¿Eres de los que, antes de entablar cualquier conversación mañanera, necesita encender la maquinaria con un café? Entonces probablemente también seas parte de quienes nos han preguntado por algunos contenidos sobre un supuesto estudio que, en teoría, concluye que beber tres o cuatro tazas diarias, “ya sea con azúcar o sin, con cafeína o descafeinado” se relaciona con menor riesgo de enfermedades cardiovasculares y cáncer. Sentimos decepcionaros, pero no: para que el consumo de café se relacione con estos beneficios no vale tomarlo de ‘cualquier forma’ (y mucho menos, si en el escenario irrumpe el azúcar).
La investigación sí tiene en cuenta el azúcar
El estudio al que hacen referencia los titulares por los que nos habéis preguntado existe y se publicó en diciembre de 2020 en la revista científica Journal of Nutrition. Aunque es cierto que sus resultados apuntan a que el consumo moderado de café (esas 3 o 4 tazas al día) se relaciona con menores riesgos de mortalidad por todas las causas, especialmente por enfermedades cardiovasculares, en ningún momento se refiere a que esto pueda achacarse a cualquier forma de tomar el café.
Para obtener los datos sobre los patrones de consumo de café de los participantes, los investigadores utilizaron un cuestionario que indagaba tanto sobre la frecuencia con la que se consumía esta bebida (en número de tazas por día, semana o mes) como de qué manera, donde también incluían otros ingredientes (café al estilo italiano espresso o café solo y café moca, con leche y chocolate).
Ahora bien, “una de las variables que se ajustan es precisamente el azúcar añadido”, explica a Maldita.es la dietista-nutricionista y tecnóloga de los alimentos Beatriz Robles. “Es decir, sí se tiene en cuenta (igual que si se es o no fumador, si hay obesidad...) para que el hallazgo no esté condicionado por esa variable”, añade. Los autores consideran ‘azúcar añadido’ “la cantidad de azúcar añadida al café”, también en forma de “leche, café, té o yogur”.
“Se supuso que el capuchino y el café con leche contenían un 20% de café y un 80% de leche. Calculamos el consumo total como la suma de todos estos tipos de café”, aclara el estudio.
Esto último es importante dado que, para dar con la cantidad de café justa (y no mezclado con leche u otros ingredientes) y poder analizar correctamente los datos, los investigadores propusieron una cantidad estándar de café, 30 mililitros, para considerarlo ‘una taza’. Este es el tamaño de un espresso italiano, según las pautas dietéticas italianas.
La literatura científica sí ha encontrado beneficios del café (solo) en la salud
Es cierto que existen otras muchas publicaciones científicas que han revisado decenas de estudios sobre los efectos del consumo de café y que concluyen que su consumo moderado se relaciona con un menor riesgo de cáncer, de mortalidad por todas las causas y con beneficios sobre enfermedades como diabetes tipo 2.
Además, no se ha encontrado relación entre el consumo de café y efectos negativos para la salud (con la excepción de riesgo de fractura en mujeres, que requiere de mayor investigación, y riesgos en el embarazo).
Ahora bien, como ya explicamos en Maldita.es, no todos los cafés son lo mismo. Para que sea saludable, “es importante elegir un café de calidad”, señalaba Macarena Illana Otero, dietista-nutricionista. “Los cafés muy tostados, que se suelen usar en hostelería, tienen un contenido reducido en antioxidantes y mayor contenido en acrilamida, que se ha relacionado con el cáncer en estudios en animales”. Además, la experta descartaría los cafés torrefactos o mezcla, por llevar azúcar añadido. Su recomendación es consumir café tostado natural.
Es decir, los beneficios en la salud se atribuyen al café, "no al café con leche, al capuchino o al café con un sobre de azúcar", advierte Robles.
Y aún hablando exclusivamente de café, según justifica un editorial publicado en el British Medical Journal por Eliseo Guallar, profesor de epidemiología en la Facultad de Salud Pública Bloomberg de la Universidad Johns Hopkins (Estados Unidos), no debería recomendarse su consumo para prevenir enfermedades ni empezar a tomarlo con el objetivo de alcanzar beneficios para la salud. “¿Deberían los médicos recomendar beber café para prevenir enfermedades? ¿Debería la gente empezar a tomar café por razones de salud? La respuesta a ambas preguntas es ‘no’”, afirma Guallar.
Este contenido es apoyado por la iniciativa “Alimentando el cambio” de ALPRO en el que Maldita.es colabora elaborando contenidos independientes según su metodología.