago. Si tenías esperanza en ello, tu gozo en un pozo: hasta la fecha, no hay evidencias de que reduzca o alivie la sensación de ardor. “Es más, se recomienda evitar un consumo elevado del mismo durante la gestación, ya que se relaciona con menor duración del embarazo y parto prematuro, entre otras consecuencias”, indicaba a Maldita Ciencia Anabel Moyano Cegrí, dietista-nutricionista materno-infantil.
Estos efectos los produce glicirricina, uno de los componentes del regaliz, la cual altera el correcto metabolismo del cortisol y las prostaglandinas, pudiendo inducir el parto. Lo mejor es aplicar el principio de precaución y evitar regaliz en esa etapa. Si aún tienes dudas, pásate por aquí.
El premio para la chuche que más dudas ha generado es para el chicle
El premio a la chuchería que más dudas protagoniza se lo lleva la goma de mascar: el chicle. Si alguna vez te has preguntado, por ejemplo, si se te puede quedar pegado a las tripas al tragarlo por error, la respuesta es no: no hemos encontrado evidencias al respecto y los médicos a los que hemos consultado nos han negado que esto pueda suponer un problema para niños (y no tan niños).
Y, masticarlo, ¿puede incidir en nuestra concentración, mejorándola? Lo cierto es que tampoco hay suficientes evidencias científicas al respecto como para sugerir que esto sea o no posible. Hay estudios que concluyen que masticar chicle antes de realizar determinadas tareas (solo antes, no durante) podría mejorar la función cognitiva. Aun así, los autores indican que se necesitan más estudios para proporcionar una imagen más completa. Puedes leer aquí la respuesta completa.
Sobre si estos, en su versión sin azúcar, pueden ser potenciales aliados contra las caries, lo cierto es que sí, al estimular la salivación, importante para la limpieza bucal; pero en ningún caso sustituyen al cepillado. Es decir, que si siempre comes chicle y no te cepillas, tendrás caries seguro, ya que hay muchas zonas retentivas donde solo llega el cepillo.
Si has oído que masticar chicle puede ser perjudicial para tus dientes, puede ser, pero depende: no es lo mismo mascarlos con o sin azúcar. Si no lo haces de forma compulsiva y el chicle no tiene azúcar, no tiene por qué repercutir negativamente en la salud dental. Ahora bien, si se hace durante muchas horas y habitualmente, puede producirse una descalcificación de las piezas dentales.
Lo que sí es cierto sobre el chicle es que masticarlo estimula algunas funciones digestivas, y las evidencias científicas existentes indican que también puede disminuir la sensación de hambre. Aquí tienes la explicación completa.
Sin hacer al chicle de menos: ¿cómo se fabrica esta goma de mascar?
Volvemos a la fábrica de gominolas. Para hacer chicles los ingredientes son diferentes: su esencia es la ‘goma base’, natural, si procede de las resinas de algunos árboles; sintética, si está diseñada especialmente para este fin (polímeros) o una mezcla de ambas. Este es el componente que permite que puedas masticarlo una y otra vez sin que se disuelva o se haga pedacitos en la boca.
Tras añadir edulcorantes y colorantes a la goma de mascar y para que no tenga constantemente una textura pegajosa, tras su paso por extrusoras y troqueladoras se le hace recorrer salas refrigeradas, para enfriarlo, con el objetivo de poder manipularlo de forma segura. El azúcar será el encargado de su característica capa externa grageada. Aquí te lo explicamos con detalle.
El azúcar, el principal problema de las golosinas
Como ya hemos explicado en otras ocasiones en Maldita.es, el consumo excesivo del principal ingrediente de las chuches, el azúcar, se relaciona con problemas de salud como la diabetes tipo 2, las enfermedades cardiovasculares, la obesidad y todas las patologías que derivan de esta. Es fácil deducir, entonces, que las chuches, caramelos y similares no son saludables y cuantos menos se consuman, mejor.
*Hemos actualizado este artículo para mencionar las chucherías sin azúcar y el porqué de que su consumo tampoco sea recomendable.
Este contenido es apoyado por la iniciativa “Alimentando el cambio” de DANONE en el que Maldita.es colabora elaborando contenidos independientes según su metodología.
Primera fecha de publicación de este artículo: 09/11/2021