Buscando pistas
8/1/25
Lo que circula
«Un coronel de la UCO exige detener a María Jesús Montero tras destapar sus audios»
Verdadero, falso?
https://youtu.be/9-0bdplSDAU?si=P9y1fBaDV5uyZJla
¡BOMBAZO! Coronel de la UCO se lanza contra Montero y pide su detención inmediata al Supremo
El teniente coronel Balas no ha venido a hacer amigos ni a quedar bien con los de arriba. Ha venido a soltar verdades como puños y esta vez ha dejado a medio gobierno temblando como flanes tras comerse un talgazo judicial. En toda la frente Balas ha mandado al Supremo y a la Fiscalía Anticorrupción un dossier que es dinamita pura, cargado de audios, pruebas, documentos y transferencias que pillan a la ministra Montero con las manos en la masa y el sobre ya calentito de billetes. En esos audios que ya están dando vueltas por los despachos de media España, se escucha a Montero hablar sin pelos en la lengua de cómo se reparten contratos públicos entre colegas, como si fueran cromos de la liga. Contenta con eso, se atreve a mencionar nombres de empresas amiguísimas del PSOE a las que se les da pasta a cambio de favores políticos, como si el Estado fuera su cortijo personal. Aquí no hay política, aquí hay mafia, pero con traje de ministra.
El tono de Montero en esas grabaciones es de una chulería que asusta, habla como quien lleva años haciendo esto sin miedo alguno, ni al Supremo, ni a la UCO, ni a los ciudadanos que pagamos el pato. Su voz queda registrada diciendo que ciertas empresas reciben detallitos por debajo de la mesa a cambio de adjudicaciones públicas infladas como globos, es decir, sobornos en toda regla y encima con risas de fondo como si fuera un chiste. Y no hablamos de cualquier empresa, no, colega, hablamos de auténticas tapaderas empresariales creadas para blanquear dinero público, desviarlo y repartirlo entre los de siempre. Algunas de estas empresas tienen sedes en el extranjero, otras son familiares de cargos socialistas y varias están siendo investigadas desde hace años, pero curiosamente nunca les pasa nada.
Ahora con los audios de Balas el cuento cambia porque ya no es sospecha, es prueba directa. Balas lleva tiempo observando cómo se mueve esta red de corrupción institucional y ha decidido parar el circo. El teniente coronel ha solicitado autorización oficial para detener a Montero, algo que no se hace todos los días ni mucho menos, sobre todo cuando se trata de una ministra en activo. Eso demuestra la gravedad del asunto porque para pedir eso tienes que tener pruebas que no dejen lugar a dudas y Balas las tiene bien amarradas. La pregunta ahora es clara: ¿permitirá el Supremo que la UCO detenga a Montero o volverán a esconderse tras tecnicismos absurdos como siempre hacen cuando el escándalo salpica a los suyos? Porque si esto fuera un concejal de pueblo ya estaría esposado en el calabozo. Pero como es del PSOE parece que todo vale.
Esta vez la presión es máxima y los audios no dejan margen para maniobras políticas ni campañas de blanqueo mediático. Los medios del régimen han intentado silenciar esta bomba a toda costa. Los mismos que se escandalizan por tonterías ahora callan como tumbas cuando se trata de una ministra implicada en corrupción pura y dura. Ni una portada, ni un editorial, ni una tertulia televisiva. ¿Por qué? Porque les pagan desde el mismo sitio que salieron los sobres de Montero. Esto es una red de silencio que solo se rompe con presión ciudadana y con gente como Balas.
Y ojo, porque la cosa no termina en Montero. Los audios dejan caer otros nombres con mucho peso dentro del gobierno. Incluso se menciona a asesores cercanos a Sánchez que estarían al tanto de todo el tejemaneje y no movieron un dedo para pararlo. Eso en derecho se llama encubrimiento y en la calle se llama ser cómplice. Así que la investigación puede terminar apuntando aún más alto de lo que nadie imagina y eso sí que sería un terremoto político. Las redes ya arden con esta noticia y no es para menos porque esto no es un escándalo más. Esto es la confirmación de que el gobierno está podrido desde dentro hasta los huesos y que se financia a base de trapicheos, contratos amañados y sobrecitos como los de toda la vida. Lo que cambia es que ahora hay un teniente coronel con grabadora y agallas dispuesto a contarlo y llevarlo hasta las últimas consecuencias sin miedo y sin filtro.
Balas ha dejado claro en su escrito que esta corrupción afecta a la seguridad del Estado, porque cuando las instituciones están al servicio de mafias políticas, la democracia desaparece y el ciudadano se convierte en rehén de una casta corrupta que lo único que sabe hacer es robar, manipular y blindarse judicialmente. Por eso su petición no es solo legal, es moral, necesaria y cualquier juez con decencia debería autorizarla ya. Lo más flipante de todo esto es que Montero sigue acampando a sus anchas como si nada, como si no la hubieran pillado en una red de corrupción nivel película de Scorsese, pero más cutre y más chusca, porque ni disimulan, ya lo hacen delante de todos con prepotencia, con esa actitud de aquí no pasa nada y sí pasa, se tapa.
