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MALDITO BULO

La desinformación que asegura que existe “agua pura e inagotable” en el manto terrestre que podría abastecer a “toda la población mundial” para regadío y consumo humano

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Claves
→ Un vídeo asegura que el interior de la Tierra contiene agua pura e ilimitada que podría abastecer toda la población mundial, pero es falso
→ El agua que hay en el manto terrestre, situada a entre 410 y 660 kilómetros de profundidad, no es líquida ni se puede extraer porque está encerrada en los minerales. Tampoco se puede perforar hasta allí
→ El agua subterránea que sí podemos usar, la que guardan los acuíferos, no aflora del interior de la Tierra, sí es limitada y muchos acuíferos se están sobreexplotando
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El manto terrestre es, supuestamente, una fuente de agua pura e ilimitada con la que se podría abastecer toda la población mundial para regadío y para consumo humano. Ese agua brotaría desde el manto hacia arriba y llegaría a los manantiales. Son los argumentos que utiliza una narrativa desinformadora para decir que la Agenda 2030 controla a la población con la “falacia” de que el agua es un bien escaso. Pero es falsa: se sabe que hay agua dentro del manto terrestre, pero esta no aflora ni está disponible para su uso por los humanos. El agua dulce sí es un bien escaso, porque representa sólo un 3,5% del agua de la Tierra.

El agua que contiene el manto de la Tierra es inaccesible

El vídeo desinformador dice: “Se sabe que hay entre dos y tres veces más agua en el manto de la Tierra que en todos los océanos juntos”. Esta afirmación coincide con los hallazgos de un estudio publicado en 2014 en la revista científica Science, pero omite información clave: esta agua está atrapada en los minerales y no se puede extraer.

Según el estudio, los minerales del manto (la capa intermedia entre el núcleo y la superficie terrestre) tienen gran capacidad para almacenar agua, lo que implica que “pueda existir una reserva de agua a grandes profundidades”. Concretamente, esta reserva estaría en la zona de transición del manto, la frontera entre el manto superior y el manto inferior, a una profundidad de entre 410 y 660 kilómetros.

Los autores dijeron que “si sólo un 1% del peso del manto localizado en la zona de transición es agua, sería equivalente a casi tres veces la cantidad de agua de nuestros océanos”, como se lee en un artículo divulgativo del Departamento de Energía del Gobierno de Estados Unidos. Pero el mismo texto indica que esta agua “no es agua líquida, ni hielo ni vapor”, sino que “los ingredientes del agua están ligados a la rocadentro de los minerales.

¿Hay agua en el manto? Sí, pero ese agua está en los minerales, no se puede sacar”, resume Rafael Marín Bellido, geólogo e ingeniero geotécnico que ha prestado sus superpoderes a Maldita.es. Otro motivo por el que es imposible extraer esa agua del manto es la gran profundidad a la que se encuentra (como decimos, a entre 410 y 660 km). “Ninguna perforación ha llegado al manto de la Tierra”, contesta a Maldita.es Carlos Álvarez, geólogo retirado presidente de la organización Geología, sociedad y desarrollo (Geosen).

"No hemos llegado a perforar lo suficiente la litosfera (...) para andar pensando en extraer algo directamente del manto. (...) Nadie en el mundo tiene la capacidad de extraer agua del manto", coincide Francisco Javier Fernández Naranjo, geólogo del Instituto Geológico y Minero de España (IGME) especializado en geoambiente y minería ambiental y maldito que nos ha prestado sus superpoderes. *

El vídeo también muestra un titular diciendo que una marca azul encontrada en un diamante es una prueba de la presencia de agua en la zona de transición del manto. Pero, una vez más, la noticia indica que “esta agua está unida químicamente a la estructura de los minerales y no fluye como un océano real”.

Que el manto terrestre contiene grandes volúmenes de agua no es desconocido ni se ha ocultado por la comunidad científica. Por ejemplo, esta investigación analiza cómo la stishovita, un mineral abundante en las placas litosféricas arrastradas más de 270 km bajo el fondo del océano, puede albergar y transportar agua hacia el manto inferior. También se estudia este fenómeno como una característica de los planetas rocosos, como Marte.

El agua del manto no aflora a la superficie: los acuíferos se recargan con agua de lluvia y pueden sobreexplotarse

Esta agua alojada en el manto no “aflora” a la superficie en los manantiales en lo alto de la montaña como asegura el vídeo desinformador. “El agua de los manantiales viene de la lluvia que se infiltra, de la nieve, etc. El agua del mar se evapora, llueve, se infiltra y cae. El agua siempre va de arriba a abajo, menos en los manantiales hidrotermales que al calentarse sube en forma de vapor y al condensarse sale líquida”, explica Rafael Marín.

Marín Bellido y Álvarez coinciden en que esta narrativa lanza el mensaje de que el agua subterránea en general (no sólo la que está en las profundidades del manto terrestre, sino también la que contienen los acuíferos en la corteza y que ya se utiliza actualmente para el consumo humano y la agricultura) es inagotable.

“Ahí reside probablemente la mayor falacia”, indica también Ángela Lara García, de la Fundación Nueva Cultura del Agua y maldita que nos ha prestado sus superpoderes. “Los acuíferos son los grandes almacenes de agua naturales (...). Resulta complejo saber con certeza cuánto han descendido sus niveles y cuánta agua queda almacenada. Lo que sí se estima es la cantidad de agua que recargan y la cantidad que se extrae”, cuenta.

