La capa de ozono es una parte de la atmósfera con alta concentración de ozono (O3). Esta molécula absorbe parte de los rayos ultravioleta del sol, que son dañinos para la salud. En los años 70 se descubrió que ciertos gases destruían este ozono y en los 80 se vio que la concentración de este ozono disminuía rápidamente. De ahí que en 1987 se adoptase un acuerdo internacional para reducir la producción de gases destructores de ozono, lo que ha conseguido que, en la actualidad, esta capa esté en proceso de recuperarse.
¿Qué circula? Se comparten contenidos sobre la capa de ozono que buscan desinformar sobre esta situación, con narrativas que también desinforman sobre la situación del cambio climático en la actualidad. Hacemos un repaso de estos mensajes.
Índice de narrativas que circulan:
La capa de ozono solo sirve para se siga hablando del cambio climático
El agujero de la capa de ozono fue “una moda que ya ha pasado y ya no preocupa a nadie”
La narrativa de que la capa de ozono solo sirve para se siga hablando del cambio climático
Varios contenidos dicen que la situación de la capa de ozono sirve para hacer “propaganda” del cambio climático.

En ocasiones se han presentado estos dos problemas, capa de ozono y cambio climático, como situaciones medioambientales parecidas. Es cierto que tienen puntos en común (la actividad humana provoca emisiones con efectos no deseados, ciertos gases dañinos para el ozono también son gases de efecto invernadero), pero son problemas distintos a los que se han planteado soluciones diferentes.
En relación a la capa de ozono, el Protocolo de Montreal —del que hablamos en Maldita.es— consiguió que los países redujeran la producción de sustancias dañinas para esta. A su vez, instituciones científicas certifican que la capa de ozono se está recuperando. Por su parte, para el cambio climático se han intentado alcanzar diferentes acuerdos internacionales, el más reciente el Acuerdo de París de 2015, pero las emisiones de gases de efecto invernadero no están reduciéndose a un ritmo recomendado por la evidencia científica.
La narrativa del listado de peligros medioambientales “exagerados” en los que se incluyen la capa de ozono y el cambio climático
Algunos contenidos publican un listado de peligros medioambientales a los que cuestionan para transmitir la idea de que lo único que se pretende a través de ellos es alarmar a la población sin ningún motivo. Estos listados incluyen la lluvia ácida, el ‘agujero’ de la capa de ozono y el cambio climático.

En esta lista se mezclan fenómenos muy diversos, algunos de ellos resueltos o en camino de resolverse, otros descontextualizados y otros presentados de forma exagerada. Hacemos un repaso de los más mencionados.
Fin del petróleo. Es la teoría del pico de petróleo (peak oil) de un trabajo publicado en 1956. Se decía que habrá un momento en el que se conseguiría un máximo (pico) de extracción de este recurso finito, a partir del cual la producción descendería. En ese trabajo se consideraba que el pico llegaría entre 1965 y 1975. Diferentes órganos internacionales han retrasado este supuesto pico hasta, como pronto, el año 2030.
Lluvia ácida. Lluvia que contiene compuestos ácidos disueltos por la contaminación química de la atmósfera, principalmente dióxido de azufre (SO2) y óxidos de nitrógeno. Aumenta la acidez del suelo y del agua, causando daños ecológicos, indica la Agencia Europea del Medioambiente (EEA). En 1979 se adoptó un convenio internacional para frenar este problema, y las emisiones de compuestos que causan esta lluvia han descendido notablemente. Aunque la lluvia ácida se ha reducido, sigue habiendo sitios donde se notan sus efectos negativos. Por ejemplo, en lagos y pantanos contaminados por sulfatos.
Capa de ozono. Se producen sustancias que dañan esta capa de la atmósfera que protege al planeta de radiación ultravioleta, peligrosa para los seres vivos. La producción de estas sustancias se ha reducido a partir del Protocolo de Montreal y, en la actualidad, la capa está en proceso de recuperarse en las próximas décadas.
Cambio climático. La actividad humana desde la era industrial emite gases que intensifican el efecto invernadero, lo que hace aumentar la temperatura media del planeta y causa efectos dañinos, como olas de calor más frecuentes e intensas, aumento del nivel del mar, sequías o pérdida de biodiversidad, entre otros. La emisión de estos gases no ha dejado de crecer a nivel global, a pesar de los acuerdos internacionales.
Deshielo de los polos. Es uno de los efectos dañinos vinculado al cambio climático. Según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC), este calentamiento ha reducido el hielo marino del ártico y el hielo en la Antártida y Groenlandia. En los polos sucede el fenómeno de la amplificación polar: estas zonas se calientan a un ritmo más rápido que el resto del planeta. Esto está vinculado con el aumento del nivel del mar y puede convertirse en un bucle.
La narrativa de que el ‘agujero’ de la capa de ozono fue “una moda que ya ha pasado y ya no preocupa a nadie”
Contenidos en redes apuntan a que la capa de ozono y su ‘agujero’ es un tema del que ya no se habla, no aparece en medios, era alarmista, no preocupa a nadie o incluso fue una crisis inventada. Muchos de estos mensajes dicen que el cambio climático va por el mismo camino.

