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Datos y contexto para las narrativas que califican de "estafa" al coche eléctrico

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Claves
  • El coche eléctrico no se impulsa como la única solución al cambio climático: las principales instituciones internacionales destacan la necesidad de usar el transporte público o la bicicleta antes que el vehículo eléctrico
  • La huella de carbono del coche eléctrico es mucho menor que la que tienen los de combustión, el desarrollo de las baterías está mejorando y su carga no es un problema para la red
  • No obstante, los coches eléctricos no son inocuos para el medioambiente: la extracción y procesamiento de materiales que necesita pueden tener impactos negativos
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“La gran estafa del coche eléctrico”, comienza un vídeo viral en TikTok. “Una tomadura de pelo”, dice este otro en Twitter. Estos y otros contenidos difunden narrativas comunes: que se presenta al coche eléctrico como la salvación mundial ante la crisis climática, que fabricarlos emite más dióxido de carbono (CO2) que los coches antiguos con mucho uso o que las baterías son problemáticas, entre otras ideas.

Pero estas narrativas necesitan contexto y datos. Por ejemplo, en realidad las principales instituciones internacionales destacan la necesidad de usar el transporte público o la bicicleta antes que el vehículo eléctrico; su huella de carbono es mucho menor que la de los coches de combustión gracias a sus emisiones nulas durante la conducción y disminuye con una red eléctrica alimentada por energías renovables; el desarrollo de las baterías se está perfeccionando, y su carga es asumible para el sistema eléctrico. No obstante, la producción de coches eléctricos no es inocua para el medioambiente.

La idea de que sólo se culpa al coche de combustión del cambio climático y se presenta al eléctrico como la única solución

“Todos los gobiernos se han puesto de acuerdo para decir que nuestros coches con 10 y 20 años son los causantes de la contaminación en el mundo y el cambio climático”, dice este vídeo en Tiktok. Este otro en Twitter habla de la “presión que se está haciendo a la población en general para cambiarle a eléctrico vendiéndole de que va a salvar el mundo”.

​​Es difícil saber qué dicen "todos los gobiernos" sobre este tema, ya sea en un sentido o en otro, pero la principal institución internacional que analiza las causas de la crisis climática es el Grupo Intergubernamental de expertos sobre Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) creado por Naciones Unidas y la Organización Meteorológica Mundial. Su último informe, publicado en 2022, señala en la página 8 que el transporte fue responsable del 13% de los gases de efecto invernadero emitidos mundialmente en 2019, mientras que asocia un 34% al suministro energético y describe las medidas dirigidas a todos los sectores económicos. En cuanto a la movilidad, la ONU recomienda antes caminar y moverse en bicicleta o transporte público que usar un coche eléctrico. También promueve la movilidad sostenible en su Twitter.

https://twitter.com/ONU_es/status/1626340651364401158

A nivel europeo sucede lo mismo: el transporte fue responsable de entre el 21,7% y el 23,9% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero en la Unión Europea en 2019, como indica el visor de datos de la Agencia Europea del Medio Ambiente. En concreto, los coches supusieron entre el 12,6 y el 14,4% de las emisiones*. Más accesible que este visor, en su cuenta de Twitter hay numerosos mensajes hablando sobre reducir emisiones en todos los sectores económicos. En España, al buscar “emisiones transporte en España” en Google, uno de los resultados más directos es la web del Ministerio para la Transición Ecológica diciendo que el transporte emite el 25% de los gases invernadero (en 2021 creció hasta casi el 30%).

Por tanto, es falso que los gobiernos del mundo se hayan puesto de acuerdo para decir que los coches antiguos son los causantes del cambio climático o que se presente a los coches eléctricos como la salvación del planeta o del cambio climático.

Señalar a las baterías por su fabricación, su conexión a la red o su vida útil

“El coche eléctrico tiene unas emisiones para la gestión de las baterías por un lado y luego para la fabricación de las baterías…”, dice este vídeo viral en Twitter que califica a este tipo de vehículo de “absoluta estafa” y “tomadura de pelo”.