Si se saca más agua de la que entra, se agota, como está pasando en el acuífero 23 que es el que aporta agua a las Tablas de Daimiel, por ejemplo”, continúa Bellido coincidiendo con Ángela Lara, que añade el ejemplo de Doñana. “El agua subterránea, la de los acuíferos, no proviene del manto. La sobreexplotación de estos (La Mancha, Doñana, etc.) es la que produce escasez de este recurso”, subraya en el mismo sentido Carlos Álvarez.

Por su parte, Fernández Naranjo dice que esta desinformación mezcla "churras con merinas": "Es cierto que existen acuíferos profundos (en la litosfera, profundos pero siempre en la corteza, no en el manto) pero dudo incluso que estos interesen ser explotados debido a su hipersalinidad (que puede llegar a ser incluso mayor que la del agua de mar) y que en ocasiones pueden contener componentes radiactivos", explica. *

Sólo el 0,5% del agua del planeta es agua dulce disponible para los humanos

El vídeo desinformador habla de agua “inagotable” en el manto terrestre para argumentar que la Agenda 2030, concretamente su sexto objetivo de desarrollo sostenible Agua limpia y saneamiento, está basado en “la falacia de que el agua es un bien escaso”.

En la Tierra abunda el agua, pero en torno al 97% del total está en los océanos y es demasiado salada para para el consumo humano, para la agricultura y para la mayoría de procesos industriales, explica esta web del Gobierno estadounidense. “El agua en sí no es un bien escaso, lo que es escasa es el agua que nos resulta útil, es decir, el agua dulce accesible”, cuenta Ángela Lara.

De ese 3% de agua dulce restante, en torno a un 80% está encerrada en glaciares y casquetes polares, la atmósfera y el suelo, o bien altamente contaminada, o se encuentra demasiado profunda para ser extraída a un coste asequible, de forma que sólo el 0,5% del agua del mundo es agua dulce disponible, continúa la web divulgativa, actualizada por última vez en abril de 2020.

Hay formas de aprovechar el agua salada, pero con numerosos retos: “La desalación, por ejemplo, es una alternativa cada vez más usada, pero tiene unos costes energéticos que tanto tecnológica como ambiental y económicamente son difíciles de afrontar. De hecho, su uso para agricultura está subvencionado porque si no sería imposible para los agricultores afrontar el coste real de extraer agua desalada”, explica Ángela Lara. “Agua hay mucha, pero no en las condiciones que la necesitamos y al precio que podemos pagar por obtenerla”, concluye.

Además, tanto Ángela Lara como Rafael Marín recuerdan que en el planeta Tierra todos los recursos se consideran finitos. “Es un sistema cerrado”, indica Ángela Lara. “No es inagotable nada que exista en el planeta”, concluye Marín.

Lee completas las metas del Objetivo 6 de la Agenda 2030

De aquí a 2030, lograr el acceso universal y equitativo al agua potable a un precio asequible para todos.

De aquí a 2030, lograr el acceso a servicios de saneamiento e higiene adecuados y equitativos para todos y poner fin a la defecación al aire libre, prestando especial atención a las necesidades de las mujeres y las niñas y las personas en situaciones de vulnerabilidad.

De aquí a 2030, mejorar la calidad del agua reduciendo la contaminación, eliminando el vertimiento y minimizando la emisión de productos químicos y materiales peligrosos, reduciendo a la mitad el porcentaje de aguas residuales sin tratar y aumentando considerablemente el reciclado y la reutilización sin riesgos a nivel mundial.

De aquí a 2030, aumentar considerablemente el uso eficiente de los recursos hídricos en todos los sectores y asegurar la sostenibilidad de la extracción y el abastecimiento de agua dulce para hacer frente a la escasez de agua y reducir considerablemente el número de personas que sufren falta de agua.

De aquí a 2030, implementar la gestión integrada de los recursos hídricos a todos los niveles, incluso mediante la cooperación transfronteriza, según proceda.

De aquí a 2020, proteger y restablecer los ecosistemas relacionados con el agua, incluidos los bosques, las montañas, los humedales, los ríos, los acuíferos y los lagos.

De aquí a 2030, ampliar la cooperación internacional y el apoyo prestado a los países en desarrollo para la creación de capacidad en actividades y programas relativos al agua y el saneamiento, como los de captación de agua, desalinización, uso eficiente de los recursos hídricos, tratamiento de aguas residuales, reciclado y tecnologías de reutilización.

Apoyar y fortalecer la participación de las comunidades locales en la mejora de la gestión del agua y el saneamiento.

Fuente: Naciones Unidas

* Actualización el 13 de julio de 2023 para incluir las aportaciones del experto Francisco Javier Fernández Naranjo.

En este artículo han colaborado con sus superpoderes los malditos Rafael Marín Bellido y Francisco Javier Fernández Naranjo y la maldita Ángela Lara García.

Ángela Lara forma parte de Superpoderosas, un proyecto de Maldita.es en colaboración con FECYT que busca aumentar la presencia de científicas y expertas en el discurso público a través de la colaboración en la lucha contra la desinformación.

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