maldita logo cuadrado VOLVER A MALDITA
Síguenos en:
HAZTE MALDITO

MENÚ

Los expertos recomiendan una estancia inferior a 28 días en los centros de detención de inmigrantes del Reino Unido, pero el 34% de los que salieron en 2024 estuvo más tiempo

Publicado
Claves
  • El Reino Unido es el único país de Europa que no tiene límite temporal de detención para las personas que entran en centros de detención de inmigrantes
  • La incertidumbre de la ausencia de límite puede perjudicar la salud física y mental de las personas, según denuncian expertos. En 2022, por ejemplo, se reportaron 411 incidentes de autolesión en esos centros
  • Diferentes estudios y publicaciones afirman que el tiempo máximo que una persona debería permanecer en un centro de detención de inmigrantes es de 28 días. Sin embargo, el 34% de las personas que salieron de uno de estos centros en 2024 estuvieron 29 días o más encerradas
  • Además de un límite de tiempo a las detenciones, muchas ONG abogan por implementar más alternativas a la detención

Comparte

“Hay un dicho que afirma que quienes están en prisión hacen una cuenta atrás de los días que les quedan para salir y quienes están detenidos [en un centro de detención de inmigrantes] cuentan los días que llevan. Porque es indefinido. Somos el único país de Europa con detención migratoria indefinida”. Quien habla es Sam Price, CEO de la organización Beyond Detention que presta apoyo a los detenidos del centro de inmigración Yarl´s Wood, en Bedford.

Como esta, son muchas las organizaciones de dentro y de fuera del país que piden que se ponga un límite temporal a la detención de inmigrantes en estos centros por el daño psicológico que puede causar no sólo la detención en sí sino la incertidumbre de no saber cuándo van a salir. También por el impacto físico: en 2022, último año completo del que Maldita.es tiene datos, se reportaron 411 incidentes de autolesión en alguno de esos centros o instalaciones de detención a corto plazo que hay en el Reino Unido. En los últimos años también ha habido varios casos de suicidios. 

Además de poner límite de tiempo, muchas organizaciones de derechos humanos piden alternativas a la detención de inmigrantes. Según estas, serían más efectivas y menos costosas que el sistema actual de detenciones. Un ejemplo de éxito, según explican varias organizaciones, fue el proyecto desarrollado por King Arm´s Project en Bedford, que consistía en ofrecer asesoramiento sobre inmigración, además de recibir apoyo integral para ayudarlos en diferentes aspectos de sus vidas.

Ser inmigrante en el Reino Unido después del Brexit

Este reportaje es el cuarto y último artículo de una investigación internacional llevada a cabo por Maldita.es (España) y Funky Citizens (Rumanía). El proyecto explora en cuatro reportajes las dificultades que experimentan las personas inmigrantes en el Reino Unido después del Brexit, tanto los que ya residían allí como los que llegaron después, especialmente los procedentes de países de la UE, con especial foco en españoles y rumanos.

Gracias a la colaboración de diferentes organizaciones que trabajan ayudando a inmigrantes y a partir de los distintos testimonios que nos han dado los entrevistados para esta investigación, hemos elaborado una radiografía del sistema migratorio del Reino Unido después de que el Brexit entrara en vigor.

Esta investigación se ha desarrollado gracias al apoyo de Journalismfund Europe.

Distintas organizaciones denuncian el efecto de las detenciones sin límite de tiempo en la salud mental y física de las personas

Alexandru Costea, nombre ficticio, es un inmigrante de nacionalidad rumana que pasó una semana en el centro de detención de inmigrantes de Colnbrook, cerca del aeropuerto de Heathrow, en Londres. Afirma haber sentido presión psicológica con las preguntas que le hacían diariamente y de forma contínua mientras estaba detenido. Querían saber por qué estaba en el Reino Unido, país donde tenía a su mujer e hijos. No es el único, diferentes organizaciones de derechos humanos han recogido multitud de testimonios donde detenidos explican cómo entrar en esos centros puede afectar a la salud mental: la incertidumbre, la situación de cada persona o la falta de un límite de tiempo, sabiendo cuándo se entra en un centro pero no cuándo se sale.

