El 27 de marzo, el gobernador de Utah (Estados Unidos), Spencer Cox, promulgaba una ley que prohibirá el uso de flúor en el agua a partir del próximo 7 de mayo, convirtiendo al estado en el primero de Estados Unidos en adoptar esta medida. La ley establece que “no se podrá agregar flúor al agua del sistema público” ni “promulgar o hacer cumplir una ordenanza que lo requiera o permita”. Todo ello por supuestas consecuencias perjudiciales del flúor sobre la salud.
Sin embargo, en las cantidades adecuadas, según la evidencia científica actual, el flúor es necesario para una correcta salud dental. De hecho, para que el flúor procedente del agua potable supusiese un riesgo para la salud, habría que beber más de 300 litros de agua diarios.
La nueva ley, acorde a los consejos sin evidencia del secretario de salud de Estados Unidos, RFK Jr.
Esta decisión se adhiere a la narrativa sobre la que se ha hecho eco durante los últimos meses el actual Secretario de Salud de Estados Unidos, Robert F. Kennedy (RFK) Jr.: que el flúor es nocivo para la salud. “Como presidente, voy a ordenar a los CDC que tomen todas las medidas necesarias para eliminar el fluoruro neurotóxico del agua potable estadounidense”, publicaba en Twitter (ahora X) en febrero de 2024, cuando todavía era candidato independiente a presidente de Estados Unidos.
En noviembre de 2024, publicaba en esta misma red social que la administración de Donald Trump —a quien había mostrado su apoyo tras abandonar la carrera presidencial— “aconsejaría a todos los sistemas de agua a eliminar el flúor del agua pública”, de nuevo, por los supuestos efectos que esta sustancia supondría para la salud: “El flúor es un desecho industrial asociado con la artritis, las fracturas óseas, el cáncer de huesos, la pérdida de coeficiente intelectual, los trastornos del desarrollo neurológico y la enfermedad de la tiroide”, continuaba.
Sin embargo, esto no es lo que demuestra la evidencia científica. De hecho, el flúor es un mineral necesario para la salud dental, en las dosis adecuadas. Hay incluso ocasiones en las que, cuando su aporte a través de la alimentación es insuficiente, se añade al agua potable, aumentando así el consumo general en la población.
En las cantidades en el agua potable, el flúor es necesario para una correcta salud dental
“¿La afirmación? Que es perjudicial. ¿La realidad? Que no lo es”, publicaba en X Andrea C. Love, experta en inmunología y microbiología. Teniendo en cuenta la cantidad de flúor que se utiliza en el agua potable (aproximadamente 0,7 miligramos por litro agua), “un adulto necesitaría beber 357 litros de agua al día para que hubiese riesgo de efectos adversos” por esta sustancia, añade. En el hipotético caso de que esto ocurriera o se intentase, puntualiza, la persona moriría antes por consumo excesivo de agua.

La mayoría de organizaciones médicas, entre ellas la Academia Estadounidense de Pediatría, la Organización Mundial de la Salud, la Asociación Dental Americana (ADA) y el Servicio de Salud Pública de Estados Unidos recomiendan la fluoración del agua.
De hecho, tras la noticia sobre el estado de Utah, la ADA emitió una declaración expresando su decepción haciendo referencia al "desprecio absoluto del gobernador Cox por la salud bucal y el bienestar de sus electores".
En el texto, la ADA señala que la evidencia científica actual demuestra que, al suspender la fluoración del agua, aumentan las enfermedades dentales. Como ejemplo, mencionan lo ocurrido cuando la ciudad Windsor (Canadá), que votó a favor de la eliminación de la fluoración en 2013: “Un informe de 2018 de la Unidad de Salud del Condado de Windsor-Essex mostró que el porcentaje de niños con caries o que requerían atención urgente en 2016/2017 aumentó un 51% en comparación con 2011/2012”, señala. Este aumento de problemas dentales también se reportó en Calgary (Canadá), donde también se suspendió la fluoración.
Por otro lado, no hay evidencias de que la exposición a estos niveles de flúor en el agua potable cause cáncer, efectos cognitivos en niños y el resto de problemas de salud mencionados por RFK Jr. Además, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) señalan que es seguro y efectivo.