Es cierto que las baterías tienen un peso importante en la huella de carbono del coche eléctrico, pues generan en torno al 25% de las emisiones de CO2 producidas a lo largo de su vida útil, según un informe de la Federación Europea de Transporte y Medio Ambiente (Transport & Environment en inglés, abreviado como T&E) que valora el ciclo de vida de un coche de tamaño medio en base a la red eléctrica promedio de la Unión Europea.

Por el lado de la fabricación de las baterías, las emisiones asociadas a este proceso previsiblemente se reducirán para 2030. T&E indica en su informe que “el uso de electricidad más limpia para la producción de baterías permitiría un ahorro del 5%” en las emisiones del ciclo de vida de los eléctricos y que “las mejores cadenas de suministro utilizadas para el abastecimiento de litio, níquel o grafito” podrían reducir otro 13% [pág. 4].

En cuanto a la “gestión de las baterías”, que entendemos como su recarga conectándose a la red eléctrica, en Maldita.es también hemos explicado que esto consumiría una pequeña parte de la electricidad total, y por tanto es asumible para el sistema eléctrico, aunque tendrá que reforzarse la red en puntos concretos para los cargadores de gran potencia y los situados en autopistas.

Respecto a su duración, este otro vídeo dice que duran de media ocho años, pero en realidad ese es el periodo de garantía más habitual. Como resume El País Motor, la mayoría de marcas aseguran que en ese plazo el dispositivo no perderá el 25% de su eficacia, cuando se considera que ha llegado al final de su vida útil y puede reciclarse para otros usos. Pero esto no impide seguir usando el vehículo, como indican algunos estudios (1, 2) y esta marca. De hecho, en California la garantía debe llegar a los 10 años y algunas marcas ofrecen ya vehículos con esos años de eficacia óptima.

La desinformación de que un coche eléctrico emite más CO₂ que uno de gasolina o diésel

Son comunes las comparaciones de la huella de carbono de coches gasolina o diésel con la de eléctricos poniendo el foco en que fabricar estos últimos emite más CO2 que fabricar los primeros. Lo cierto es que “las emisiones suelen ser más elevadas en la fase de producción de los coches eléctricos, pero se compensan con creces con las menores emisiones en la fase de uso a lo largo del tiempo”, concluye este informe de la Agencia Europea del Medio Ambiente de 2018.

Esa compensación de la huella total “se debe a que los eléctricos tienen cero emisiones por el tubo de escape y, por lo general, emiten muchos menos gases de efecto invernadero durante su funcionamiento”, especialmente si la red se alimenta con electricidad de fuentes renovables, coincide la Agencia de Protección Ambiental estadounidense. El coche eléctrico también emite menos contaminación atmosférica que su equivalente de gasolina o diésel, indica la agencia europea.

Además, algunas comparaciones carecen de rigor. Este vídeo se centra en los coches de combustión antiguos y comienza su análisis usando como ejemplo un “Renault Clio de hace 21 años con 100 caballos diésel que emite 106 gramos de CO2 por km". Al buscar esa descripción en Google, aparece un ejemplar que en realidad es de fabricación reciente, según ha indicado Renault a Maldita.es, añadiendo que “hace 21 años no se medían los niveles de CO2” al homologar coches nuevos. Según la marca, el único modelo antiguo de características similares que han localizado emitiría 113,5 gramos (cifra obtenida utilizando conversores).

En el vídeo, este dato incorrecto es comparado con supuestos indicadores medios sobre coches eléctricos que el protagonista obtiene de búsquedas distintas en Google. Entre otras cosas, habla primero de las emisiones que se producen durante la fabricación del coche y luego dice que emiten de 60 a 76 gramos de CO2 por kilómetro. Pero organizaciones de expertos señalan una huella de carbono dentro de ese rango incluyendo ya su fabricación, la batería, su funcionamiento y su reciclaje.

Otras desinformaciones afirman que los coches eléctricos emiten más CO2 que los diésel basándose en un supuesto estudio de 2019, pero aquel artículo no está publicado en ninguna revista científica de revisión de pares, está basado sólo en la red eléctrica alemana y otros estudios con análisis más completos contradicen sus resultados, como explicamos en su momento en Maldita.es.

