“Ahora mismo se está derribando la presa de Navafría, en Segovia”. Mensajes como este son pronunciados por la asociación Aguairius en una serie de vídeos virales donde se ve la supuesta presa de La Muña en el río Cega a su paso por Navafría (Segovia) y su supuesto derribo. Esta barrera fluvial se construyó para producir electricidad y actualmente está en desuso, ya que su propietario no pidió ampliar la concesión cuando acabó en 2013.
A 14 de julio, la presa no se estaba derribando: se estaban analizando los sedimentos que lleva el cauce del río para valorar las siguientes actuaciones. La ley fija que estas infraestructuras deben destruirse tras terminar su concesión (el permiso para que un particular use un bien común como el agua). Según las fuentes consultadas, no derribarla puede suponer problemas de seguridad al no haber nadie a cargo de su mantenimiento y genera gases contaminantes.
El azud no tiene concesión desde hace 10 años y la legislación obliga a demolerlo
En una nota publicada el 11 de julio, la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD), responsable de esta estructura, anunciaba los trabajos y acciones a realizar en ella, denominándola de igual manera en ese texto como “presa” y “azud”.
Inicialmente, explican, han hecho un desbroce del terreno para facilitar que los operarios analicen los sedimentos del cauce una vez han bajado el nivel de las aguas, tras lo que valorarían “nuevamente las acciones a realizar en el entorno de la infraestructura ahora sin uso” con el objetivo de “librar al cauce de diversos obstáculos”.
Por lo tanto, no se trata de momento de obras para su derribo sino para estudiar los sedimentos de la presa como parte de trabajos “para la conservación, mantenimiento y mejora de los cauces”.
La concesión que otorgaba el aprovechamiento del agua del azud (como luego se ha referido a ella la misma CHD en respuesta a las preguntas de Maldita.es) a una empresa hidroeléctrica para producir electricidad acabó hace una década, en febrero de 2013, como recoge el Boletín Oficial del Estado (BOE). “Se dio margen para que comparecieran los propietarios de la presa, que podrían haber solicitado ampliar esta concesión, pero nadie pidió ampliar la concesión”, señala Maldita.es Pao Fernández directora de proyectos de Dam Removal Europe (Demolición de Presas Europa), maldita que nos ha prestado sus superpoderes y que se ha reunido con la CHD respecto al azud de Navafría.
La extinción de este título obliga a su derribo, según la Ley del Patrimonio de las Administraciones Públicas del año 2003, que dicta que “cuando se extinga la concesión, las obras, construcciones e instalaciones fijas existentes sobre el bien demanial [de dominio público] deberán ser demolidas por el titular de la concesión o por la Administración a costa del concesionario”, salvo que su mantenimiento estuviese previsto expresamente en la concesión o lo decida la autoridad que la otorga.
Si, como ocurre en el caso del azud de La Muña, la infraestructura se encuentra “abandonada sin cumplir función alguna ligada al aprovechamiento de las aguas”, el Organismo de cuenca, en esta la CHD, promoverá su eliminación, según el Reglamento del Dominio Público Hidráulico.
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Sin mantenimiento al extinguirse la concesión
“El mantenimiento lo debe asegurar el titular del aprovechamiento. La infraestructura debería estar vinculada a una concesión de aguas. [...] En el momento que se ha extinguido ese derecho, no hay concesionario que se pueda hacer cargo de ese azud”, señala la CHD en su respuesta a Maldita.es. “Los propietarios abandonaron la infraestructura y nadie está haciéndose cargo del mantenimiento de esa infraestructura, lo que supone un peligro para la seguridad civil. Las presas no se integran en el paisaje de forma natural. No son cascadas y necesitan un mantenimiento, igual que un edificio”, añade Pao Fernández.
La vida útil de una presa es de 50 a 60 años y “si no se gestiona o se renueva puede generar riesgos importantes. Si está en desuso tiene más sentido demoler que remodelar”, explicó a Maldita.es Jesús Vargas, profesor de Geografía de la Universidad de Málaga y miembro del Observatorio Ciudadano de la Sequía en el artículo que dedicamos a las desinformaciones sobre el derribo de presas y pantanos en España. La capacidad de almacenar agua superficial en España ha aumentado y no disminuido en los últimos años gracias a la construcción y ampliación de al menos 20 presas.
El agua estancada y la colmatación en el azud genera varios problemas, según las fuentes consultadas
El agua del azud es fuente de eutrofización (un fenómeno causado por el exceso de nutrientes en un ecosistema acuático) que resulta en bacterias que se alimentan de la materia muerta, consumen el oxígeno que necesitan los peces y otras especies y genera “algas tóxicas y microorganismos patógenos”, señala la CHD.
Los lodos acumulados suponen almacenar “mucha materia orgánica, y está provocando la emisión de ácido sulfhídrico”, que es lo que en su opinión provoca el mal olor que se denuncia en uno de los vídeos tras bajar el nivel del agua. “Esto está provocando que el agua sea de mala calidad. Estoy casi segura, viendo las fotos del azud, de que en verano habrá problemas de cianobacterias en esa presa colmatada, y que se está generando metano. Bañarse allí es un peligro porque los lodos pueden dejar atrapada a la gente”, concluye Pao Fernández.
Desde la CHD indican a Maldita.es que aunque aún no conozcan el grado de colmatación con exactitud porque continúan los trabajos de obtención de muestras "sí se prevé que sea bastante elevado".
“La eliminación de azudes, si se encuentran fuera de uso, es la práctica más indicada para recuperar el buen estado ecológico de los cursos de agua”, finaliza el comunicado de la CHD. Además, la Estrategia de la Unión Europea sobre Biodiversidad para 2030 fija como objetivo liberar de obstáculos al menos 25.000 kilómetros de río.
En este artículo han colaborado con sus superpoderes Pao Fernández Garrido, directora de proyectos de Dam Removal Europe.
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Primera fecha de publicación de este artículo: 17/07/2023