Ya en 2013, la ONG británica Medical Justice, que envía médicos voluntarios independientes a visitar a los inmigrantes recluidos en centros de detención, se pronunció sobre el daño que puede causar a una persona inmigrante estar detenida sin saber cuándo saldrá. Definen las enfermedades mentales “como el problema más importante para los detenidos migratorios”.

Este daño también ha sido reportado por otras organizaciones de derechos humanos como la Helen Bamber Foundation. “La revisión de 2009 que analizó los efectos de la detención migratoria en la salud mental reveló que los detenidos presentaban altos niveles de ansiedad, depresión y trastorno de estrés postraumático”, explican en un informe, en el que añaden que “la ideación suicida y las autolesiones deliberadas también eran comunes”. Además, insisten en que “la gravedad de la angustia” era mayor en aquellos que están detenidos durante períodos más largos.

El Comité Antitortura del Consejo de Europa (CPT, por sus siglas en inglés) tras una visita a diferentes centros de detención de inmigrantes como Brook House o Colnbrook, afirmó en un informe de 2023 que “el hecho mismo de que no exista un período máximo de detención y que las personas puedan ser detenidas durante varios años es un factor desencadenante del desarrollo de enfermedades mentales, independientemente de que la gran mayoría de las personas pasen menos de 28 días detenidas”.

De enero a septiembre de 2023, se registraron 291 incidentes de autolesión en centros de detención de inmigrantes en el país, según una petición de transparencia de una usuaria al Sistema Nacional de Salud británico (NHS por sus siglas en inglés), disponible en la herramienta de tramitación y consulta de solicitudes de información pública en el Reino Unido, WhatDoTheyKnow. El año anterior, 2022, en los doce meses, fueron 411. Estos datos no revelan el tipo o la gravedad de los incidentes, pero sí mencionan en cuántos casos se necesitó asistencia médica. En 2023, el 92,8% de esos casos (270 de 291) tuvieron que ser remitidos a especialistas de la salud, según los datos mencionados.

En los últimos años diferentes medios de comunicación también se han hecho eco de suicidios de inmigrantes dentro de los centros de detención. Uno de ellos fue Frank Ospina, un inmigrante colombiano al que encontraron sin vida en 2023, un mes después de que entrase en el centro de detención de inmigrantes. Según cuenta la BBC, Ospina era un licenciado en ingeniería de 39 años que fue al Reino Unido a ver a su madre, que residía allí, y también aprovechó el viaje para visitar universidades.

“Tras decidir finalmente inscribirse en un máster en España, el cual empezaba meses más tarde, aceptó un trabajo a corto plazo fregando platos, aunque al ser extranjero, no tenía permiso para trabajar en el Reino Unido”, afirma el artículo de la cadena pública británica. En una redada en el lugar donde trabajaba fue detenido y enviado al centro de detención de Colnbrook, el mismo centro en el que estuvo Alexandru Costea y el tercero con más incidentes de autolesión registrados entre enero y septiembre de 2023.

Allí permaneció un mes hasta que se quitó la vida. Ospina, según un reporte del Defensor del Pueblo para prisiones y libertad condicional del Reino Unido, organismo que realiza investigaciones independientes de las muertes producidas bajo custodia estatal, “estaba siendo monitoreado mediante procedimientos de prevención del suicidio y autolesiones, y debería haber sido revisado dos veces por hora”. Sin embargo, según el informe, esto no ocurrió, a pesar de que el funcionario de prisiones registró haberlo hecho. A esto hay que añadir que, según la investigación independiente, “el personal del centro debería haber alertado al Ministerio del Interior para que revisara si la detención continua de Ospina era apropiada”, algo que, afirman, tampoco sucedió.

