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MALDITA TECNOLOGÍA

Homescapes y otros llamamientos a juegos gratuitos en redes sociales que te enganchan a ti y a tus datos

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A muchos de vosotros os salen anuncios en vuestras redes sociales de juegos gratuitos que enganchan hasta decir basta. Uno que aparece recurrentemente es el de Gardenscapes o el de Homescapes, de la familia de juegos de Playrix, y que llevan ya más de 100 millones de descargas en Android. No hay mejor ejemplo para contaros que estos juegos son gratuitos y de ahí que puedan sacar beneficios de otros sitios. ¿Por ejemplo? De la información personal que obtienen sobre sus usuarios.

Esto no quita que sea una práctica legal, ojo. Estas aplicaciones tienen políticas de privacidad que avisan de que recogen una cierta cantidad de datos de nuestra experiencia de juego y nuestros dispositivos para luego colocar publicidad en él o en otros servicios. De modo que al descargarlos y jugar, estamos dando nuestro consentimiento a que se recojan con un objetivo normalmente marcado: los perfiles publicitarios.

Todo sirve: desde el sitio desde el que juegas a cuánto tiempo pasas jugando

Cuando descargas y comienzas a jugar en una aplicación así, puedes hacerlo consciente o no de que va a recoger cierto tipo de datos Obviamente, van a querer saber cómo avanzo en el juego, ¿no? Si paso de niveles, si compro cosas, si juego con alguien o solo... Todo con la idea de mejorar nuestra experiencia en el juego.

La familia de juegos de Playrix guarda datos de lo que le damos conscientemente al empezar a jugar o registrarnos: email o nombre o nick y los comentarios o mensajes que mandes. A la vez, registran el tipo de dispositivo desde el que nos conectamos: si es un ordenador u móvil, de qué marca, la dirección IP, el idioma y activa diferentes rastreadores y por supuesto cookies. A grandes rasgos también saben dónde nos encontramos físicamente (eso si no concedes acceso directo a la geolocalización).

Si accedes a través de Facebook o Google o una vez iniciado el juego te conectas a una red social, la empresa también puede obtener datos como tu email, tu nombre en la red social y también tu foto de perfil, de modo que ya te pone cara aunque utilices un nick falso. Muchas aplicaciones y juegos se conectan de esta manera.

En el caso de este juego concreto, lo pide constantemente mientras vas jugando. Incita a hacerlo con regalos y promesas de vidas extra o recompensas con la premisa de formar "comunidades" pero, por norma general, el acceso a tus redes sociales es más valioso.

Otro de los factores clave de leer la Política de Privacidad de este tipo de juegos es que a pesar de anunciarse en redes sociales como Instagram o Facebook, pueden tener límite de edad de uso. En este caso concreto, si eres menor de 16 años no puedes usar el juego, pero es muy probable que la mayoría de adolescentes que puedan jugar a él no lo sepan y, sin embargo, la compañía en cuestión ya cuenta con cierta información.

Un modelo de negocio probado para las aplicaciones y juegos gratuitos

Por norma, la mayor parte de los juegos gratuitos y aplicaciones similares hacen recopilaciones ingentes de datos personales con fines de márketing. Su modelo de negocio se puede asemejar con una gran fábrica donde los usuarios somos los trabajadores: entramos cada día a ella a producir contenido e interacciones que van desde los 'me gusta' y las cosas que compartimos a las cosas que se cogen sin que lo sepamos, como los rastreadores y a lo mejor nuestra ubicación.

Ahí entra en juego la tecnología que no vemos, los sistemas que lo organizan todo. Uno de los estudios que describen este modelo lo cuenta tal cual: "La materia prima principal en el proceso (los datos, el contenido y los metadatos) son los objetos de trabajo y están creados por humanos, pero el trabajo en sí en realidad lo llevan a cabo algoritmos".

Esquema de recogida de datos del estudio How consumers are exploited by the online advertising industry. Los "datos de consumidores" vienen de fuentes como las redes sociales, las transacciones de tarjetas o el historial de navegación.

Toda esa "producción" que nosotros hacemos a través de las aplicaciones y las redes sociales que frecuentamos la analizan sistemas automatizados hasta formar paquetes de datos que van asociados a mi persona y que pasan por distintas fases de distribución al salir de la fábrica. ¿Dónde llegan a parar? Normalmente, a los data brokers, las compañías intermediaras de las que te hablamos aquí, que luego los venden a otras empresas.

La fábrica, además, nunca para. Nuestros gustos y nuestra forma de interactuar con aplicaciones y redes sociales van cambiando y eso también se tiene en cuenta. Otro gran estudio publicado en 2020 sobre este modelo de negocio en aplicaciones habla directamente de consumidores "explotados" por la industria publicitaria.

¿Que a dónde vamos a parar con todo esto? A que en efecto, el modelo económico actual basado en nuestros datos personales es extremo y ganar conciencia de la información que regalamos continuamente a las compañías es vital para hacer un uso responsable y sano de la tecnología.

Descargar un juego gratuito para entretenernos no está mal siempre y cuando seamos conscientes de que al hacerlo estamos cediendo una parte de nuestro información personal que hace que la fábrica siga en funcionamiento para que se beneficien todo tipo de empresas, y que en algunas ocasiones lo que nos piden va a ser más abusivo que en otras.

Primera fecha de publicación de este artículo: 27/06/2020.

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