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En los últimos días circulan diferentes contenidos que difunden un texto firmado por ingenieros agrónomos que atribuye la situación crítica a la que se enfrenta el Mar Menor a los vertidos de aguas residuales, frente a gran parte de la literatura científica que demuestra que la crisis ecológica de esta albufera murciana es principalmente consecuencia directa de la agricultura intensiva de la zona. En Maldita.es os explicamos de dónde surge este relato que se opone a las evidencias científicas existentes y sus relaciones con las organizaciones agricultoras de la zona.*
Un estudio que contradice la literatura científica
Estos contenidos surgen a raíz de la publicación del documento llamado “Estudio técnico de caracterización del perfil de nutrientes de la rambla del Albujón y su relación con la Edar de Torre Pacheco”, un informe realizado por la agrupación AgroIngenieros por el Mar Menor, que se define a sí misma como una “agrupación de 250 personas entre ingenieros técnicos y Agrónomos del Campo de Cartagena” cuyo objetivo es “ayudar en la recuperación del Mar Menor”.
El documento, publicado The Objective bajo el titular “Demuestran que la situación del Mar Menor se debe a las aguas residuales, no a la agricultura”, incide en la idea de que “la presencia casi contínua de materia orgánica”, que es “clave para la posterior descomposición y reducción de oxígeno en la columna de agua”, tiene su procedencia, principalmente, en los vertidos de las aguas residuales no tratadas.
Una afirmación que contradice la literatura y opinión científica que atribuye la crisis ecológica del Mar Menor al exceso de nitrato, componente clave para el enriquecimiento excesivo en nutrientes del agua que sufre la albufera y que es fruto, de forma mayoritaria, de la presencia de la agricultura intensiva de la zona, como explicamos en Maldita.es.
Julia Martínez Fernández, directora técnica de la Fundación Nueva Cultura del Agua, cita el estudio de esta agrupación de ingenieros en su informe El Mar Menor. Falacias y realidades y señala: “Frente a este tipo de mensajes, hay que recordar que el origen mayoritariamente agrario de los nutrientes que alcanzan la laguna está bien establecido”. En el texto añade resultados de diferentes estudios que apuntan a la agricultura intensiva de la zona como principal causante de la crisis ecológica de la laguna.
En declaraciones a Maldita.es, la bióloga destaca que “es un informe parcial” ya que no compara las aguas residuales con otras fuente de nutrientes, como lo es la actividad agraria “que de acuerdo con la información científica disponible, es la fuente mayoritaria” de nitratos.
Martínez apunta que, en lo relativo a las cuencas agrarias intensivas, existen problemas de contaminación por nutrientes de las aguas y la eutrofización, que es el proceso por el cual el enriquecimiento excesivo en nutrientes da lugar a un crecimiento excesivo de algas que desestabiliza el ecosistema acuático y da lugar a la conocida como sopa verde.
“En todos esos casos, la fuente mayoritaria de los nutrientes que contaminan son las actividades agrarias intensivas”, detalla la bióloga, que ve cómo esta tendencia se reproduce en el Campo de Cartagena. “Pretender que aquí tenemos una cuenca agraria intensiva, tenemos contaminación por nitratos y eutrofización pero que lo primero no es la principal responsable de lo segundo va en contra de las evidencias en todo el mundo. No se sostiene científicamente”, afirma.
Desde Maldita.es también nos hemos puesto en contacto con la Entidad de Saneamiento y Depuración de Aguas Residuales de la Región de Murcia (ESAMUR), que entiende que afirmar que compuestos como el amonio o el fósforo solo pueden venir de las aguas residuales “es una rotunda falsedad y manifiesta la mala fe de ese informe”, y apunta a la variación de los parámetros medidos en cada una de las muestras como un síntoma de “una nula planificación y falta de rigurosidad”.
“Pretender, mediante únicamente 9 analíticas hechas por ellos y alguna otra recogida de otras partes, y la mayoría de ellas además en circunstancias excepcionales como son las lluvias, haber descubierto la problemática de un sistema tan complejo como es el Mar Menor, creo que es algo que difícilmente puede tomarse en serio”, argumenta la entidad, que incide en que este texto tiene “el claro intento de desviar la atención” del trabajo científico ya realizado.
Conexiones con la Fundación Ingenio, principal organización agrícola del Campo de Cartagena
En un texto previo a la presentación de este informe, la asociación de ingenieros agrónomos asegura que no busca “culpables” ni va “contra nadie”. “Somos ingenieros, no interpretamos. Lo importante son los datos, no el informe en sí”, reza el comunicado, que incide en la idea de que la agricultura es “un sector estigmatizado de ser el único responsable en la degradación del Mar Menor”.
