El concepto de emisiones ‘cero neto’ (o ‘net zero’) se usa para señalar aquellas iniciativas o proyectos que emiten la misma cantidad de emisiones que absorben, de forma que el resultado final de la cuenta es cero o neto. “Dicho de forma sencilla, el ‘cero neto’ indica recortar las emisiones de gases de efecto invernadero hasta dejarlas lo más cerca posible de emisiones nulas, con algunas emisiones residuales que sean reabsorbidas desde la atmósfera mediante, por ejemplo, el océano y los bosques”, indican en su web las Naciones Unidas.
Las emisiones netas iguales a cero se logran cuando las emisiones de efecto invernadero de origen humano se equilibran por la absorción, también realizada de forma directa por las personas, indica el Grupo Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) [pág. 10]. Se pueden capturar emisiones en tres momentos: en el momento de emitir directamente de la atmósfera con un “intento de captura” artificial y por vías naturales como plantar árboles, explica a Maldita.es Andreu Escrivà, ambientólogo y divulgador.
El concepto ‘cero neto’ suele aplicarse a las emisiones bajo control directo de la entidad que las notifica, como un país o sector económico. En cambio, a nivel global suele hablarse de ‘neutralidad climática’. Se utiliza este término para empresas, productos y actividades normalmente incluyendo las emisiones y absorciones más allá del control directo o la responsabilidad territorial de la entidad (Estado, región, ciudad…), aclara el IPCC. En definitiva, la ‘neutralidad climática’ es el estado en el que las actividades humanas no provocan un efecto neto en el sistema climático [pág. 16].
“Se plantea el ‘cero neto’ como un objetivo para 2040 o 2050 y el problema de decir que en décadas seremos neutros climáticos es que ahora legitima seguir aumentando emisiones. Además, en 2050 esa neutralidad climática vendrá de absorber emisiones con tecnologías que hoy en día no existen. Estas estrategias de neutralidad de emisiones no parecen viables ni por la parte tecnológica ni por la basada en soluciones naturales. Así, se retrasa en el tiempo la reducción de emisiones. Toca hablar de una reducción drástica, global y coordinada de las emisiones y no de neutralidad climática”, añade el ambientólogo.
La foto de portada es de Irina Demyanovskikh