En primer lugar, es posible que la capa de ozono interese menos a la ciudadanía. Las búsquedas en Google de “capa de ozono” (en inglés y en español, 13,34 millones de resultados) arrojan menos resultados que “cambio climático” (944,6 millones de resultados sumando inglés y español). Google Trends refleja también esta diferencia de interés entre estos dos temas.

¿Por qué interesa menos la capa de ozono? En este artículo de Maldita.es explicamos cómo a partir del Protocolo de Montreal de 1987, el acuerdo internacional de 197 países y la Unión Europea para reducir las sustancias agotadoras de ozono, la capa de ozono se ha ido recuperando según instituciones científicas internacionales.
Otro motivo puede ser que los mismos medios de comunicación que escribieron noticias sobre el ‘agujero’ de la capa de ozono también han escrito sobre la recuperación de esta capa. Por ejemplo: El País en 1989 y en 2023, el New York Times en 1985 y en 2023, y PBS en 1985 y en 2023.
La narrativa que dice que el Protocolo de Montreal no ha tenido éxito, no es el responsable de la mejora de la capa de ozono o que el ‘agujero’ no se ha cerrado
Algunos contenidos apuntan a que el Protocolo de Montreal no ha funcionado. Unos mensajes de la narrativa dicen que la capa se está recuperando pero se debe a “anomalías naturales climáticas”. Otros afirman que esta capa no está mejorando y que el ‘agujero’ no se está cerrando.

El Protocolo de Montreal establecía una reducción paulatina de sustancias que se sabe que dañan el ozono de esta capa. También recogía cómo se iban a medir la producción de estas sustancias, restricciones a importación de productos, un mecanismo financiero para poder aplicar el Protocolo, etcétera. El Programa Medioambiental de Naciones Unidas (UNEP, siglas en inglés) presenta la producción global de las sustancias recogidas en este protocolo, desde 1986 hasta la actualidad.

En paralelo, instituciones internacionales certifican que la capa de ozono se está recuperando y que el ‘agujero’ (que no es un agujero literal, sino una zona con una concentración de ozono menor) es paulatinamente más pequeño.
Algunos contenidos aportan como evidencia que la recuperación de la capa de ozono no es “significativa”, que el ‘agujero’ no parece cerrarse al mismo ritmo que ha bajado la producción de sustancias que agotan el ozono, como se ve en la siguiente gráfica.
Esto es engañoso: los compuestos clorofluorocarbonos (CFC) y sus efectos pueden permanecer en la atmósfera muchos años (de 50 a 80 años, según los trabajos más recientes), se estima que esta capa tardará en recuperarse décadas (año 2066, según NOAA) y hay trabajos que estiman cómo habría sido la evolución de esta capa, reduciéndose con los años, si no se hubiera seguido el Protocolo de Montreal.

La narrativa que dice que el ozono “antes era bueno y ahora es malo”
Contenidos en redes apuntan a que en el pasado nos decían que el ozono era una molécula positiva en el medioambiente, que había que preservar, y ahora se ha convertido en una sustancia dañina.

Se trata de una confusión entre el ozono estratosférico, el que está en la capa de ozono; y el ozono troposférico, que está en la capa más baja de la atmósfera (la troposfera), pegada a la superficie de la tierra.
El ozono troposférico es dañino para la salud porque, al respirarlo, puede irritar el sistema respiratorio, causando asma, problemas en los pulmones y enfermedades. También tiene relación con enfermedades cardiovasculares y autoinmunes, según la Organización Mundial de la Salud. El ozono troposférico se forma al reaccionar con la luz solar y contaminantes atmosféricos como los óxidos de nitrógeno (que se emiten al quemar combustibles fósiles) y los compuestos orgánicos volátiles (producidos por las plantas de forma natural). Su concentración aumenta en días soleados y calurosos, explica la Agencia Europea de Medioambiente.
Por otro lado, el ozono estratosférico, que está en la capa de ozono y absorbe parte de la radiación ultravioleta del sol, no causa estos problemas de salud porque no lo respiran los humanos.