Si bien, en otro comunicado firmado por 250 agroingenieros, la asociación incide en que “el foco se ha dirigido unidireccionalmente a la agricultura para ocultar otras actividades que presionan la laguna. Este es el último ejemplo de la manipulación de masas y la creación del pensamiento único”, y denuncia que “el sector agrícola ha sido el más regulado y perseguido por parte de la Administración”.
El autor del informe, el ingeniero agrónomo Pedro Fernández Molina, no es la primera vez que atribuye la crisis ecológica del Mar Menor a otras causas diferentes a la agricultura. Ya en 2021, a raíz de una nota de prensa de la Fundación Ingenio, Fernández llegó a asegurar que “sin ningún margen de duda, que el Mar Menor no está eutrofizado”, que “la muerte de peces y otras especies no se ha debido a los nitratos” y que son solo “un factor más en la suma” de la crisis ecológica del Mar Menor.
No fue la única vez que el ingeniero agrónomo ha colaborado con esta fundación. Los resultados del informe sobre las aguas residuales que se difunden fueron presentados, durante una jornada que tuvo lugar en la sede del Parlamento Europeo en Bruselas, también por la Fundación Ingenio. Una organización formada en 2020 y que aglutina a 40 empresas y cooperativas agrícolas que forman el 80% de los agricultores del Campo de Cartagena.
Entre sus propuestas se encuentra el Anillo Protector Ambiental, principal proyecto de la Fundación Ingenio en el Mar Menor, que apuesta por aportar una “solución definitiva” que no pasa “por destruir la actividad que representa el motor socio-económico de la Región de Murcia y el Campo de Cartagena”, ya que argumentan que “la agricultura no es el problema del Mar Menor, sino parte de la solución”.
Los nitratos derivados de la agricultura, principal preocupación del Instituto Español de Oceanografía
El Instituto Español de Oceanografía, en su Informe de síntesis sobre el estado actual del Mar Menor y sus causas en relación a los contenidos de nutrientes, incide en que la crisis ecológica a la que se enfrentó el Mar Menor en 2016, la conocida como sopa verde, encuentra “un factor crucial” en la entrada continuada de nutrientes aplicados “desde hace décadas” por vía superficial y subterránea, que se ha visto agravada por la expansión de la agricultura en la zona.
Especialmente este vertido se ha realizado a través de la rambla del Albujón, donde el informe detalla que han accedido durante décadas “excedentes” del riego del Campo de Cartagena, “los efluentes de la depuradora de Los Alcázares hasta marzo de 2014 y las descargas, muchas de ellas ilegales de las aguas de rechazo de desalobradoras o salmueras, ricas en nitratos”, el “principal compuesto procedente de la actividad agrícola”
En concreto, el documento apunta a que el Mar Menor lleva recibiendo desde 1980 grandes cantidades de materia orgánica procedentes de diferentes vertidos. Aunque entre ellos se encuentran las aguas residuales urbanas, el texto incide en que estas se encuentran “actualmente prácticamente suprimidas, salvo episodios de lluvias y vertidos puntuales”, y apunta a que esta presencia de materia orgánica se debe “sobre todo” a “ los flujos contaminantes tanto difusos como puntuales, procedentes de la actividad agraria y agropecuaria del Campo de Cartagena”.
Además, tras el paso de la DANA que dio lugar a otra crisis ecológica del Mar Menor en 2019, donde el el agua arrastrada procedente de la lluvia se mezcló con la de la albufera, las mediciones de las muestras de agua arrojaban “ concentraciones de nitratos en torno a 13 mg/L, cien veces por encima de las que se pueden considerar ‘normales’”. Del mismo modo, entre las estimaciones se recogía la entrada de aproximadamente 1.000 toneladas de nitratos en la albufera.
En otro informe realizado por el Instituto Español de Oceanografía, Nuevo evento de mortalidad masiva de organismos marinos en el mar menor: contexto y factores, la institución recogía entre las conclusiones sobre la crisis que sufrió la albufera en 2021 que “de acuerdo con la gran cantidad de literatura científica”, este evento tiene su causa en los los “aportes masivos y casi continuos de nutrientes y materia orgánica”, que en el caso del Mar Menor cuenta “con especial contribución por parte de la actividad relacionada con la agricultura intensiva del campo de Cartagena y en menor proporción, pero no desdeñable, con las poblaciones ribereñas”.
*Pieza actualizada el 01/08/2022 para incluir las declaraciones de ESAMUR.
Primera fecha de publicación de este artículo: 29/07/2022
