Varios mensajes en redes están empleando imágenes de radares meteorológicos en los que aparecen señales extrañas, como círculos que aparecen momentáneamente o puntos idénticos repetidos en un área, para decir —sin aportar evidencias— que estas son pruebas de “manipulación del clima”.
Esas señales que aparecen corresponden a “falsos ecos”: interferencias que el radar meteorológico recibe pero que no son lo que está buscando o bien errores en su funcionamiento, según nos explica un experto y recoge la documentación sobre la operación de estos radares. Por ejemplo, un falso eco puede producirse cuando el radar detecta señales de humo, polvo, oleaje o insectos cuando está buscando lluvia, nieve o granizo. Por su parte, los errores del instrumental pueden venir de los programas informáticos que usa o de su parte física, del aparato en sí.
Resumen básico de cómo funciona un radar meteorológico
Benito Fuentes, técnico superior de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), explica a Maldita.es que un radar meteorológico funciona emitiendo pulsos electromagnéticos con una longitud de onda determinada que es capaz de detectar gotas de agua, nieve o granizo. Este pulso viaja hasta chocarse con esa gota de agua, nieve o granizo y rebota de vuelta al radar, y este lo detecta, resume Fuentes.
Pero el radar, continúa Fuentes, “no es perfecto, y estos pulsos electromagnéticos también pueden ser reflejados por otras cosas que no son gotas de agua”. Cuando esto sucede, el radar también lo interpreta arrojando “señales extrañas” que los técnicos y expertos en meteorología llaman falsos ecos, explica Fuentes.
Los contenidos desinformadores comparten falsos ecos como si fueran pruebas de la “manipulación del clima” (no lo son)
Fuentes detalla que se denominan “falsos ecos” porque no corresponden a elementos meteorológicos que se desea detectar. “Los meteorólogos los conocemos, hay un montón de tipos, algunos son fácilmente eliminables por software y otros no tan fácilmente”.
El técnico explica que estos falsos ecos pueden venir de interferencias que generan, por ejemplo, las aspas de los parques eólicos, el oleaje del mar, humo, cenizas, arena, polvo, insectos, el propio sol o wifis piratas que operan en longitudes de onda que están reservadas para la AEMET.
La Oficina Estadounidense de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, siglas en inglés) tiene una guía en la que muestra un listado de los principales tipos de anomalías para sus radares: anomalías biológicas (de insectos, aves e incluso vegetación), de interferencia con otro radar similar, por terremotos, por el oleaje del mar…
Empleando este documento, Fuentes cree que una de las imágenes que usan los contenidos desinformadores, de Estados Unidos, corresponde a un falso eco generado por murciélagos, aves o insectos. Esto se debe a que estos animales también son detectados por estos radares al mover el aire y las gotas de agua cuando se desplazan, explica la literatura científica.
Sobre este otro contenido, que emplea una imagen de radar sobre España, Fuentes considera que puede ser un error de software, algún problema físico con el instrumental o que estén haciendo calibraciones y tareas de mantenimiento. Basa su valoración en “la hora en la que parece que ocurre (9h, según el contenido) y por la forma de la señal, toda continua, de un mismo color”.
El meteorólogo también destaca que el círculo de esta imagen acabe en un círculo o corte perfecto: “Esto no es por manipulación del clima. Simplemente es que, más allá de esa distancia, filtramos y eliminamos la señal de radar en nuestro software para evitar falsos ecos”.
Otros ejemplos de falsos ecos: olas del mar y el Wi-Fi
Fuentes expone otros ejemplos de falsos ecos en su cuenta de Twitter (ahora X). Uno sucede cuando el radar detecta, además de las precipitaciones, las olas del mar. Esto sucede cuando, en un día con más oleaje, hay más gotas de agua que son detectables por los pulsos electromagnéticos del radar.
Otro falso eco es provocado por las señales de redes Wi-Fi. Esto sucede, explica un artículo de Meteored, porque estas redes inalámbricas pueden trabajar en la misma frecuencia que los radares meteorológicos, especialmente en zonas donde ha habido un crecimiento urbanístico y se han instalado antenas Wi-Fi.
“Serían wifis ilegales porque la Administración puede meter una multa. La AEMET avisa a los propietarios para que cambien la frecuencia, pero si el Wi-Fi se resetea, regresa a su frecuencia original, que causa todas esas interferencias”, detalla Fuentes.