Casi la mitad de los adultos han sufrido por lo menos una cefalea en el último año, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). El dolor de cabeza es uno de los trastornos más comunes del sistema nervioso y, en algunas ocasiones, puede resultar incapacitante. Os explicamos por qué se produce, qué tipos de cefaleas existen y en qué casos es aconsejable acudir a un especialista.
¿Por qué nos duele la cabeza?
Que te duela la cabeza no significa que te duela el cerebro (que carece de receptores del dolor), según subraya a Maldita.es Jose Ángel Morales García, doctor en neurobiología y maldito que nos ha prestado sus superpoderes.
Pero entonces, ¿por qué se producen las cefaleas? El experto explica que el tejido nervioso central está rodeado de varias capas protectoras de tejido óseo y tejido conjuntivo, y su interior está recorrido por una gran red de vasos sanguíneos. “Todos estos componentes sí son capaces de sentir dolor”, afirma.
Las causas que activan los receptores del dolor de estas estructuras son infinitas y variopintas: “Desde una intoxicación alcohólica porque te has pasado con las cañas del domingo hasta problemas muy graves como hipertensión o tumores cerebrales, pasando por problemas de ansiedad, nerviosismo…”, señala el experto.
Las cefaleas pueden clasificarse en primarias o secundarias
Existen más de 200 tipos de dolores de cabeza, tal y como señala a Maldita.es Pablo Irimia, Coordinador del Grupo de Estudio de Cefaleas de la Sociedad Española de Neurología, y recoge la Clasificación Internacional de las Cefaleas.
Las cefaleas se clasifican en dos grupos, según sus causas: primarias y secundarias. Amaia Ochoa de Amezaga, experta en neurociencias y maldita que nos ha prestado sus superpoderes, explica a Maldita.es que en el primer caso, “no existe una causa estructural o metabólica que explique la sintomatología”. En el segundo, “el dolor es un síntoma de otra patología subyacente”.
“Los dolores de cabeza son increíblemente heterogéneos, abarcando un espectro de dolor inmensamente variado, lo que ha provocado que muchas veces sea muy difícil hacer un buen diagnóstico de las razones por las que ocurren”, asegura.
La migraña y la cefalea tensional son los dolores de cabeza más comunes
Los dos tipos de dolor de cabeza más frecuentes, según Irimia, son la migraña y la cefalea tensional. “La migraña afecta al 12% de la población general, es la primera causa de discapacidad entre los 16 y 50 años y afecta con mucha más frecuencia a mujeres”, señala el experto.
Esta cefalea primaria “suele caracterizarse por un dolor en un lado de la cabeza (hemicraneal) que los pacientes describen como una pulsación o latido y que puede acompañarse de náuseas, vómitos y sensibilidad aumentada a la luz y el ruido”. Además, puede empeorar después de realizar ciertas actividades físicas.
Una investigación publicada en la revista científica The Lancet Neurology indica que la migraña es una causa importante de discapacidad en todo el mundo. Tal y como señala la OMS, este tipo de cefalea a menudo dura toda la vida y se caracteriza por episodios recurrentes.
La cefalea tensional es el dolor de cabeza más frecuente, según un artículo publicado en British Medical Journal (BMJ). Pero, en este caso, Irimia subraya que el dolor es más leve y no se acompaña de vómitos y empeora con la actividad física. “Mientras que los pacientes con migraña suelen tener una gran incapacidad durante los episodios, en la cefalea tensional el dolor es generalmente más leve y menos incapacitante. Eso sí, cuándo es muy persistente provoca importantes limitaciones”, afirma.
El paciente a menudo describe esta cefalea como una especie de banda de presión alrededor de la cabeza, según la OMS. El organismo sostiene que este dolor puede guardar relación con el estrés o con problemas osteomusculares del cuello.
Algunos tipos de dolor de cabeza también afectan a la cara
Aparte de las migrañas y de la cefalea tensional, existen muchos otros tipos de dolor de cabeza. Almudena Layos-Romero, neuróloga especialista en cefaleas del Hospital General Universitario de Albacete, menciona, por ejemplo, la cefalea en racimos.
“Se caracteriza por varios episodios al día de dolor intenso, normalmente en el mismo lado de la cabeza, y se acompaña de síntomas como ojo rojo, lagrimeo o caída del párpado”, afirma a Maldita.es. Un estudio publicado en BMJ indica que la cefalea en racimo es un dolor de cabeza insoportablemente doloroso, que supone una carga excepcional para las personas afectadas.
Layos-Romero también hace referencia a un tipo de dolor facial muy intenso denominado neuralgia del trigémino: “En este caso, el tipo de dolor es distinto, más quemante, en forma de calambres breves pero muy intensos y sostenidos en el tiempo, que impiden mover correctamente la boca para comer o hablar”. El riesgo de padecer esta cefalea “aumenta con la edad, pero puede aparecer en jóvenes y se puede asociar a enfermedades neurológicas como la esclerosis múltiple”.
¿Podemos identificar qué nos ocurre dependiendo de qué zona de la cabeza nos duele?
La localización del dolor es una de las preguntas clave que se le hace a los pacientes con cefalea, según Irimia. Mientras que la migraña suele afectar a un lado de la cabeza, “en la cefalea tensional el dolor suele ser generalizado (como cuando un casco que oprime la cabeza)”.
Algunos tipos de cefalea afectan a otras zonas concretas de la cabeza. El neurólogo pone como ejemplo la cefalea numular, en la que el paciente suele describir un dolor muy localizado y con forma circular en la zona parietal, o la cefalea punzante, que también provoca dolor en puntos concretos de la cabeza, de localización cambiante.
Cuándo es recomendable acudir a un especialista
Aunque, en la mayoría de los casos, el dolor de cabeza no representa gravedad y es transitorio y tratable con analgésicos, en ocasiones funciona como una advertencia, según Ochoa: “Puede ser un indicio de que algo no funciona correctamente y ayudar al médico que los trate a ponerte en la pista de otra enfermedad más grave”.
¿Cuándo sería recomendable acudir a un especialista? La experta en neurociencias cita algunos consejos de la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard: si se produce un cambio importante en el patrón del dolor, si este incrementa al toser o moverse, si empeora de manera sostenida e impide realizar algunas actividades diarias, si aparece después de un golpe o si está acompañado de fiebre, confusión o rigidez en el cuello.
En este artículo han colaborado con sus superpoderes los malditos Amaia Ochoa de Amezaga y Jose Ángel Morales García. Si tienes conocimientos y quieres formar parte de este equipo para ayudarnos a parar los bulos, escríbenos a [email protected].
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Primera fecha de publicación de este artículo: 17/05/2022