Eso es lo que más cabrea a la gente: que nos toman por idiotas mientras se lo llevan crudo delante de nuestras narices. Y claro, los palmeros del régimen ya han salido a decir que esto es un ataque a la democracia, que es una persecución política, que pobrecita Montero está siendo víctima de una campaña mediática. Perdona, campaña, pero si la han pillado con audios firmados y sellados. ¿Desde cuándo la corrupción documentada es un ataque? El único ataque aquí es al bolsillo del contribuyente que lleva años pagando fiestas privadas de esta panda. Balas no es un cualquiera, no es un friki ni un conspiranoico. Es un oficial de la Guardia Civil con más condecoraciones que muchos ministros juntos, un tipo serio, comprometido con la ley y que no se casa con nadie, ni con izquierdas. Va con la verdad por delante y por eso molesta tanto, porque no se puede manipular ni comprar. Y eso en este país es casi un milagro. Por eso su palabra pesa más que mil editoriales vendidos.
Y lo que más miedo da al gobierno no es la detención de Montero, es que esto siente precedente, porque si cae una ministra por audios, ¿cuántos más caerán después? ¿Cuántos cargos socialistas tienen esqueletos similares en el armario? Esto es como tirar de un hilo podrido y ver cómo se deshace todo el jersey. Y Sánchez lo sabe. Por eso está nervioso. Por eso están intentando frenar la investigación como sea, pero ya es tarde, muy tarde. Los jueces del Supremo tienen ahora la pelota en su tejado y se enfrentan a una decisión histórica: pueden demostrar que todavía queda algo de justicia independiente en este país o pueden volver a hacer el ridículo y salvarle el culo a otra corrupta con carné rojo. Si lo hacen, que no se extrañen del cabreo monumental que va a estallar porque ya está bien de tomarnos por tontos, de hacer circo con los juzgados y alfombra roja para los del poder.
La fiscal anticorrupción también está en el punto de mira porque si con este dossier delante no mueven un dedo, estarán dejando claro que su nombre es puro marketing. ¿Anticorrupción de qué, de quién? Solo de los enemigos políticos y los suyos. La gente ya no se traga estas películas. Si ahora no actúan, estarán firmando su acta de defunción como institución, porque nadie se fía de un fiscal que mira para otro lado. Y mientras tanto, Montero se pasea por los platós con su sonrisita de superioridad soltando frases vacías sobre igualdad y progreso mientras firma contratos inflados para empresas fantasmas que luego hacen donaciones al partido, una rueda de dinero sucio que financia campañas mentirosas y mantiene a esta tropa en el poder. No es política, es mafia institucionalizada, con traje de ministra y discurso de progresismo de saldo.
Hay que decirlo claro y sin rodeos: esta señora debe ser detenida y juzgada con todas las garantías, pero sin privilegios. Porque si tú o yo hacemos la mitad de lo que aparece en esos audios, estaríamos ya en Soto del Real compartiendo celda con algún narco del Estrecho. Aquí no puede haber dos varas de medir: o somos todos iguales ante la ley o esto se va al garete. Y que nadie se sorprenda cuando la gente salga a la calle hasta con pancartas de la UCO y que nadie venga ahora con que esto es una exageración, que los audios están fuera de contexto, que todo es una manipulación, porque ya hemos visto esa película mil veces, ¿no? Y siempre acaba igual: el corrupto sale libre, el denunciante es perseguido y los medios aplauden el cinismo institucional. Pero esta vez hay una diferencia: Balas no va a parar hasta que caiga la verdad. Y con él va una parte de España que está harta de tanto timo.
Y por eso es tan importante compartir esta información, difundirla, hacerla llegar a todos los rincones, porque ya sabemos que los de arriba van a intentar taparla como sea, van a censurar redes, a presionar periodistas, a comprar titulares, a vetar vídeos, porque tienen miedo, miedo de que el pueblo despierte y empiece a pedir justicia de verdad, sin teatrillos, sin favores, sin impunidad, porque cuando el pueblo habla tiembla el régimen. Y que no os engañen, colegas, que esto no va solo de Montero, esto va de todo un engranaje podrido que empieza en Ferraz y se extiende por todas las instituciones. Esto va de una red de amiguitos del partido que reparten contratos públicos como si fueran cromos del kiosco y luego se reparten sobres como en una timba de bar de carretera. Esta es la España que han construido los de siempre: una república bananera con bandera europea.
Pero lo peor es que muchos ciudadanos ya están anestesiados, hartos de tanta porquería que han dejado de reaccionar. Y eso es justo lo que quieren los que mandan, que nos callemos, que pensemos que no se puede hacer nada, que esto es lo normal. Pero no lo es. No es normal que una ministra reparta favores como si fueran cañas. No es normal que los que denuncian sean tratados como delincuentes y los verdaderos chorizos vayan en coche oficial. Y atentos, porque esto no ha hecho más que empezar: el dossier que Balas ha enviado al Supremo incluye nombres, fechas, reuniones, documentos, pruebas sólidas de una trama que lleva años funcionando como un reloj suizo, una maquinaria de corrupción bien engrasada que se financia con dinero público y se blinda con leyes a medida. Y si esta bomba ha estallado ahora es porque por fin alguien ha tenido los ovarios de contarlo todo.
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