Actualmente el Defensor del Pueblo tiene otras dos investigaciones en curso sobre las muertes de un hombre albanés y otro francés, ocurridas ambas en el centro de detención de inmigrantes Brook House, próximo al aeropuerto londinense de Gatwick.

Este centro fue protagonista, en septiembre de 2017, de un episodio del programa ‘Panorama’ titulado "Secretos de la inmigración en Gran Bretaña", emitido por la BBC. El programa mostraba imágenes de cámaras ocultas tomadas por un agente de ese centro. Según explica en un informe la organización Bail for Immigration Detainees, “destapaba numerosos incidentes de abuso verbal y físico a detenidos por parte de agentes, incluyendo un incidente en el que un agente pareció estrangular a un detenido que se encontraba bajo vigilancia constante en ese momento debido al riesgo de suicidio”. También se podía ver “al personal médico y a otros agentes de detención discutiendo cómo encubrir la agresión”, añaden.

Tras la emisión de la BBC, se abrió la primera investigación pública relacionada con abusos y malos tratos a personas detenidas en estos centros en el Reino Unido. La investigación formuló 33 recomendaciones sobre la detención de inmigrantes para evitar que se repitan episodios similares. En septiembre de 2024 la BBC recogió unas declaraciones de la jefa de investigación, Kate Eves, en las que denunciaba que “el Gobierno sólo ha aceptado una de las 33 recomendaciones realizadas en la investigación pública”.

Un guardia de seguridad camina por el ala de larga estancia en el Centro de Deportación de Inmigrantes de Colnbrook. AFP PHOTO/PETER MACDIARMID / POOL PETER MACDIARMID / POOL / AFP

La salud mental también tuvo un peso importante en un informe, publicado en 2016, sobre una revisión independiente de la situación del bienestar de las personas vulnerables detenidas en el país. La llevó a cabo Stephen Shaw, asesor independiente de quejas graves del Servicio de Fiscalía de la Corona que previamente desempeñó el cargo de defensor del Pueblo de Prisiones y Libertad Condicional de Inglaterra y Gales. 

De la parte del impacto en la salud mental de ese informe se encargó Mary Bosworth, profesora de criminología de la Universidad de Oxford y autora de libros como “Justicia en la cadena de suministro: La logística del control fronterizo británico”, donde habla, entre otros asuntos, sobre la precariedad a la que están sometidos muchos de los trabajadores que salvaguardan el sistema migratorio del país, privatizado en parte y gestionado por dos grandes grupos: Serco y Mitie. En el informe de Shaw, Bosworth insistió en el impacto de las detenciones en la salud mental y en cómo se puede agravar conforme se prolonga el tiempo de detención.

La investigación de Shaw concluye con 64 recomendaciones que el Gobierno británico debería implementar con el fin de mejorar el bienestar de las personas vulnerables en los centros de deportación de inmigrantes. De las 64 recomendaciones, el Ministerio del Interior británico asegura en respuesta a una petición de transparencia a Maldita.es que aceptó incorporar 57 recomendaciones pero rechazó 7: entre ellas, excluir absolutamente de la detención a mujeres embarazadas, revisar la política de acceso a internet en los centros para facilitar los trámites migratorios a los detenidos (como la solicitud de asilo) y que se puedan comunicar con su familia. Otra recomendación rechazada fue publicar regularmente estadísticas de las transferencias de personas entre centros de detención de corto plazo y los centros de deportación de inmigrantes (actualmente sólo se publican las entradas de inmigrantes al primer centro al que van y no es posible hacer un seguimiento como señala el Observatorio de la Migración de la Universidad de Oxford). 

Esta falta de transparencia en los datos también dificulta el trabajo de las diferentes organizaciones que visitan y prestan ayuda en los centros de detención de inmigrantes, como es el caso de Beyond Detention. “A menudo no nos enteramos del motivo por el que las personas salen del centro. No sabemos si las han enviado de vuelta a su país de origen o si las han liberado. Y eso es muy difícil para nuestro equipo porque no se consigue ningún tipo de cierre en los casos”, nos cuenta su CEO, Sam Price.

