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Por qué el ‘agujero’ de la capa de ozono no era una "moda" y en qué se diferencia de la crisis climática

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Claves
  • Una narrativa desinformadora dice que el cambio climático es una moda pasajera igual que lo fue la capa de ozono
  • Los países dejaron de producir las sustancias que dañan la capa de ozono y ahora el ‘agujero’ se está recuperando
  • No ocurre lo mismo con el cambio climático: cada vez se emiten más gases de efecto invernadero
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Qué se comparte: contenidos diciendo que el ‘agujero’ de la capa de ozono fue “una moda” alarmista que ya no tiene atención mediática y que con la crisis climática ocurrirá lo mismo.

Verificación:

  • El ‘agujero’ de la capa de ozono y la crisis climática son problemas distintos. Para el primero se tomaron las medidas necesarias, como reducir el uso de sustancias que dañan este ozono, y para el segundo aún falta mucho camino

  • Los firmantes del Protocolo de Montreal de 1987 (197 países y la Unión Europea) han reducido al mínimo la producción y consumo de los compuestos dañinos para la capa de ozono

  • Desde la firma de ese protocolo, el ‘agujero’ en esta capa se ha ido recuperando lentamente

  • Los firmantes del Acuerdo de París de 2015 (194 países y la UE) están reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero, pero mucho menos de lo recomendado para limitar el calentamiento global

  • Los objetivos del Acuerdo de París aún están lejos de cumplirse

Interés de las búsquedas en Google de capa de ozono (azul) y cambio climático (naranja), desde 2018 hasta 2025. Fuente: Google Trends.

El ‘agujero’ en la capa de ozono es una zona menos densa que deja pasar rayos ultravioleta dañinos

La capa de ozono es una parte de la estratosfera (la segunda capa de la atmósfera más cercana a la superficie de la Tierra) donde hay una alta concentración de ozono (O3), explica Naciones Unidas. Esta molécula absorbe parte de los rayos ultravioleta que emite el sol (en concreto, los UV-B), que son dañinos para la salud.

En 1974, investigadores como Mario J. Molina y Frank Sherwood Rowland alertaron de que ciertos gases con halógenos (cloro, flúor, bromo, yodo, astato y teneso) tienen la capacidad de destruir moléculas de ozono. Entre ellos, los más importantes eran los clorofluorocarbonos (CFC), que se usaban en productos como aires acondicionados, aerosoles o refrigeradores.

Unos años más tarde, en 1985, los meteorólogos J. C. Farman, B. G. Gardiner y J. D. Shanklin demostraron que la concentración de ozono sobre la Antártida disminuía rápidamente. Esto es lo que se conoce como el ‘agujero’ de la capa de ozono: una zona menos densa de esta capa sin llegar a ser un agujero en sentido literal.

Tras el Protocolo de Montreal de 1987, la producción de sustancias dañinas para la capa de ozono se ha minimizado

Como solución a ese problema, en 1987 se firmó el Protocolo de Montreal sobre las Sustancias Agotadoras de la Capa de Ozono. Este acuerdo internacional, en vigor desde 1989, tiene una lista de sustancias que destruyen la capa de ozono y busca que los firmantes reduzcan su consumo y producción al mínimo, eliminándolos si es posible.

En el siguiente gráfico del Programa Medioambiental de Naciones Unidas (UNEP, siglas en inglés) se puede ver cómo ha evolucionado la producción de estas sustancias desde 1986 hasta la actualidad.

Producción de sustancias que dañan la capa de ozono, desde 1986 hasta 2024. Fuente: Ozone.unep.org.

En paralelo, organizaciones científicas internacionales como Copernicus, en la Unión Europea, o la NASA y la Oficina de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA), en Estados Unidos, analizan el estado de la capa de ozono y señalan que se está recuperando lentamente. Naciones Unidas apunta a que el ‘agujero’ podría estar ‘cerrado’ dentro de cuatro décadas mientras que NOAA señala que podría estar recuperado para el año 2066.

Sin embargo, las emisiones humanas que provocan el cambio climático siguen creciendo

Igual que el ‘agujero’ en la capa de ozono estaba causado por ciertas actividades humanas, también el calentamiento global actual tiene origen humano: principalmente, la emisión de gases de efecto invernadero que se producen al quemar combustibles fósiles.

Sin embargo, aunque el daño que causaban esos gases se conocía antes de descubrir el problema producido por los CFC, las propuestas para frenar la crisis climática no han tenido la misma suerte que el Protocolo de Montreal porque se siguen emitiendo más gases de efecto invernadero cada año.

Los gases de efecto invernadero tienen la capacidad de retener calor que llega del sol a la Tierra impidiendo que se escape. Este efecto invernadero se conoce desde el siglo XIX gracias a experimentos de Eunice Newton Foote, John Tyndall y Steve Arrhenius

Que el calentamiento del planeta por aumento de gases de efecto invernadero está ocurriendo a nivel global se sabe desde la primera mitad del siglo XX. Es difícil apuntar a un momento en el que la comunidad científica consideraba este calentamiento global como peligroso, pero ya en 1957 y 1958 se publicaron trabajos de Roger Revelle y Charles D. Keeling que apuntaban en este sentido.

Para intentar solucionar esto, se ha intentado alcanzar diferentes acuerdos internacionales, como la Declaración de Noordwijk de 1989 y el Protocolo de Kioto de 1998, siendo el más reciente y con más firmantes el Acuerdo de París de 2015.

El Acuerdo de París tiene como objetivo principal limitar el calentamiento mundial “muy por debajo de 2 °C con respecto a los niveles preindustriales y proseguir los esfuerzos para limitar ese aumento de la temperatura a 1,5 °C”. Para ello deben hacerse distintas cosas, una de las más importantes es reducir los gases de efecto invernadero.

Ninguno de los acuerdos internacionales ha reducido estos gases al mismo ritmo que lo consiguió el Protocolo de Montreal con los agotadores de ozono. Las emisiones de gases de efecto invernadero siguen creciendo año a año y, en paralelo a estas emisiones, la temperatura media del planeta sigue aumentando respecto a la era preindustrial, como señalan diversas instituciones científicas.


Primera fecha de publicación de este artículo: 29/06/2022

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