Hace unas semanas os explicamos por qué los perros se asustan con los petardos y fuegos artificiales. Ahora, coincidiendo con las tormentas y lluvias torrenciales en distintos puntos de España, nos habéis preguntado por qué se asustan con las tormentas. Normalmente influye si el perro ha sido o no expuesto a los ruidos provocados por estos fenómenos meteorológicos cuando era un cachorro. Aunque también pueden contribuir otros factores. Os contamos cómo se trabaja este tipo de fobia y de qué forma es aconsejable actuar durante una tormenta.
La falta de exposición a las tormentas en las primeras semanas de vida puede provocar esta fobia
No todos los perros se asustan de las tormentas, tal y como afirma nuestro maldito Enrique Sebastián Alcántara, adiestrador profesional de perros y especialista en modificación de conducta. Según cuenta, los cachorros no suelen asustarse. “Es muy habitual que perros que ignoraban las tormentas cuando eran cachorros se asusten al llegar a adultos”, explica.
Batyah Ben David, etóloga del servicio de comportamiento animal de la Universidad Complutense de Madrid, indica a Maldita.es que puede influir una exposición deficiente a diversos estímulos durante el periodo sensible, comúnmente conocido como periodo de socialización. Esta etapa dura desde las tres a las 12 semanas de vida: “Si un perro, en la fase de su vida en la que no tiene miedo, no es expuesto a este tipo de sonidos, más adelante serán totalmente alienígenas para él y le causarán miedo”.
Cuando se produce una tormenta, hay muchos cambios que nosotros no percibimos, según la etóloga: “Presión, humedad, olores extraños, aumento de la electricidad estática…”. Cualquiera de ellos “puede incomodar al perro, haciendo que esté más sensible y, por tanto, más impresionable”.
Ben David lo compara con “cuando estamos nerviosos por un examen y cualquier cosa que ocurre o nos piden se nos hace un mundo”. Además, hay que tener en cuenta “el hecho de que su espectro auditivo es más amplio y puede que los truenos suenen terroríficos para ellos”.
Un artículo publicado en la revista Today's Veterinary Practice indica que los perros con fobia a las tormentas pueden reaccionar con ansiedad o miedo al viento, la lluvia, los truenos, los relámpagos y otros estímulos asociados, incluidos los cambios de presión barométrica, el "olor a lluvia", la electricidad estática e incluso la hora del día.
Los investigadores explican que, ante estos estímulos, los perros pueden esconderse o permanecer cerca del dueño, temblar, babear de forma abundante o incluso tratar de escapar.
¿Cómo se trabaja este tipo de fobia en perros?
Para evitar esta fobia, Alcántara recomienda “someter al perro a estímulos desde cachorro”. Si se trata de un animal que ya llega a casa siendo adulto, “habría que ver cuál es el nivel de miedo y actuar en consecuencia”.
En este caso, lo mejor sería contratar a un profesional del comportamiento animal "preferiblemente con experiencia o al menos formación demostrable en modificación de conducta en perros con miedos”.
“El tema de los miedos en perros es muy complejo. Hay que conocer el caso, evaluarlo y a partir de ahí abordar un plan de trabajo concreto”, indica. Al hacerlo, “con algunos perros se consigue que desaparezca el miedo y con otros, al menos, que mejore mucho”.
Una revisión publicada en la revista Veterinary World sobre la fobia a los ruidos en los perros indica que la efectividad del tratamiento depende de varios factores. Entre ellos, están la gravedad de la fobia, cuánto tiempo la ha tenido la mascota, si es continua, estacional o impredecible, y la cantidad de tiempo que el propietario está dispuesto a dedicar a las técnicas de modificación del comportamiento.
La fobia a ruidos, según Ben David, suele tener “algún otro tipo de problema de comportamiento subyacente”. La etóloga coincide en que lo ideal sería recurrir a un experto que haga una evaluación completa de cada animal.
“Hay perros que tienen miedo porque son inseguros, otros porque no se sienten seguros con sus tutores, otros por estrés post-traumático…”, comenta. Las técnicas de modificación de conducta “deben ser distintas para cada caso”.
Es importante tener en cuenta que “un miedo no se resuelve por sí mismo”: “Al perro no ‘se le pasará’. Al contrario, irá cada vez a peor”. La experta asegura que cuanto antes lo trate un especialista y le enseñe al tutor como ayudar a su perro, “menos trabajo y esfuerzo habrá que poner al asunto”. En casos graves, puede ser “indispensable” el uso de medicación para evitar el sufrimiento del perro, que en ocasiones produce consecuencias en su estado de salud físico.
La etóloga insiste en que todas las fobias deben tratarse con “mucha paciencia, respeto y amor al animal”: “Ante todo no debemos utilizar la fuerza ni ningún método de castigo. Un animal asustado y que está sufriendo emocionalmente sólo se verá perjudicado si se emplean métodos aversivos como los collares eléctricos, de ahorque, golpear e incluso forzar al perro a ‘superar’ su miedo dejándolo totalmente expuesto a la tormenta”. Este último método se llama “técnica de inundación” y es “muy peligroso”. “En la mayoría de los casos lo único que se consigue es empeorar el problema”, añade.
Bajar las persianas y poner música relajante: cómo actuar durante una tormenta
¿Se puede seguir algún consejo en el momento de la tormenta si nuestro perro se asusta mucho? “Lo ideal es resguardar la casa de los ruidos externos. Bajar persianas, poner música relajante, la tele y buscar una zona cómoda para nuestro perro lejos de los ruidos”, comenta Ben David.
Es importante “actuar con calma”: “Si nos ponemos nerviosos, le estamos confirmando al perro que hace bien en tener miedo porque nosotros también lo tenemos”. La etóloga aconseja además ofrecerle comida, premios o un juguete interactivo, algo que pueda “distraerlo del problema”.
No es recomendable “acariciarlo rápidamente ni decirle ‘está bien, todo está bien.. Ya…tranquilo…shhh’, ya que esto no lo consuela, simplemente refuerza la conducta ansiosa que acompaña a su sensación de miedo”.
Tampoco habría que ignorar al perro: “Si quiere estar tumbado a nuestro lado o en nuestros brazos, lo permitiremos, pero desde la tranquilidad y ofreciéndole caricias lentas o apoyando una mano con un poco de presión, algo que para él puede ser relajante”.
Además, el día que se vaya a producir la tormenta puede ser aconsejable que el perro realice bastante ejercicio, según los autores de una revisión sobre la fobia a los ruidos publicada en la revista Veterinary World. Los autores indican que “el ejercicio ayudará a cansar al animal, tanto mental como físicamente, y puede hacer que responda menos al ruido”.
En este artículo ha colaborado con sus superpoderes el maldito Enrique Sebastián Alcántara.
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Primera fecha de publicación de este artículo: 03/09/2021