De las 20.422 personas que salieron de un centro de detención de inmigrantes en 2024 en el Reino Unido, un 34,2% estuvo más de 28 días detenido

Sam Price, CEO de la ONG británica Beyond Detention relata a Maldita.es su experiencia en las tres visitas semanales que hace a los inmigrantes detenidos del centro de Yarl´s Wood, en Bedford, uno de los siete centros de detención de inmigrantes que hay abiertos actualmente en el Reino Unido, sin contar los centros de detención de corto plazo. “Visitamos a la gente semana tras semana, y vemos cómo cambia todo: su lenguaje corporal, sus actitudes”, cuenta. 

Uno de los casos en los que más notó el impacto fue en un hombre que llevaba, afirma, alrededor de dos años detenido: “Tenía parte de la cara completamente desplomada, el impacto era físico pero creo que estaba completamente relacionado con su bienestar mental”. Ahora, dice, está fuera del centro, en silla de ruedas y a la espera de que el Ministerio del Interior británico resuelva su solicitud de asilo. También menciona las consecuencias de la detención en muchas mujeres. “Físicamente, sus períodos menstruales también se detienen cuando están ahí”, señala Price.

La recomendación número siete, de las 33 propuestas de la investigación pública sobre Brook House tiene que ver con el tiempo de detención de los inmigrantes en esos centros. “El Gobierno debe introducir en la legislación un límite temporal máximo de 28 días para la detención de cualquier individuo en un centro de deportación de inmigrantes”, afirma. 

En ese límite de 28 días también coincide la organización Liberty Human Rights en un artículo: :“La evidencia médica demuestra que la salud mental se deteriora tras tan solo un mes de detención, pero muchas personas en centros de detención migratoria permanecen retenidas durante meses, algunas incluso años”.

Según explica una publicación sobre detenciones en esos centros en el Reino Unido del Observatorio de la Migración de la Universidad de Oxford, hay otras instituciones y partidos británicos que han pedido introducir un límite a esas detenciones, como tienen otros países europeos. Sin embargo, “los ministros han argumentado que un límite temporal dificultaría la expulsión de personas que han infringido las leyes de inmigración y no abandonan el Reino Unido voluntariamente, incluidos los delincuentes extranjeros”.

Cuando una persona es detenida y enviada a uno de estos centros, indica el departamento de estadísticas de migración del Ministerio del Interior del Reino Unido a Maldita.es, la detención sólo puede continuar legalmente mientras exista una posibilidad real de expulsión de la persona del país en “un plazo razonable” de tiempo. 

Ese “plazo razonable de tiempo” no está definido: el 34,02% de todos los inmigrantes que salieron de esos centros en el Reino Unido en 2024 estuvieron más de 28 días encerrados, un porcentaje un poco más bajo que el año anterior (35,3%). Un 2,8% estuvo seis meses o más esperando a que tomasen una decisión: que lo dejen en libertad, que lo deporten o expulsen a su país o que lo dejen en libertad bajo fianza, es decir, permanecen en libertad mientras se decide qué ocurrirá con su caso.

En el único país de Europa sin límite temporal de detención de inmigrantes, 20.604 personas ingresaron en centros de detención migratoria sólo en 2024. Entre estos hay inmigrantes de todos los países, incluida la UE, que se consideran “ilegales” o “irregulares”, solicitantes de asilo o delincuentes extranjeros. Es un 12% más que el año anterior. En junio de 2024, en respuesta a una petición de información pública de una ciudadana, el Ministerio del Interior brítánico afirmó que la persona qué más tiempo había estado detenida en un centro pasó 1.131 días (más de tres años). “El Ministerio del Interior está tramitando la deportación de esta persona del Reino Unido”, concluía. 

