El calor extremo produce efectos en la salud que van desde una peor calidad del sueño hasta la muerte. Solo en 2023, el calor estuvo relacionado con más de 45.000 fallecimientos en Europa, que se concentraron sobre todo en los países del sur. Pero en algunas ciudades ya se están tomando medidas para proteger a la población y reducir el número de muertes. Los equipos de Maldita.es, Mensagem de Lisboa y Slow News hemos investigado las soluciones de Barcelona, Milán y Lisboa con este fin y que van desde nutrir redes de refugios climáticos hasta recuperar la cobertura de árboles en la ciudad.
47.690 personas murieron en Europa en 2023 por causas relacionadas con el calor. De media, 88 personas por millón de habitantes perdieron la vida por este motivo, pero los países del sur se enfrentan a un número mayor de víctimas, según un estudio publicado en la revista Nature Medicine. Con una tasa de muerte por millón de 393, Grecia encabeza la lista de naciones europeas más afectadas por este problema, junto a otros países como Italia, España y Portugal, que también superan significativamente la media europea. En el siguiente gráfico puedes ver la tasa de mortalidad de cada territorio.
Las muertes por calor son motivo de preocupación. Según el Sexto Informe de Evaluación del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), el calor es un riesgo para la salud cada vez mayor debido a la creciente urbanización y a la mayor frecuencia de episodios de temperaturas extremas. En particular, las olas de calor se han vuelto más frecuentes y graves, con un aumento del 30% de las muertes relacionadas con el calor en casi toda Europa en las dos últimas décadas.
Cuando se trata de muertes relacionadas con el calor, muchos piensan primero en los golpes de calor. Sin embargo, estas muertes directas representan sólo una pequeña parte de la mortalidad relacionada con las temperaturas extremas. La mayoría se deben a efectos indirectos, que agravan enfermedades preexistentes, sobre todo cardíacas y respiratorias. La lucha del organismo por regular su temperatura en condiciones de calor extremo supone una carga adicional para las personas con problemas de salud subyacentes, lo que provoca muchas de esas muertes.
El escenario es más preocupante en ciudades como Madrid, Milán y Lisboa, donde el efecto de isla de calor urbano acentúa el problema. La falta de espacios verdes y el exceso de asfalto hacen que las zonas urbanas sean hasta 8 ºC más cálidas por la noche que las zonas rurales circundantes. Este efecto contribuye a más del 4% de las muertes en las ciudades durante los meses de verano.
El problema es innegable, pero todavía existen perspectivas alentadoras. Esta investigación transfronteriza de Solutions Journalism se centra en identificar las medidas preventivas disponibles que pueden ayudar a reducir las muertes relacionadas con el calor, como el mapeado o el desarrollo de una red de refugios climáticos y la plantación de árboles. Equipos de Maldita.es (España), Mensagem de Lisboa (Portugal) y Slow News (Italia) han colaborado para explorar cómo el calor está afectando a ciudades clave de cada país. Y lo que es más importante, han examinado estas soluciones y evaluado si pueden servir de modelo para otras ciudades que se enfrentan a esta amenaza compartida.
Cómo se están combatiendo las muertes por calor en las ciudades europeas
Barcelona se ha convertido en un ejemplo a seguir en la lucha contra las muertes relacionadas con el calor en zonas urbanas gracias a su red de refugios climáticos. Esta red, que comenzó en 2020 con 70 espacios y ha crecido hasta 360 en 2024, ofrece a los residentes un lugar para escapar del calor extremo proporcionando temperaturas agradables, agua y zonas para descansar. El enfoque de la ciudad ha sido elogiado por los expertos debido a sus criterios claros y al uso estratégico de los espacios públicos existentes, incluidas las escuelas, para garantizar la accesibilidad. Aunque aún quedan retos por abordar, como el escaso conocimiento público de esta red o el cierre de muchos refugios durante el mes de agosto, el proyecto de Barcelona ya ha conseguido proporcionar al 90% de su población un refugio a una distancia de menos de 10 minutos a pie y está inspirando iniciativas similares en otras ciudades de todo el mundo.
En Lisboa, el efecto de isla de calor urbano está bien estudiado y hay varias zonas de la ciudad donde el entorno construido provoca que la temperatura suba unos 4 ºC a última hora de la tarde. Para promover el confort térmico y proporcionar alivio en los días más calurosos, la opinión de los expertos es clara: es necesario aumentar la cubierta vegetal en las calles de la ciudad e incrementar las zonas de sombra, ya sea aumentando el número de árboles o instalando estructuras de sombreado. Todavía sin un mapa oficial de los refugios climáticos de la ciudad y sin una estrategia consolidada de actuación en el espacio público por parte del Ayuntamiento, han sido los ciudadanos quienes han intervenido. En algunos barrios de la ciudad, los vecinos han instalado piscinas en sus propias calles y un ciudadano ha creado un mapa interactivo que permite saber dónde están los refugios climáticos más cercanos.
Milán cuenta con una solución ambiciosa para combatir los efectos de las olas de calor en la vida diaria de sus ciudadanos. El proyecto ForestMI, lanzado por la Universidad Politécnica de Milán en 2018, tiene como objetivo plantar 3 millones de árboles para 2030 con el fin de aumentar la cobertura arbórea y mitigar el efecto de las islas de calor y la contaminación del aire. Los expertos coinciden en que la reforestación urbana es una solución efectiva a largo plazo para combatir las islas de calor y mejorar la resiliencia ante episodios climáticos extremos. Y paradójicamente, la prueba de que esta solución funciona ya existe en la ciudad desde hace dos siglos: las avenidas arboladas y los parques, diseñados en Milán desde 1780, ya demuestran los beneficios de la vegetación, con temperaturas hasta 10 ºC más bajas que las áreas circundantes durante las olas de calor.
Foto de portada por: Rita Ansone
Ciudades resilientes al calor
Este reportaje forma parte de una investigación internacional en la que han colaborado
Maldita.es (España),
Mensagem de Lisboa (Portugal) y
Slow News (Italia).
El proyecto se centra en analizar las soluciones que están aplicando tres ciudades europeas para reducir
el impacto del aumento de las temperaturas
en la salud de la población.
En tres reportajes analizamos en profundidad el problema compartido de las altas temperaturas en Madrid, Lisboa y Milán y en otros tres artículos exploramos la red de refugios climáticos de Barcelona, el mapeo de los refugios en Lisboa y la reforestación urbana en Milán. En cada artículo analizamos la eficacia de la solución, sus limitaciones y su replicabilidad en otras ciudades.
Este reportaje se ha desarrollado gracias al apoyo de Journalismfund Europe.
Puedes leer aquí el resto de artículos de la investigación
Primera fecha de publicación de este artículo: 23/09/2024