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Qué pueden comer y qué no los animales que nos comemos

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Claves
  •  Los animales de granja como los cerdos, las gallinas o las vacas no pueden alimentarse de cualquier cosa: hay materias primas autorizadas por la UE y otras que están prohibidas
  • Está prohibido usar hormonas o antibióticos para potenciar el crecimiento animal: solo se pueden dar a los animales por motivos de salud y se hace un control de ellos
  • Se realizan inspecciones para detectar estos u otros posibles contaminantes y asegurar la calidad de los productos de origen animal
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La alimentación animal es el primer eslabón de la cadena alimentaria. Cada año se producen en España en torno a 30 millones de toneladas de pienso para todas las especies ganaderas, constituyéndose como uno de los principales países productores de la Unión Europea, pero no todo vale para alimentar a los animales de granja. 

La normativa europea establece cuáles son los ingredientes que pueden usarse en los piensos y prohíbe sustancias peligrosas como residuos urbanos o heces. También establece restricciones al uso de medicamentos o sustancias contaminantes con el fin de proteger el bienestar animal y la calidad de sus productos, uno de los objetivos de la Política Agraria Común (PAC).

Las opiniones y puntos de vista expresados solo comprometen a su(s) autor(es) y no reflejan necesariamente los de la Unión Europea. Ni la Unión Europea ni la autoridad otorgante pueden ser considerados responsables de ellos.

El ganado sólo puede alimentarse con materias primas incluidas en el listado autorizado por la UE

El reglamento 68/2013 de la Comisión Europea incluye un listado de todas las materias primas autorizadas para la elaboración de piensos. Las clasifica en 13 categorías distintas como cereales, semillas, frutas, lácteos o incluso productos de origen animal. El registro comunitario de materias primas incluye más materias autorizadas (y también las que no han sido aprobadas).

Fuente: Algunos productos incluidos en el registro comunitario de materias primas.

El informe anual del Ministerio de Agricultura sobre producción de piensos para 2023 recoge datos como que los cereales suponen el 70% de la composición de todos los piensos consumidos en España y que el maíz, la cebada o el trigo son los más habituales.

La UE prohíbe alimentar a los animales de granja con heces o con basura 

El reglamento europeo de 2009 sobre la comercialización y reutilización de piensos incluye la prohibición de algunas materias primas para en la elaboración de alimentos para animales:

  • Heces, orina y otros contenidos gastrointestinales

  • Pieles curtidas (tratadas con sustancias para evitar su descomposición y convertirlas en material duradero)

  • Semillas tratadas con fitosanitarios (sustancias químicas usadas para proteger los vegetales de organismos dañinos)

  • Madera tratada con biocidas y sus derivados, como el serrín

  • Residuos de aguas urbanas, domésticas e industriales

  • Residuos urbanos sólidos, como basuras domésticas

  • Envases procedentes de productos de la industria alimentaria

Medicamentos en la alimentación: se prohíbe el uso de hormonas, anabolizantes y antibióticos para alterar el crecimiento de los animales 

Puede que hayas oído eso de que la piel del pollo (u otra carne) lleva hormonas o medicamentos. En Maldita.es os contamos que, en el caso de países pertenecientes a la Unión Europea en la actualidad esto no es así, ya que desde hace años está prohibido el uso de sustancias que tengan acción hormonal en el crecimiento de los animales de granja. 

Aparte de las materias autorizadas y prohibidas, la UE regula el suministro de medicamentos a los animales, que en muchos casos se realiza a través de la alimentación con piensos medicamentosos

Al igual que las hormonas y los anabolizantes, el uso de antibióticos para el engorde de animales también está prohibido debido a los problemas derivados, principalmente la aparición de bacterias resistentes a estos fármacos. En Maldita.es ya os hablamos de este grave problema.

Mar Fernández, maldita y directora de la Asociación Española de Productores de Huevos, explica que “cuando los animales tienen patologías que pueden tratarse con antibióticos, estos tienen que ser recetados por un veterinario y, para garantizar la seguridad alimentaria al consumidor, se deben respetar los periodos de retirada (días tras la administración del medicamento en los que no se puede consumir su carne, leche o huevos…para que no aparezcan sus residuos en el alimento)”.

Esto quiere decir que, bajo prescripción veterinaria sí está permitido proporcionar antibióticos a animales enfermos que los necesiten. Ahora bien, tras hacerlo, hay que esperar para poder comercializar los productos animales, asegurando que su consumo es seguro para el consumidor y no contiene residuos del fármaco, tal y como se resume en esta web informativa de la Comunidad de Madrid

En 2021 se suprimió el ‘feed ban’ y se autorizó el uso de insectos en alimentación animal

En 2001, un reglamento de la UE prohibió el uso de proteínas procedentes de mamíferos en los piensos para evitar la propagación de la encefalopatía espongiforme transmisible, una enfermedad neurodegenerativa sin cura, que se conoció por su manifestación en el ganado bovino: la “enfermedad de las vacas locas”.

20 años más tarde, el llamado ‘feed ban’ (prohibición de alimentación) se suprimió para los animales no rumiantes, como los cerdos o las aves de corral. En esta misma normativa se autorizó el uso de proteínas procedentes de insectos de granja en los piensos, aunque solo para los cerdos y las aves, y no se permite el canibalismo (alimentar a los animales con productos procedentes de la misma especie) para evitar riesgos sanitarios, según se explica en este documento de la Federación Europea de Fabricantes de Piensos. En España, la normativa europea se ha transpuesto en 2024.

Existen inspecciones para detectar presencia de medicamentos o sustancias “indeseables” en los piensos

La normativa europea sobre los piensos exige que sean seguros y no tengan efectos adversos en el medio ambiente ni en el bienestar animal o humano. Para ello, la directiva 2002/32/CE establece los límites máximos de sustancias “indeseables” o contaminantes en los alimentos para animales. La lista incluye ciertos metales pesados, como el plomo o el cadmio, toxinas vegetales o determinados pesticidas.

El Plan Nacional de Investigación de Residuos del Ministerio de Agricultura tiene como fin detectar la presencia de estas sustancias “indeseables” y de medicamentos veterinarios autorizados para que no superen los umbrales máximos permitidos. Para ello se toman muestras en animales, en piensos o en agua, que en ocasiones se hacen de forma aleatoria y otras veces se basan en riesgo en función de criterios como el número de animales, el tipo de explotación o las incidencias sanitarias.

Los datos para 2022 muestran que se tomaron unas 9.000 muestras en explotaciones ganaderas y cerca de 40.000 en establecimientos alimentarios y en ellos las sustancias más analizadas fueron los antibióticos y las sustancias beta-agonistas, de efecto anabolizante. En estas muestras se encontraron 61 resultados no conformes, un 0,12% del total de muestras inspeccionadas. En caso de detectarse un incumplimiento, el protocolo dice que deben llevarse a cabo investigaciones más profundas y se puede llegar a prohibir que los animales o los productos salgan de las instalaciones o abrir un expediente sancionador.

En este artículo ha colaborado con sus superpoderes la maldita Mar Fernández.

Mar Fernández forma parte de Superpoderosas, un proyecto de Maldita.es que busca aumentar la presencia de científicas y expertas en el discurso público a través de la colaboración en la lucha contra la desinformación.

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