Un manifestante sostiene un cartel frente a agentes de policía que custodian una valla, para bloquear el camino de acceso al centro de deportación de inmigrantes de Brook House, el 12 de junio de 2022. Niklas HALLE'N / AFP

Los países de la Unión Europea están sujetos a una directiva que establece un tiempo máximo de detención de seis meses, ampliable a 18 en circunstancias excepcionales. Algunos Estados miembros han reducido todavía más este tiempo. Por ejemplo, en España no se permite un internamiento de más de 60 días y en Francia se establece un tiempo máximo de 90 días.

​Stephen Shaw, además de sus recomendaciones, acabó el informe con una clara conclusión: “Hay demasiadas detenciones; la detención no es un medio particularmente eficaz para garantizar que quienes no tienen derecho a permanecer abandonen el Reino Unido; y muchas prácticas y procesos asociados con la detención necesitan una reforma urgente”.

Múltiples organizaciones de derechos humanos reclaman alternativas a la detención: más baratas que los centros y con efectos positivos en la salud física y mental de los inmigrantes

Las alternativas a la detención tampoco se reflejan en el cierre de centros de detención en el Reino Unido. Actualmente hay siete centros de detención de inmigrantes activos en el país pero en un futuro podría haber nueve, ya que el Gobierno plantea abrir dos más: Haslar y Campsfield, cerrados en 2015 y 2018 respectivamente. Para evitar la reapertura son muchas las organizaciones del país que hacen campaña: No Detention, No HaslarKeep Campsfield Closed (Mantened Campsfield cerrado). “Mientras estuve en Campsfield, vi a mucha gente luchar contra la depresión y un sistema diseñado para desmoralizar a la gente. Te tratan como si fueras un riesgo para la sociedad cuando lo único que intentas es alcanzar la seguridad y construir una vida”, dice un testimonio publicado en la web de campaña.

En el caso de Keep Campsfield Closed, se trata de una coalición de organizaciones que trabajan con inmigrantes, solicitantes de asilo y refugiados, de prevención del suicidio e incluso miembros del Partido Laboralista en localidades como Kidlington y Yarnton, cercanas al centro de Campsfield, en el Condado de Oxfordshire.

No obstante, a pesar de que la reapertura de ambos centros de detención fue anunciada por el anterior Gobierno conservador en 2022, el actual Gobierno laborista, liderado por Keir Starmer, pretende seguir con esos planes.

Imágenes publicadas por la coalición Keep Campsfield Closed en Instagram. A la izquierda, un hombre con la camiseta de la campaña en una protesta. A la derecha, un post pidiendo a la Ministra del Interior británica que deje el centro de detención de Campsfield cerrado.

Ya en 2018, Stephen Shaw, junto con su equipo de expertos, publicó un seguimiento del proceso de implementación de sus 64 recomendaciones. Aplaudía algunos progresos pero seguía añadiendo recomendaciones y pidiendo mejoras. “Parte de lo que digo en las páginas siguientes refleja muy bien al Ministerio del Interior, al Departamento de Salud y Asistencia Social y al Servicio Nacional de Salud de Inglaterra, sin embargo, he detectado una brecha entre las loables intenciones de los responsables políticos y la práctica real”, comenzaba ese informe.

Shaw reitera en ambos informes la necesidad de buscar alternativas a la detención: “Los programas de gestión de casos bien financiados y respaldados que ofrecen asesoramiento legal, vivienda y acceso a atención social y sanitaria tienen altos niveles de cumplimiento con todas las etapas del sistema de inmigración, incluida la expulsión”.

En el Reino Unido existen muchas organizaciones que piden explorar otros caminos alternativos. Una de ellas es Detention Action: “Necesitamos un sistema de inmigración basado en la cooperación, que respete la libertad de las personas y les garantice el acceso a la justicia”.

Para la CEO de Beyond Detention un proyecto exitoso alternativo a la detención de inmigrantes fue el dirigido por una organización local de Bedford, King 's Arms Project, que ofrecía una alternativa a la detención migratoria para inmigrantes y refugiados. “Se trataba de ofrecer asesoramiento legal para que las personas resolvieran sus problemas migratorios sin encarcelarlas”, explica.

