De manera silenciosa han publicado en el BOE, y si no hay alegaciones saldrá adelante, la construcción de cuatro plantas enormes de baterías de litio para almacenar la electricidad sobrante de las centrales. Esto implica una contaminación brutal De agua (utilizada como refrigerante) y con un elevado riesgo de incendio (el litio es prácticamente impagable). De momento hay proyectadas una en Anciles (con un tamaño similar a el del pueblo) y otra en Sesue. La semana que viene hay convocado un pleno del ayuntamiento de Sesue y se agradecería que fueran contra más personas, mejor, a protestar e intentar parar este proyecto. Estos proyectos se plantean en zonas de montaña precisamente por la necesidad de refrigeración. Las baterías no se enfrían con circuitos abiertos de agua que retornen al río, pero esos circuitos cerrados de los que habla la IA son básicamente un aire acondicionado gigante que a cambio de mantener fría la nave en la que se encuentran las baterías, emite aire caliente al exterior. Ese impacto es real. El riesgo de incendio es más limitado, pero efectivamente de producirse sería catastrófico. De todas formas, además del grave impacto medioambiental (que ni hemos hablado de la minería de litio, y el cobalto que normalmente lo acompaña, y la breve vida útil de las baterías, que está en torno a 10 años con solo un 5% de reciclaje de litio actualmente), quizás habría que poner sobre la mesa cuáles son los beneficios reales de un proyecto así para el territorio que los acoge, independientemente de si definimos territorio como valle, comarca, autonomía o estado, ya que ninguno de esos cuatro se va a ver compensado, ni esto va a servir para paliar la pobreza y desigualdad energética. Es un proyecto especulativo y cortoplacista, como tantos otros en el valle, que solo enriquecen a unos pocos. La energía producida con recursos naturales públicos debería ser pública y no un bien de inversión. Enfadémonos mucho y no dejemos que este proyecto salga adelante, solo el pueblo salva al pueblo, esta vez literal.