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¿Qué riesgo tiene que tropas rusas controlen la antigua central nuclear de Chernóbil (Ucrania)?

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Tras el inicio del ataque ruso a Ucrania que comenzó el pasado 24 de febrero y la toma de las tropas rusas de la antigua central nuclear de Chérnobil, que sufrió un accidente nuclear en 1986, podrían haber aumentado los niveles de radiación, según varios organismos como el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), tal y como ya explicamos en Maldita.es. ¿Qué implicaciones puede tener para la seguridad de la central la presencia de tropas militares?

Contactado por Maldita.es, Eugenio Gil que, cuando ocurrió el accidente en la central de Chernóbil en 1986 era jefe del Área de Ingeniería Radiológica del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), señala que la presencia militar en la zona no cree “que represente per se un riesgo radiológico adicional”, salvo los combates pudieran afectar al "sarcófago" que envuelve el reactor que se accidentó.

“El sarcófago tiene la función de contener los materiales radiactivos que aún no se han desintegrado. Si se dañase, por efecto del impacto de proyectiles explosivos, podrían escapar aerosoles radiactivos y dispersarse por el entorno de la central”, explica Gil.

"El único problema real es si un objetivo cercano fuera alcanzado y causara algún daño colateral", ha dicho a The New York Times Edwin Lyman, un experto en reactores de la Unión de Científicos Preocupados (UCS por sus siglas en inglés) de Estados Unidos. "No lo veo como una amenaza radiológica inminente. No creo que Rusia apunte deliberadamente a una planta".

"Hay cierto riesgo de que se produzca un impacto directo", ha declarado a The New York Times R. Scott Kemp, profesor de Ciencia Nuclear en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT por sus siglas en inglés). "Pero imagino que harán todo lo posible para evitarlo porque no quieren lidiar con la lluvia radiactiva", ha aclarado. 

El Organismo Internacional de Energía Atómica pide "máxima prudencia"

Como contamos en Maldita.es, el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) indicó en un comunicado el 25 de febrero que las lecturas de hasta 9,46 microsieverts por hora "son bajas y se mantienen dentro del rango operativo medido en la zona de inclusión desde que se estableció", por lo que "no representan ningún peligro para el público".

Su director general, Rafael Mariano Grossi, ha señalado que es de “vital importancia que la operación tecnológica y físicamente segura de las instalaciones nucleares de esa zona no se viera afectada o interrumpida en modo alguno”. También ha pedido “la máxima prudencia para evitar cualquier acción que pueda poner en peligro la seguridad de las centrales”. 

Grossi ha recordado que “cualquier ataque armado o amenaza contra instalaciones nucleares dedicadas a fines pacíficos constituye una violación de los principios de la Carta de las Naciones Unidas, del derecho internacional y del Estatuto del Organismo".

Este 27 de febrero, el OIEA indicaba en un nuevo comunicado que Ucrania le había informado de impactos de misiles en el emplazamiento de una instalación de disposición final de desechos radiactivos en Kiev durante la noche anterior, pero no había informes de daños en el edificio ni indicios de emisión radiactiva. Según el OIEA, el incidente se produjo un día después de que la Inspección Estatal de Reglamentación Nuclear de Ucrania (SNRIU) declarara que un transformador eléctrico en una instalación de disposición final similar situada cerca de la ciudad nororiental de Kharkiv había sido dañado, también sin que hubiera informes de emisión radiactiva.

“Estos dos incidentes ponen de relieve el riesgo muy real de que las instalaciones con material radiactivo sufran daños durante el conflicto, que podrían tener consecuencias severas para la salud humana y el medio ambiente”, afirmó el director general del OIEA. Aunque estos emplazamientos de disposición final no contienen desechos radiactivos de actividad alta, los desechos radiactivos almacenados y sometidos a disposición final aún pueden dar lugar a un suceso con un impacto radiológico grave, lo que pone de manifiesto la necesidad de protegerlos, según el director general. *

* Actualizado el 28 de febrero con el nuevo comunicado del OIEA.


Primera fecha de publicación de este artículo: 26/02/2022

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