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¿Qué es la adaptación al cambio climático y en qué se diferencia de la mitigación?

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Literatura científica
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Para limitar la crisis climática hay que hacer adaptación al cambio climático y mitigación del cambio climático. Quizás te suenen mucho estos dos conceptos pero a veces no se explican bien ni se aclaran las diferencias entre estas dos acciones clave en la transición ecológica. Si sigues leyendo te lo aclaramos.

La adaptación es el proceso de ajuste al clima real (o al que se prevé) y a sus efectos. Trata de moderar o evitar los daños que supone el cambio climático. Aunque sea un fenómeno con consecuencias negativas para el planeta, la crisis climática también supone, en casos excepcionales, una oportunidad para algunos organismos y en eso también se centra la adaptación. Por ejemplo, algunas plantas crecen mejor con mayores niveles de dióxido de carbono, asociados al aumento de emisiones de gases de efecto invernadero pero, como contrapartida, las plagas de insectos también prosperarán en un mundo más cálido y la disponibilidad de agua será menor en zonas agrícolas más secas que necesitan riego, por lo que, los beneficios del aumento del dióxido de carbono para algunos cultivos se verán probablemente superados por los efectos negativos del estrés térmico y la sequía

En cambio, la mitigación consiste en reducir las emisiones de gases de efecto invernadero o potenciar los sumideros de estos gases, como indica el glosario del quinto informe de síntesis del IPCC (AR5). Es decir, mitigar es limitar el impacto del cambio climático al reducir la cantidad de gases de efecto invernadero en la atmósfera, mientras que la adaptación trata de ajustarse al clima que viene para disminuir los efectos negativos del calentamiento global.

Por lo tanto, no son conceptos opuestos sino complementarios para afrontar el gran desafío que supone la crisis climática. La mitigación reduce todos los impactos del cambio climático y, por lo tanto, reduce el reto de la adaptación, mientras que la adaptación es selectiva: puede moderar los impactos negativos y aprovechar los excepcionales impactos positivos para algunos organismos, como hemos explicado antes.

Además, la mitigación tiene beneficios globales (y de forma secundaria a nivel local o regional), cuando la adaptación suele funcionar a escala a escala regional, pero sobre todo local.

Otra diferencia es que los beneficios de la mitigación de hoy se mostrarán dentro de varias décadas debido al largo tiempo de permanencia de los gases de efecto invernadero en la atmósfera, mientras que muchas medidas de adaptación serían efectivas inmediatamente y producirían beneficios al reducir la vulnerabilidad a la variabilidad climática, según el cuarto informe del grupo de trabajo II del IPCC (AR4).

La mitigación no sólo se consigue favoreciendo las energías renovables, sino también reduciendo la emisión de otras sustancias que pueden contribuir de forma directa en la limitación del cambio climático, como las partículas en suspensión, o de forma indirecta, como el monóxido de carbono, óxidos de nitrógeno, compuestos orgánicos volátiles y otros elementos.

La protección contra las inundaciones a través de diques y presas y, en las regiones con escasez de agua, la reutilización de las aguas residuales, el bombeo de pozos profundos y la desalinización a gran escala son ejemplos de adaptación al cambio climático.


Primera fecha de publicación de este artículo: 03/05/2022

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