Es un proyecto piloto que ha sido ampliamente estudiado y aplaudido por diversas organizaciones. Una de ellas es la Red Europea de Alternativas a la Detención. “Tiene como objetivo aportar evidencia sobre la eficacia de la ejecución de proyectos piloto sobre alternativas a la detención en nueve países europeos”, nos cuenta Carolina Gottardo, directora ejecutiva de Coalición Internacional contra la Detención, organización que coordina la red. Entre esos países se encuentra el Reino Unido.

El proyecto de detención alternativa de Bedford fue implementado con el apoyo del Ministerio del Interior británico y ACNUR, el Alto Comisariado de las Naciones Unidas para los Refugiados. “King 's Arms Project ha ayudado a 65 personas a acceder a asesoramiento legal. Al 80% de estas personas se les presentaron opciones viables para regularizar su estatus migratorio en el Reino Unido”, explican en su web.

“Hay tres beneficios y estamos demostrando que funciona”, explica Gottardo a Maldita.es. “El primero es, por supuesto, el bienestar y los derechos humanos de las personas. Cualquier persona estará mejor en la comunidad que en un centro de detención”. El segundo punto, dice Gottardo, es que las alternativas a la detención no afectan las tasas de cumplimiento. “A los gobiernos siempre les preocupa qué sucede si las personas no cumplen con las condiciones migratorias, y lo que intentamos demostrar es que las alternativas a la detención aún tienen muy buenas tasas de cumplimiento, porque las personas pueden estar en la comunidad, tener un gestor de casos, pueden estar en régimen de reclusión cruzada y no hay necesidad de detenerlas para lograr la resolución del caso”, añade. Cuando habla de resolución del caso se refiere a la regularización, visas temporales o el retorno voluntario.

Por último, para Gottardo el tercer punto tiene que ver con algo que, afirma, “también preocupa a los gobiernos”. Es el coste de la detención migratoria. “Las alternativas a la detención” , afirma, son mucho más económicas. Según un balance realizado por la organización que lo lideró, King´s Arms Project, es dos tercios más barato que lo que hubiese costado haber enviado a esas personas a un centro de detención de inmigrantes.

Detention Action, también ha estado dirigiendo desde 2014 el Proyecto de Apoyo Comunitario, “un programa alternativo a la detención que trabaja con personas que han experimentado o están en riesgo de ser detenidas”. Según los resultados proporcionados en su web, el proyecto “ha demostrado que, cuando se siguen los principios de gestión de casos, las alternativas pueden funcionar incluso en las situaciones más complejas, incluyendo a personas con antecedentes penales y dificultades para su expulsión”. Afirman que “el 95% de los participantes no ha reincidido desde su incorporación al proyecto y el 83% de los participantes lo ha completado con éxito”.

Con lo que no están de acuerdo ni Carolina Gottardo ni Sam Price es con el sistema de brazalete o grillete electrónico, que algunos gobiernos venden como una alternativa a las detenciones. Sam Price afirma que tuvieron un caso el año pasado con un antiguo detenido de Yarl´s Wood. Lo define como horrible. “Un hombre de China fue liberado con un brazalete electrónico, pero no tenía alojamiento, así que estaba en la calle, sin hogar. Era invierno y había nieve en el suelo. No tenía dónde cargar su etiqueta electrónica. Así que fue literalmente a una comisaría y dijo: «Por favor, arrésteme porque estoy violando mi fianza de inmigración»”. Sin embargo, afirma, no pasó nada.

Una opinión similar tiene Carolina Gottardo: “El Reino Unido es uno de los países que más utiliza tecnologías digitales, como el etiquetado y la monitorización electrónica y en Coalición Internacional de Detención lo consideramos una detención de facto, es una forma de detenerlas digitalmente, pero no es una alternativa”. Considera que esas personas se sienten estigmatizadas. “Conocemos casos de personas que no quieren salir a la calle porque sienten que las tratan como delincuentes. Algunas se retraen, lo que afecta su salud física y psicológica”, añade.  “No es una alternativa a la detención, sino una forma alternativa de detención”, concluye.

