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¿Me duele la cabeza porque he comido azúcar o he comido azúcar porque me va a doler la cabeza? La evidencia científica se decanta por la segunda opción

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Literatura científica

¿Me como un señor bol de cereales ‘de desayuno’ o un trozo de tarta de chocolate? Me duele la cabeza. ¿Que la elección es media barra de pan blanco, de la forma en que sea, o una buena ración de pasta? El mismo resultado. Y no sucede solo con estos, sino con otros muchos alimentos y productos ricos en azúcar y/o carbohidratos refinados. ¿Quiere esto decir que son causa directa de que notemos el coco a punto de explotar? Más bien al revés.

Aunque, a priori, podría parecer que son el origen de este malestar (recuerda, correlación no implica causalidad), la evidencia científica apunta que la situación es precisamente la contraria: que a nuestro cuerpo ‘se le antojan’ productos ricos en estos componentes cuando se está ‘cocinando’ un tipo concreto de dolor de cabeza, las migrañas. “La evidencia de esta explicación, contraria a la intuición, puede estar en el cerebro”, adelanta The New York Times

No es la primera vez que se relaciona la alimentación con los dolores de cabeza

Durante décadas se ha relacionado la alimentación con las migrañas. De hecho, en el entorno clínico, muchas pautas dietéticas eliminan extensas listas de alimentos por considerarse ‘desencadenantes’ de estos episodios. Sin embargo, “no ofrecen justificación sólida ni datos objetivos para respaldar el consejo”, afirma un estudio publicado en la revista Brain Research en noviembre de 2021. 

Cuando hablamos del inicio de un ataque de migraña, nos referimos al momento en el que el dolor todavía ‘se está cociendo’, aunque aún no lo percibimos. Puede comenzar desde pocas horas hasta varios días antes del episodio. En él, son comunes síntomas como fatiga, confusión mental, cambios de humor, sensibilidad a la luz, rigidez muscular, bostezos y aumento de la micción, según explicaba  Peter J. Goadsby, uno de los autores de la investigación.

En este periodo (llamado fase premonitoria) y según muestran los estudios de imágenes cerebrales, se activa una de las regiones del cerebro involucrada en la regulación del hambre, el hipotálamo. Esta es la causa de que se nos antojen alimentos concretos y terminemos por llevárnoslos al estómago. 

Y, ¿cuáles son esos alimentos? Precisamente aquellos ricos en carbohidratos y azúcar que mencionábamos al inicio, “aunque varían de una persona a otra”, como aclara Goadsby: “Algunos prefieren bocadillos sabrosos o salados, mientras que a otros les apetecen dulces y chocolate”. 

“Si, después de comer chocolate, tengo un ataque de migrañas, es que el chocolate es la causa de mi dolor de cabeza”. Negativo

Ahora, pongámonos en situación: un mecanismo cerebral precedente a un ataque de migraña nos está animando a que echemos mano de productos como estos, ricos en azúcares o en carbohidratos refinados. Pero ojo, nosotros no somos conscientes de esta premisa, de que esto nos está ocurriendo, porque todavía no nos duele la cabeza

Haciendo caso a nuestro instinto, decidimos concedernos el capricho. Qué casualidad que, al poco tiempo (y coincidiendo con el final de la fase premonitoria) comienzan las molestias. 

En este contexto, tiene sentido pensar que ha sido eso que hemos comido lo que ha desencadenado el dolor. “Hay veces que la gente me dice ‘he comido chocolate y poco después ha empezado mi ataque de migraña’, llevándoles esto a pensar que ha sido el chocolate en sí mismo el desencadenante del dolor de cabeza”, señala en The New York Times Rashmi Halker Singh, profesora de Neurología y especialista en medicina aplicada a los dolores de cabeza de la Clínica Mayo. “Sin embargo, lo que podría haber ocurrido es que las ganas de chocolate fueran, en realidad, consecuencia del comienzo de la migraña”, añade. 

De hecho, aun siendo precisamente el chocolate uno de los alimentos que más se suele relacionar con el dolor de cabeza, no hay evidencia científica suficiente para afirmar que este pueda ocasionar ataques de migraña, como afirma una revisión de estudios publicado en 2020 en la revista científica Nutrients. 

Así que, en palabras de Goadsby, si tienes un capricho durante el comienzo de un episodio de dolor de cabeza, mejor disfrutarlo. En caso de que logres reconocer los antojos que preceden a estos episodios, la recomendación del experto es prepararse para lo que se viene y tomar medidas para mitigar el síntoma en la medida de lo posible. Por ejemplo, echar mano de la medicación pertinente y fichar pronto con nuestra almohada y colchón “mejor que salir de copas”, recomienda el investigador.

Este contenido es apoyado por la iniciativa “Alimentando el cambio” de DANONE en el que Maldita.es colabora elaborando contenidos independientes según su metodología.


Primera fecha de publicación de este artículo: 29/04/2022

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