La extracción de minerales, el problema que sí tienen los coches eléctricos

“El resultado de la comparación es menos favorable para los coches eléctricos si se tienen en cuenta los impactos actuales de su producción en los ecosistemas y la toxicidad de los materiales implicados. Estos impactos se deben sobre todo a la extracción y procesamiento del cobre, el níquel y las materias primas críticas”, dice el informe de la Agencia Europea del Medio Ambiente de 2018. La minería, las emisiones tóxicas y las fugas de sustancias tóxicas pueden causar eutrofización (exceso de nutrientes en el agua), aumentar la acidez de las masas de agua y humedales, contaminar el suelo con metales pesados o contribuir a la erosión y a la pérdida de biodiversidad [pág. 17].

Se habla especialmente de la minería de litio, un mineral clave para las baterías cada vez más demandado, con Australia, China, Chile y Argentina como los principales productores. Sus impactos ambientales, tanto los debidos a la extracción como al tratamiento posterior, dependen de las características del yacimiento y del tipo de explotación, explica a Maldita.es Javier Fernández, del departamento de residuos mineros y geoquímica ambiental del Instituto Geológico y Minero de España.

Este estudio de Nature Reviews Earth & Environment recoge lo conocido hasta febrero de 2023 sobre los impactos de las prácticas actuales para la extracción del litio en salmueras y también aquellas que proponen ciertas mejoras ambientales. Analiza el uso de agua dulce y productos químicos, el consumo de energía y la generación de residuos.

Los enlaces de algunos contenidos con la energía nuclear

Este vídeo dice que “en España cerramos centrales nucleares y compramos la energía a las centrales nucleares de Francia” para luego ironizar con que haría falta una central nuclear para cargar los coches eléctricos de un edificio de 50 viviendas.

Sin embargo, en España siguen activas cinco centrales nucleares, que suman siete reactores y generan en torno al 20% de la electricidad anualmente. Hasta la fecha sólo se ha desmantelado por completo la central José Cabrera, en la provincia de Guadalajara, mientras que el reactor Vandellós I, en la provincia de Tarragona, aún no ha terminado los trabajos y sigue en “periodo de latencia”. El plan de desmantelamiento nuclear español prevé cerrar el último reactor dentro de doce años, en 2035, según consta en el documento que resume la estrategia energética del Gobierno para 2030 [pág. 241].

“Francia tiene un parque nuclear muy sobredimensionado y propiedad de una empresa pública. Esto hace que, en las interconexiones con muchos de sus vecinos, haya sido tradicionalmente un exportador de electricidad. Este ha sido el caso con España salvo en 2022, y previsiblemente 2023, cuando les exportamos electricidad netamente debido a la baja disponibilidad de los reactores franceses por mantenimientos y averías”, resume Eloy Sanz, profesor de ingeniería energética y revisor experto del IPCC. “En el caso de España, en las últimas décadas hemos sido exportadores netos de electricidad la gran mayoría de los años. El motivo de comprar a Francia y vender a Portugal, Marruecos o Andorra no es por falta de electricidad, sino por diferencia de precios”, añade el experto.

En cuanto a la supuesta necesidad de una central nuclear para cargar coches eléctricos, el vídeo dice: “Vivimos en colmenas y de media hay 2,5 coches por domicilio en España (...) Más de 120 coches cargando en un edificio de 50 familias ¿Qué necesitamos? ¿Una central nuclear para cargar coches eléctricos?”. Suponiendo que el ratio de vehículos por vivienda sea cierto (cosa que no es posible saber porque los últimos datos del INE al respecto son de 2008), Eloy Sanz recuerda que 25 coches necesitan hasta 200 kW si cargaran a la vez, por lo que los 125 coches que utilizarían las 50 familias necesitarían hasta 1.000 kW. Pero “un reactor nuclear tiene 1 millón de kilovatios.

*Hemos ampliado este artículo el 14 de abril de 2023 para añadir el dato de emisiones correspondiente a los coches en la UE. Lo hacemos con un rango porque comparamos contra varios totales (los que tienen en cuenta los sumideros, las emisiones del transporte internacional y las emisiones de la aviación internacional y los que no).


Primera fecha de publicación de este artículo: 08/03/2023

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