Stephen Shaw, que en la revisión de su informe en 2018 afirma que si bien es un mecanismo eficaz “para garantizar el cumplimiento de las restricciones legales”, a menos que se combine con la participación adicional de los trabajadores sociales, no contribuye a la reintegración comunitaria ni a la reducción de la reincidencia.

La presión del sistema migratorio y la posibilidad de ser expulsado del país también puede repercutir en la salud mental de los inmigrantes

“Todo es estresante. No puedes dormir por las noches, siempre pensando en el Ministerio del Interior, quizá quiera mandarme de vuelta a casa, hoy o mañana, nunca se sabe”, dice uno de los testimonios que recoge la Fundación Mental Health del Reino Unido en un informe sobre la salud mental de los solicitantes de asilo y refugiados en el país. 

Aquellos inmigrantes, solicitantes de asilo o refugiados que se encuentran a la espera de una decisión sobre sus solicitudes pueden experimentar momentos de estrés y trauma, explican en el informe, muchos de ellos, viniendo de países y situaciones complejas como puede ser una guerra.  

Una manifestante en una concentración cerca del centro de Brook House, el 12 de junio de 2022, cuando el Gobierno conservador pretendía deportar a solicitantes de asilo a Ruanda, plan que derogó el Gobierno de Keir Starmer. Niklas HALLE'N / AFP

La Fundación Mental Health también ha denunciado el estrés psicológico experimentado tras “los disturbios racistas del verano de 2024”, ocasionados después del asesinato de tres niñas en un centro multiusos de la localidad británica de Southport. “Tuvieron un impacto terrible en la salud mental de muchas personas que solicitaban asilo en el Reino Unido. Algunas nos comentaron que tenían miedo de abandonar su alojamiento, arriesgándose a un mayor aislamiento, y otras dijeron que temían ser atacadas caminando por la calle solo por el color de su piel”, explicaban a The Guardian.

Otras personas sienten que, debido a sus problemas migratorios que los tienen “en un limbo”, pueden perder todos sus derechos, incluída la residencia, después de haber vivido la mayor parte de su vida en el Reino Unido. “Sinceramente, no estoy durmiendo bien desde septiembre del año pasado porque tengo esta situación todo el tiempo en mi mente”, nos cuenta Amparo, nombre ficticio, en una videollamada. Llegó al Reino Unido desde España en 1977, con 19 años, y en 2024, cuando el médico en España, país donde se encontraba por motivos familiares, le pidió su estado migratorio, descubrió que ella también debía haber solicitado al Plan de Asentamiento de la Unión Europea (EU Settlement Scheme), el sistema migratorio para ciudadanos de la Unión Europea en el Reino Unido tras el Brexit. Ahora, se encuentra a la espera de que se decida su situación migratoria en el país donde pasó casi toda su vida.

Hazte maldito, Hazte maldita
Te necesitamos para combatir los bulos y la mentira: sólo juntos podemos pararla. En Maldita.es queremos darte herramientas para protegerte contra la desinformación, pero sólo con tu apoyo será posible.

Eres muy importante en esta batalla para que no nos la cuelen. Seguro que tienes conocimientos útiles para nuestra batalla contra los bulos. ¿Tienes conocimientos de idiomas? ¿Lo tuyo es la historia? ¿Sabes mucho sobre leyes? ¡Préstanos tu Superpoder y acabemos juntos con los bulos!

También puedes apoyarnos económicamente. Maldita.es una entidad sin ánimo de lucro y que sea sostenible e independiente, libre de publicidad y con profesionales bien remunerados dedicados a luchar, contigo, contra la desinformación depende de tu ayuda. Cada aportación cuenta, cualquier cantidad es importante.